El 2 de octubre de 2023, el Sindicato de Estudiantes de Posgrado del MIT (GSU por sus siglas en inglés) – UE Local 256 ratificó su primer contrato con un 95,8% de apoyo. Después de años construyendo el sindicato y un año de negociaciones contractuales, las y los trabajadores de posgrado del MIT lograron una victoria histórica que incluye protecciones contra el acoso, discriminación y bullying, un paquete económico con una mejora neta salarial de más del 10% en promedio y seguridad sindical, la que permitirá un sindicato más fuerte y capaz de hacer cumplir su contrato efectivamente.
Las condiciones injustas que enfrentan las y los trabajadores de posgrado en el MIT hicieron de la lucha una cuestión necesaria. En primer lugar, las y los estudiantes de posgrado no son reconocidos ni tratados como trabajadores legítimos, a pesar de que su trabajo crea el valor y prestigio del MIT. Un número importante de estudiantes de posgrado trabajan en laboratorios que no cumplen con las regulaciones de salud y seguridad. La negligencia de la universidad ha llevado a que varios trabajadores sean hospitalizados debido a estas condiciones de inseguridad. Además, las y los trabajadores de posgrado son especialmente vulnerables al acoso y la discriminación, con un 40% de ellas y ellos reportando haber experimentado alguna forma de acoso.
La única solución que ofrece el MIT es un proceso de arbitraje burocrático y sesgado, el que estaría sancionado y controlado por la universidad. Menos del 1% de las y los estudiantes de posgrado han participado de este proceso, lo que ilustra la falta de confianza en la institución. Quienes lo han hecho encontraron el proceso confuso, aislante y gravoso. Las y los trabajadores internacionales también están particularmente desprotegidos en el MIT. A menudo, su visa está condicionada a su inscripción en la universidad y les prohíbe trabajar en otros lugares. En última instancia, las y los trabajadores de posgrado en el MIT experimentan la explotación de cualquier otro trabajador y, por lo tanto, tienen el mismo derecho a exigir lo que les corresponde de parte del empleador.
“Listos para hacer huelga si es necesario”
Para presionar a la administración y lograr que se cumplan las demandas, el GSU ha aumentado la presión constantemente durante el último año mediante acciones y campañas diversas. June Stenzel, una trabajadora de posgrado en el MIT y miembro del Comité de Negociación del GSU, dijo a Liberation News: “Nos ha costado mucho llegar a este punto. Hace aproximadamente un año y medio tuvimos una gran campaña para obtener reconocimiento para el sindicato de estudiantes de posgrado. El último año ha sido un verdadero proceso de negociación, de sentarnos con el MIT en la mesa, mientras continuamos construyendo nuestra capacidad organizativa a través de campañas informativas y piquetes con alta participación”. Pero incluso con todo esto, el MIT siguió retrasando las negociaciones, negándose a ceder en las demandas fundamentales. La acumulación gradual de presión fue necesaria, pero al final solo había una forma de torcer la mano del MIT definitivamente: presentar una amenaza creíble de huelga. El GSU reunió cientos de confirmaciones de asistencia para una Asamblea General de Miembros planeada para el 13 de septiembre para lanzar formalmente su compromiso con la huelga. Como un reloj, el MIT se reunió con el comité de negociación el 12 de septiembre y aceptó las tres demandas clave del sindicato, justo 24 horas antes del lanzamiento del compromiso de huelga. Lo que el MIT calificó de imposible al principio de las negociaciones, de pronto, de la noche a la mañana se volvió posible.
No hace mucho, escuchamos esta misma historia. Hace menos de tres meses, el 5 de julio, UPS afirmó que no tenía nada más que ofrecer a las y los Teamsters y se retiraron de la mesa de negociaciones. Las y los Teamsters respondieron organizando piquetes de práctica en todo el país, insinuando que la huelga estaba a la vuelta de la esquina. Al igual que el MIT, UPS regresó a la mesa de negociaciones poco después, aceptando todas las demandas fundamentales de los Teamsters. El hecho de que UPS y el MIT cedieran tan abruptamente demuestra que cumplir con las demandas de sus trabajadores nunca fue imposible, simplemente no estaba en su interés. Sin embargo, reconocieron fácilmente que una interrupción del trabajo habría sido aún más catastrófica: el MIT y UPS funcionan solo porque las y los estudiantes de posgrado y las y los Teamsters los hacen funcionar.
Ciertamente, la conexión de estas dos luchas no pasó desapercibida para el GSU. El sindicato envió un grupo de trabajadores de posgrado para unirse a los piquetes de práctica de las y los Teamsters. Además, Nishad Gothoskar, un trabajador de posgrado y miembro del Comité de Negociación del GSU, elogió cómo “como resultado de la lucha aquí en el campus, las y los trabajadores se están conectando con las luchas obreras que están sucediendo en todo el país”. Las y los trabajadores en todas partes hacen funcionar el mundo. Las victorias del GSU del MIT y UPS son victorias para toda la clase trabajadora. Sneha Kabaria, otra trabajadora de posgrado y miembro del Comité de Negociación, reflexiona sobre este punto. “Realmente espero que esto sea algo que llevemos más allá de la universidad. Elevar esta conciencia de que las y los trabajadores tienen derechos y poder, y que podemos luchar por algo mejor”.
Una victoria para las y los trabajadores de posgrado en todo Estados Unidos
En este histórico acuerdo, las y los trabajadores de posgrado del MIT obtuvieron una herramienta que pueden usar contra el acoso, la discriminación y el bullying, con la opción de un arbitraje neutral e imparcial. Este tema fue debatido por largo tiempo entre el sindicato y la administración de la Universidad, representando una gran victoria para el movimiento sindical de estudiantes de posgrado. En un sentido similar, las y los trabajadores de posgrado del MIT lograron “taller de agencia”, lo que significa que todas y todos los trabajadores de posgrado serán miembros del sindicato o, de lo contrario, pagarán una tarifa para cubrir los costos de la negociación colectiva. Esto asegurará un sindicato fuerte que se sostenga en el tiempo, que permitirá a las y los trabajadores de posgrado del MIT no solo hacer cumplir su contrato actual, sino también seguir negociando contratos sólidos en el futuro. Como lo expresó Kabaria, “mientras haya un MIT, habrá un sindicato de estudiantes de posgrado del MIT”.
Además de estas victorias fruto de largas disputas, las y los trabajadores de posgrado del MIT disfrutarán de un paquete económico mejorado, que incluye un aumento salarial del 5,4%, beneficio oftalmológico y dental equivalentes a los que reciben otros empleados del MIT, subsidios para el cuidado de niñas y niños y una subvención de $1.200 para estudiantes internacionales para cubrir honorarios de inmigración. Las y los trabajadores de posgrado del MIT también lograron protecciones de salud y seguridad sólidas, resguardos contra el exceso de trabajo y disposiciones para un entorno de trabajo más inclusivo.
Este contrato es histórico porque sienta las bases para decenas de miles de trabajadores de posgrado que ahora están negociando sus primeros contratos. Las y los trabajadores de posgrado en Stanford, Johns Hopkins, University of Minnesota, University of Chicago, Northwestern University, Dartmouth y más han visto lo que se puede lograr mediante la acción colectiva y están ansiosos por seguir los pasos de las y los trabajadores de posgrado del MIT en la obtención de contratos innovadores.