Otro violento complot estadounidense ha sido frustrado en Venezuela, a partir del 21 de marzo tras el arresto de Roberto Marrero por parte de las autoridades venezolanas. Marrero es el “jefe de personal” del impostor Juan Guaidó, respaldado por los Estados Unidos, y fue capturado en su casa con rifles de asalto, fondos y teléfonos celulares con evidencia inculpatoria de planes de ataques terroristas.
John Bolton y Mike Pompeo reaccionaron inmediatamente tras el arresto de Marrero para emitir nuevas amenazas contra el presidente Nicolás Maduro, y Bolton advirtió que “el arresto no quedará sin respuesta.”
Pero el gobierno de Venezuela respondió primero, exponiendo a la luz pública los planes terroristas.
Según los investigadores del gobierno, Guaidó y Marrero son los principales conspiradores de los ataques que habrían de llevar a cabo alrededor de 60 terroristas reclutados en El Salvador, Nicaragua y Guatemala. Han estado siendo entrenados en Colombia para realizar ataques armados, país en el cual el presidente Iván Duque ha estado desempeñando un papel agresivo en el apoyo a los planes de Estados Unidos de derrocar al presidente Nicolás Maduro. El ministro de Comunicaciones e Información, Jorge Rodríguez, afirmó el sábado en la televisión VTV que 30 de los secuaces contratados ya han infiltraron en el territorio venezolano a partir del 23 de febrero, el mismo día en que los EE. UU. intentara ingresar a la fuerza la llamada “ayuda humanitaria” a Venezuela a través de los puentes con Colombia.
A pesar de que los dos cruces fronterizos entre Venezuela y Colombia están cerrados, miles de vías llamadas “trochas” se cruzan entre los dos países. Grandes cantidades de contrabando, entre ellos gasolina y productos venezolanos subsidiados, cruzan la frontera y se venden en Colombia con fines de lucro. Fue por estos caminos como poros de tamiz que se han infiltrado agentes paramilitares y armas en territorio venezolano.
Rodríguez reveló detalles de la operación terrorista polifacética, expuesta en gran parte a través de los teléfonos celulares capturados durante el arresto de Marrero: “… Recibimos mensajes de inteligencia de actividades inusuales en Guatemala y Honduras, con el epicentro en El Salvador, en donde se contrataron asesinos vinculados al crimen, al narcotráfico, a las maras (pandillas salvadoreñas) y los contras nicaragüenses.
“Recuerde en los años 80 y 90 que Elliot Abrams desempeñó un papel muy importante en la guerra de los contras de Nicaragua. Ahora ha sido asignado para cometer una agresión contra la patria venezolana.”
De los paramilitares que se infiltraron en el país, Rodríguez dijo: “Los estamos buscando por tierra, por mar, por aire, dondequiera que estén. Los capturaremos porque ya hemos identificado a algunos de los que ingresaron al territorio venezolano.” Wilfrido Torres Gómez, jefe de una banda paramilitar colombiana vinculada a las parcelas, Los Rastrojos, fue arrestado en Carabobo, Venezuela. El presidente Maduro habló con miles de personas fuera de Miraflores sobre Torres: “Hemos capturado al jefe de Los Rastrojos … y él está dando información y evidencia de quién lo contrató y por qué lo trajeron a Venezuela.”
Entre los planes habían asesinatos de líderes sociales y políticos, una lista negra de asesinatos a Líderes de la Revolución Bolivariana, un nuevo sabotaje contra el sistema eléctrico, contra el metro, un bombardeo de teleféricos y finalmente, un nuevo intento de asesinato contra el presidente Maduro.
Guaidó, durante un mitin del 22 de marzo en el estado de Anzoátegui, insinuó de un próximo ataque contra Maduro en el palacio presidencial de Miraflores: “Los venezolanos no pedimos nuestros derechos. Por eso, pronto iremos a Miraflores para rescatar la oficina de todos los venezolanos … tenemos que organizarnos porque el dictador no saldrá por las buenas.”
De acuerdo a los mensajes de texto en los teléfonos confiscados, el personal de Guaidó y los conspiradores eran todos del partido Voluntad Popular. Entre ellos se encuentran el vicepresidente, Leopoldo López, alias “Gavilán,” actualmente bajo arresto domiciliario, y Carlos Vecchio, el llamado embajador de Guaidó en EE. UU., quien encabezó la toma ilegal el 18 de marzo de las propiedades del gobierno venezolano en Washington, DC.
La investigación del gobierno venezolano revela que el banco Banesco y el Banco de América aceptaron fondos destinados a Guaidó en cuentas de organizaciones no gubernamentales creadas por el presidente Duque de Colombia. Los fondos que Guaidó y compañía esperaban tener a la mano habrían sido de al menos 1.000 millones de dólares, riqueza robada de los activos venezolanos. Con esta enorme cantidad de dinero, Marrero fue capaz de prometerle a la mujer que estaba ayudando a contratar a los mercenarios en Colombia, “Roxana de Cúcuta,” que le enviaría entre $500,000 y $700,000 dólares diarios para pagarles.
El hecho de que Estados Unidos esté dependiendo de paramilitares dentro de Venezuela para llevar a cabo ataques internos a líderes e instituciones gubernamentales es coherente con una etapa de acción militar indirecta de los EE. UU., sin llegar a enviar tropas directamente desde los EE. UU.
Pero este último complot demuestra la necesidad urgente de las fuerzas dentro de los Estados Unidos contra la guerra de intensificar el movimiento en las calles para exigir “¡Manos fuera de Venezuela!” También son fundamentales los foros educativos, las clases y la cobertura de medios alternativos para contrarrestas la propaganda del Pentágono y las mentiras de los medios corporativos.