Aunque que las ganancias de Wall Street han vuelto a los niveles anteriores a la crisis, los Estados Unidos ha recuperado sólo la mitad de los empleos perdidos entre diciembre de 2007 y junio de 2009.
La clase obrera siempre paga el precio de un colapso económico. Los jóvenes, muchos de los cuales ya están preocupados por la deuda o la imposibilidad de pagar por la educación, les resulta muy difícil encontrar trabajo.
La mayoría de los adolescentes dijeron que definitivamente o probablemente iban a entrar a la universidad, pero sólo el 37 por ciento de ellos terminaron asistiendo a la universidad inmediatamente después de la escuela secundaria, mientras que el 45 por ciento tuvo que unirse directamente a la fuerza de trabajo.
De los que fueron obligados a unirse al mercado de trabajo recién salidos de la escuela secundaria, cuatro de cada diez dijeron que no podrían asistir a la universidad porque no tenían los medios económicos. Adicionalmente, uno de cada diez dijeron que tenían que cuidar a sus familias. Muchos de los que tenían aspiraciones de asistir a la universidad no pudieron.
De acuerdo con el Centro John J. Heldrich para el Desarrollo de la Fuerza Laboral, de la Universidad Rutgers, la cantidad de adolescentes que buscan trabajo y están desempleados, ha aumentado en 14 puntos de porcentaje, del 23 por ciento en años anteriores a la recesión a un 37 por ciento actual.
Incluso para los jóvenes que encuentran puestos de trabajo, son casi siempre trabajos del salario mínimo. El salario medio para el graduado de la escuela secundaria promedio fue de $ 7,50 por hora, a sólo 25 centavos más que el salario mínimo federal. Así que, aunque que los jóvenes entran en el mercado de trabajo, y apenas sobreviven o ayudan a su familia, muy pocos pueden cambiar significativamente sus condiciones económicas.
La disminución de trabajos de verano
La situación es especialmente triste para los adolescentes que buscan empleos en el verano. El dinero del estímulo creó 370.000 puestos de trabajo de verano para jóvenes en 2009 y 2010, pero ninguna iniciativa de puestos de trabajo ha sido aprobada para el 2011 o 2012. Las ciudades de Nueva York y Los Ángeles han reducido a más de la mitad los programas de puestos de trabajo para el verano. En Nueva York, hay cinco candidatos adolescentes para cada puesto.
Esto no es sólo un asunto de un número reducido de adolescentes que desean trabajar. Más del 44 por ciento de los que quieren trabajos de verano no lo optienen, o trabajan menos horas de las que quisieran tener.
Con el tiempo, la estructura del mercado laboral ha cambiado de manera decisiva contra los jóvenes. El verano pasado, sólo el 26 por ciento de los adolescentes estaban empleados. En 1978, esa cifra fue del 60 por ciento, y hasta 2001 se mantuvo alrededor del 50 por ciento.
Estas tendencias a largo plazo son más graves en las comunidades que necesitan los ingresos adicionales. Para los adolescentes afro-americanos y latinos de hogares de bajos ingresos, sólo el 14 por ciento y 19 por ciento estaban empleados, respectivamente. Esto se compara con el 44 por ciento de los adolescentes blancos con un ingreso familiar de $100.000 a $150.000.
Los graduados de secundaria entienden que sus posibilidades de éxito en el futuro se han visto afectadas por las tendencias de la recesión y en la economía en general. Sólo el 14 por ciento predijo que su generación tendrá más éxito que su predecesor, y 56 por ciento pronosticado menos éxito.
Esto por lo tanto, no es sólo una cuestión económica, es de un carácter político, ya que pone en tela de juicio el “sueño americano”. Cuando los jóvenes se dan cuenta que la idea de la fundación del país es en realidad un mito, muchos van a buscar una forma alternativa. En el país capitalista más productivo y más rico, muchos se preguntarán por qué se ven obligados a sufrir con tanto sudor y sacrificio, mientras apenas alcanzan en conseguir las necesidades como los alimentos y lavivienda..
Aunque el capitalismo siempre ha reservado un gran ejército de trabajadores desempleados con el fin de mantener bajos los salarios, en tiempos de una recesión estas contradicciones son más evidentes.
El PSL exige la toma de los bancos grandes privados y su riqueza para crear puestos de trabajo y la educación para todos. Los jóvenes de la clase trabajadora no han hecho nada para crear la crisis en la economía que les está quitando su futuro.