Recientemente el centro de investigaciones Pew Center, publicó una encuesta en la que encontraron que el 49 por ciento de los jóvenes en los Estados Unidos favorecen el socialismo, mientras que sólo 43 por ciento lo ven desfavorablemente. El informe también reveló que los afro-americanos favorecen el socialismo a un ritmo del 55 por ciento al 36 por ciento.
Esta noticia parece haber tomado a los medios capitalistas por sorpresa, ¿pero debe? Nuestras experiencias y condiciones dan forma a nuestra conciencia. Y en nuestras cortas vidas, las experiencias de mi generación sin duda van contra el mito de que el mercado libre capitalista es una fuerza de “paz”, “libertad” y “prosperidad”.
En los últimos 10 años, hemos sido testigos de guerras sin fin que fueron basadas en mentiras e impulsadas por las ganancias. Los contratistas de armas, financieros, ejecutivos petroleros y los políticos y generales que se sientan en los consejos de las grandes empresas, han hecho ganancias de la muerte y destrucción en el extranjero.
Millones de personas por todo el país, la mayoría de ellos jóvenes, se han manifestado contra las guerras y si viviéramos en una verdadera democracia, si la decisión de seguir con las guerras o no, hubiera sido llevada ante la gente, no queda duda de que nuestros hermanos y hermanas uniformados ya estarían en casa.
Casi nunca se discute en los medios de comunicación el costo de estas guerras, pero lo sentimos a diario cuando buscamos los servicios públicos que necesitamos y nos damos cuenta de que han sido recortados por falta de fondos.
Muchos de nosotros estamos sorprendidos de encontrarnos en la necesidad de recibir asistencia del gobierno. Hemos crecido escuchando que si estudiamos y trabajamos duro tendríamos éxito. Aquellos de nosotros que fuimos a la universidad a pesar de los costos de educación en aumento, asumimos préstamos por la promesa de un buen trabajo y la fundación para una buena vida. Nos dimos cuenta que el mercado no tenía la intención de ser fiel a esa promesa.
Las oportunidades de empleo están disminuyendo, el desempleo en este país oficialmente está a 8,6 por ciento, pero en realidad es más alto. Y comparado con la situación de hace dos años, hay menos puestos de trabajo hoy en día. No solamente los desempleados están sufriendo. Muchos de nosotros estamos subempleados – es decir, trabajamos pero no ganamos lo suficiente para sobrevivir. Muchos de nosotros tomamos trabajos temporales o de medio tiempo, tomamos empleos sin beneficios o prácticas sin paga, porque los “creadores de empleo” han eliminado los puestos de trabajo con salarios decentes porque saben que pueden sacarle más labor y ganancias al “ejercito de desempleados”.
Nuestros salarios están bajando mientras que el costo de la vida aumenta. El crecimiento explosivo del movimiento de Ocupar Wall Street obligó a los medios de comunicación a aceptar la realidad. Los jóvenes han sido vendidos por el sistema, y estamos cada vez más dispuestos a pelear. Queremos paz, igualdad, trabajos y que la riqueza que nuestra labor genera se use para proporcionar las cosas que nuestra gente necesita. Queremos el socialismo.
Obama no puede resolver la crisis del capitalismo
Mucha gente creyó que la elección de un presidente afro-americano resultaría en mejores condiciones de vida para los afro-americanos en los Estados Unidos. Pero la elección de Obama coincidió con una crisis de capitalismo que ningún líder capitalista, ni siquiera Obama, puede resolver. La tasa oficial de desempleo de jóvenes negros es 41,3 por ciento. (americanprogress.org, julio 2011)
Los préstamos abusivos y la crisis de la vivienda condujo a las altas tasas de ejecuciones hipotecarias en los Estados Unidos, pero las tasas para los afro-americanos fueron astronómicas. La propiedad de vivienda siempre ha sido importante en nuestra comunidad, pero es algo que históricamente se nos ha sido negado por medios legales y extralegales. Mientras que las leyes segregacionistas han mantenido la propiedad de viviendas fuera de nuestro alcance durante tanto tiempo han sido revocadas, las leyes del mercado libre permiten que los bancos nos echen de las casas que hemos comprado.
Históricamente, los avances económicos y sociales logrados por los afro-americanos nunca fueron un producto natural del mercado libre, sino siempre el resultado de una lucha que forzó reformas e intervención del gobierno en el mercado. Hemos luchado durante siglos para llegar más cerca de la igualdad. Nunca habrá plena igualdad bajo el capitalismo, un sistema que debe mantener a los trabajadores divididos, que debe mantener a algunos súper-explotados con el fin de reducir los salarios de los demás para el beneficio de los capitalistas.
Los conservadores temen que el “capitalismo” se ha convertido en una mala palabra
Tienen razón en tener miedo, aunque no es sólo una cuestión de semántica. Hemos visto la devastación causada por el capitalismo, y ya no estamos aceptando que esta es la forma que tiene que ser. El año pasado, vimos a nuestros hermanos y hermanas en Túnez y en Egipto luchar y ganar. En el movimiento de Ocupación y más allá, estamos desarrollando tácticas y estrategias para nuestra lucha en casa. Es un nuevo año y lucharemos por un nuevo sistema. Uno que nos ofrezca verdadera igualdad, empleos de buen sueldo, educación, vivienda, cuidado de salud y todas las cosas que nuestra clase necesita y se merece. Únase a nosotros en la lucha por el socialismo.