Foto: Miembros de NYSNA y sus simpatizantes afuera de Montefiore el primer día de la huelga, enero 9. Foto de Liberation News
El 9 de enero, la Asociación de Enfermeros del Estado de Nueva York (NYSNA,por sus siglas en inglés), el sindicato más grande de enfermeros y enfermeras del estado, se declaró en huelga en dos hospitales —Montefiore y Mount Sinai. Más de 7,000 enfermeros y enfermeras están en huelga por contratos justos, para contratar más personal y mejorar la atención médica y sus condiciones laborales.
Recientemente, NYSNA votó a favor de la huelga antes de que su contrato venciera el 31 de diciembre. Enfermeros y enfermeras de BronxCare, Montefiore, Mount Sinai, Mount Sinai Morningside and West, New York Presbyterian y Richmond University Medical Center participaron en la votación, y 98.9% de los 14,000 enfermeros y enfermeras apoyaron la autorización de huelga. El 30 de diciembre, ocho hospitales entregaron su aviso de huelga de 10 días, indicando que si no se llegase a un acuerdo se irían a huelga. NYSNA se une a muchos sindicatos que están luchando por condiciones justas para sus trabajadores en medio de una inflación que va en aumento y una pandemia que continúa en curso
Mientras el discurso de los medios de comunicación promueven a los y las enfermeras, y a los y las trabajadoras de la salud como los y las heroínas de la primera línea, la realidad de su experiencia es mucho menos glamorosa. Las imágenes de enfermeros y enfermeras con bolsas de basura y equipo de protección personal improvisado durante el inicio de la pandemia han desaparecido de los medios. En el 2020, desde el inicio de la pandemia, muchos enfermeros y enfermeras se han visto abrumados por condiciones de trabajo que muchas veces les impiden brindarles atención adecuada y necesaria a sus pacientes. “Los enfermeros y enfermeras hemos sufrido un infierno, arriesgando nuestras vidas para salvar a nuestros pacientes durante la pandemia de COVID-19, a veces sin el equipo de protección que necesitábamos para mantenernos a salvo y, frecuentemente, sin suficiente personal para brindarle una atención segura al paciente”, dice Nancy Hagans, Presidenta de NYSNA y enfermera de primera línea en Maimonides Medical Center.
Los enfermeros y enfermeras han lidiado con condiciones insoportables en plena temporada de influenza. “Ahora mismo, estamos viendo una tripledemia de COVID, gripe, y virus sincicial. Nuestra sala de emergencias pediátrica está desbordada y hay falta de personal en casi todos los turnos. Es insoportable ver niños y niñas sufriendo porque no tenemos suficiente personal para proveerles cuidado seguro,” dice Aretha Morgan, enfermera pediátrica de la sala de emergencias en New York Presbyterian. Benny Matthew, enfermero registrado en el hospital Montefiore en el Bronx, señaló algo similar: “En el departamento de emergencias, algunas veces estamos atendiendo a 20 pacientes a la vez, en lugar de un estándar seguro de 3 a 6 pacientes. Esto no es seguro ni justo para los y las enfermeras o los y las pacientes. Ello conduce a peores resultados para los y las pacientes y aumenta el riesgo de su muerte”.
Las condiciones son particularmente preocupantes cuando se tiene en cuenta las poblaciones a las que sirven los hospitales afectados. Muchos de los hospitales que enfrentan escasez de personal son parte del sistema hospitalario de red de seguridad de Nueva York que brinda atención a los y las pacientes independientemente de su seguro o estado migratorio. El impacto de estos fracasos lo sienten más directamente las comunidades negras y de pueblos oprimidos de clase trabajadora y sirve para ampliar la brecha existente en el cuidado médico.
Las demandas de NYSNA son claras —los y las ejecutivas de los hospitales actualmente luchan contra los y las enfermeras y los y las pacientes mientras se enriquecen en el proceso. En un reciente comunicado de prensa, Nancy Hagans enfatizó que, “En vez de apoyarnos y reconocer nuestro trabajo, los ejecutivos de los hospitales han peleado contra los y las heroínas del COVID: los enfermeros y enfermeras. Nos han dejado sin alternativa y no tenemos otra opción más que votar a favor de la huelga por un mejor cuidado para los y las pacientes.” Aretha Morgan agrega: “el New York-Presbyterian, que pagó a su director ejecutivo casi $12 millones de dólares en salarios, bonos y beneficios en el punto álgido de la pandemia, ha fallado en invertir en contratar y retener suficientes enfermeras y enfermeros”. Estos problemas han sido evidentes por años, pero los y las ejecutivas han respondido aumentando los precios de los hospitales y negándose a contratar y retener enfermeras y enfermeros para cumplir las demandas sindicales y garantizar el cuidado seguro de los y las pacientes.
Los y las miembros del Partido por el Socialismo y la Liberación (PSL) se unieron a los piquetes en Montefiore Moses para apoyar a las y los enfermeros y enfermeras en huelga. Simone, enfermera de obstetricia y ginecología en Montefiore durante 22 años, expresó su indignación por la atención que reciben los y las pacientes negras y morenas en Montefiore. “Tenemos que brindarles el cuidado de calidad que proveemos como enfermeros y enfermeras. Los y las pacientes vinieron a mí esta semana y me dijeron: ‘¡Vete a huelga, te lo mereces!’ Hay fuerza entre nosotros y nosotras como enfermeros y enfermeras, tenemos amigos y amigas, tenemos el poder, somos quienes sacamos adelante esto. ¡Mantengámonos juntos!”
Otra enfermera, Avril, quien ha trabajado en la UCI durante 15 años, explica cómo las condiciones laborales en Montefiore afectan el cuidado de los y las pacientes: “Esta es mi comunidad. No sólo trabajo aquí, también vivo aquí. Las condiciones de trabajo son deplorables. Quiero que la gente sepa que no es el problema solo de una unidad, sino de todo el hospital. Pensábamos que habría cambios con la pandemia —que [las y los ejecutivos del hospital] solucionarían la falta de personal. Y después de la pandemia empeoró más comparado con antes de la pandemia. Las vacantes se han duplicado. Esto no es nuevo. Los y las pacientes están amontonados en el departamento de emergencias, y luego los amontonan en los pasillos. Ni siquiera les asignan una habitación”.
El 2022 fue un año marcado por un aumento en movilizaciones sindicales organizadas por trabajadores y trabajadoras de varios sectores económicos, y ese espíritu de lucha continúa en este nuevo año. Solidarizamos con NYSNA en su lucha por estándares de calidad y seguros para empleados en todos los hospitales.