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Ya es hora de sacar a Cuba de la lista de ‘Estados patrocinadores del terrorismo’ de EE. UU.

Foto: Una marcha de 2023 en solidaridad con Cuba en la ciudad de Nueva York. Crédito: Liberation News

La inclusión de Cuba en la lista de estados patrocinadores del terrorismo de Estados Unidos (State Sponsors of Terrorism, SSOT) ha exacerbado dramáticamente el daño causado al pueblo cubano por el bloqueo estadounidense que se ha impuesto a la Isla durante los últimos 62 años. La designación SSOT es solo uno de los muchos componentes del bloqueo elaborado por Estados Unidos, y una de los más destructivos. Trump anunció su intención de agregar a Cuba a la lista en enero de 2021, pero el Presidente Biden firmó la orden en el segundo día de su mandato. Como resultado, Cuba ha caído en uno de los períodos económicos más difíciles de su historia. Gracias en gran parte a la designación SSOT, hoy día el pueblo cubano enfrenta una escasez generalizada de combustible, electricidad y alimentos que ha hecho que atender las necesidades básicas sea cada vez más difícil.

Cuba ha protestado enérgicamente por la designación. Este mayo, Bruno Rodríguez, el Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba afirmó que “la verdad clara y absoluta es que Cuba no patrocina el terrorismo, sino que ha sido víctima de él, incluido el terrorismo de Estado”. De hecho, Cuba ha sido víctima de numerosos actos terroristas desde el triunfo de la Revolución Cubana. Uno de los incidentes más notables fue en 1997, cuando exiliados cubanos entrenados por la CIA llevaron a cabo una serie de atentados con bombas en hoteles de La Habana

Movimientos populares de todo el mundo exigen que se elimine a Cuba de la lista de SSOT, y hasta las Naciones Unidas (ONU) ha expresado su apoyo. El año pasado, la Asamblea General de la ONU tuvo un voto casi unánime para levantar el bloqueo y sacar a Cuba de la lista de SSOT. Los únicos votos negativos fueron de Estados Unidos e Israel, mientras que la única abstención fue de Ucrania. 

Si bien la administración Biden no ha dicho que sacará a Cuba de la lista de SSOT, se están empezando a ver grietas en su política. El 15 de mayo, Cuba fue eliminada de una lista de países que, según Estados Unidos, “no cooperan plenamente” en la lucha contra el terrorismo. Si bien la eliminación de Cuba de esta lista no tiene un impacto consecuente en el bloqueo, es una indicación de que la presión internacional para eliminar a Cuba de la lista está funcionando. 

Cuba fue agregada por primera vez a la lista de SSOT en 1982 por Ronald Reagan, quien justificó la inclusión de Cuba en la lista alegando que Cuba apoyaba la actividad terrorista en América Latina. En realidad, la designación de Cuba como ‘Estado patrocinador del terrorismo’ fue solo una forma más para que Estados Unidos endureciera el bloqueo. Desde 1982, el Departamento de Estado ha realizado numerosas revisiones para determinar si Cuba debería permanecer en la lista. Una de las revisiones más extensas de este tipo se llevó a cabo en 2005, en la que el Departamento de Estado determinó que mantendrían a Cuba en la lista porque el gobierno cubano mantuvo la posición de que “los actos de movimientos legítimos de liberación nacional no pueden definirse como terrorismo”.

Cuba finalmente fue eliminada de la lista en 2015 por la administración Obama durante un momento de atenuación de las hostilidades entre los países en un intento por promover el desarrollo del sector privado en Cuba. La eliminación de Cuba de la lista de SSOT y el relajamiento de otras restricciones proporcionaron alivio a la economía cubana. Sin embargo, este alivio duró poco. En uno de sus últimos actos en su cargo, el Presidente Trump agregó a Cuba una vez más a la lista de SSOT. Esta vez, la justificación fue que Cuba estaba organizando conversaciones de paz entre el gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), al que el gobierno de Estados Unidos designa como organización terrorista. 

¿Qué es la lista de Estados patrocinadores del terrorismo?

La lista de SSOT fue creada por primera vez por Estados Unidos en 1979 y proporciona un medio para justificar sanciones unilaterales adicionales contra países que EE. UU. consideran adversarios. La base legal para ser agregado a la lista es simplemente que el Secretario de Estado de EE. UU.  determine que un país ha “brindado apoyo repetidamente a actos de terrorismo internacional”. Según este estándar, los propios Estados Unidos deberían ser designados como SSOT junto con Israel y Ucrania. Sin embargo, la lista actual de países designados como SSOT son Cuba, la República Popular Democrática de Corea, Irán y Siria.

La designación SSOT tiene consecuencias formales e informales. Formalmente, las categorías de sanciones derivadas de la designación son restricciones a la ayuda extranjera, prohibición de exportaciones y ventas de defensa, limitaciones a la venta de ciertos artículos de uso doble (aquellos productos que puedes ser para uso civil o militar) y una gran cantidad de otras restricciones diversas. Informalmente, el impacto más significativo es lo que se denomina “sobrecumplimiento”. Esta es una práctica en la que los bancos y las empresas están tan preocupados por violar accidentalmente una de las sanciones que deciden cortar todo lazo comercial con un país. 

Algunas de las multas más grandes jamás impuestas a las instituciones financieras han sido a los bancos por procesar transacciones relacionadas con Cuba que Estados Unidos determinó violaban sus sanciones. En 2014, el Banco francés BNP Paribas fue multado con la asombrosa cantidad de $8.9 mil millones, la tercera multa más grande que haya recibido un banco. Luego, en 2018, el tercer banco más grande de Francia, Société Générale, fue multado $1.3 mil millones por procesar transacciones relacionadas con Cuba entre 2004 y 2010. En 2022, Centennial Bank, que maneja las cuentas de la embajada de Cuba en Washington, D. C. decidió cortar todos los lazos con Cuba y cerrar sus cuentas

La complejidad del régimen de sanciones y las multas masivas impuestas si se determina que una entidad viola las sanciones ha hecho que la mayoría de los bancos y empresas se nieguen a hacer negocios con Cuba. Esta es una forma de intimidación impuesta por EE. UU. que tiene el efecto de bloquear la importación de artículos de primera necesidad como alimentos, medicinas y combustible a Cuba, al tiempo que EE. UU. afirma que estos artículos no están sujetos a sanciones o restricciones. 

Los efectos del bloqueo 

La intensidad del bloqueo, en gran parte debido a la designación SSOT, ha creado una escasez masiva en Cuba en los últimos años. Ha habido apagones generalizados, así como escasez de medicamentos, alimentos y combustible. Estados Unidos afirma que las sanciones solo están dirigidas al gobierno cubano y no tienen un efecto en los cubanos comunes. En realidad, las sanciones están funcionando exactamente como se pretendía. La política actual de Estados Unidos hacia Cuba se estableció por primera vez en 1960 cuando el entonces subsecretario de Estado adjunto, Lester Mallory, escribió en un memorando ahora desclasificado que Estados Unidos debería tomar medidas para negar “dinero y suministros a Cuba, disminuir los salarios monetarios y reales, provocar hambre, desesperación y derrocar el gobierno”.

La creación de hambre por el bloqueo no es un efecto accidental, sino el objetivo principal. A principios de este año, incluso los molinos de trigo en Cuba funcionaban a solo un tercio de su capacidad normal y había escasez de pan. En abril, los organizadores de la organización sin fines de lucro con sede en Nueva York, The People’s Forum, iniciaron una campaña de recaudación de fondos para enviar 700 toneladas de harina de trigo a Cuba para ayudar a aliviar algunas de las carencias. Los organizadores declararon que contactaron a catorce molinos harineros y distribuidores diferentes con sede en Estados Unidos, y que ni uno solo vendería harina para exportar a Cuba. Al final, los organizadores dijeron que tuvieron que comprar harina a miles de kilómetros de distancia de un proveedor turco a un costo sustancialmente mayor. 

El bloqueo tiene el efecto de imposibilitar muchas importaciones, mientras que en otros casos aumenta considerablemente el tiempo, el costo y la complejidad de la importación de bienes. Los efectos económicos del bloqueo no pueden subestimarse. Entre marzo de 2022 y marzo de 2023, se estima que el bloqueo le costó a la economía cubana $4.860 mil millones. No solo eso, sino que se estima que la economía cubana habría crecido un 9% en este período sin el bloqueo. En cambio, la economía cubana creció solo un 1.8% en el año 2022.

¡Es hora de sacar a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo! ¡Dejen vivir a Cuba!

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