Foto: Soldados de Burkina Faso en formación. Crédito: Picryl/Foto del Ejército de los Estados Unidos
El 28 de enero, Malí, Burkina Faso y Níger anunciaron en una declaración televisada su retiro de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO). Esto ocurrió después de que los tres países se retiraran de la G5 Sahel, una coalición de cinco estados de África Occidental formada bajo el pretexto de abordar las insurgencias islámicas en la región. La recién formada Alianza de los Estados del Sahel (AES) declaró que la G5 Sahel como “organización no está logrando sus objetivos. Peor aún, las ambiciones legítimas de nuestros países, de convertir a la G5 Sahel en una zona de seguridad y desarrollo, están obstaculizadas.” Tras el retiro, los miembros restantes de la G5 Sahel, Chad y Mauritania, efectivamente disolvieron la coalición el 6 de diciembre.
El golpe adicional a la CEDEAO señala un mayor distanciamiento de estas instituciones africanas respaldadas por Occidente. En su declaración televisada, la AES afirmó que la CEDEAO “se ha alejado de los ideales de sus padres fundadores y del panafricanismo. Además, la CEDEAO, bajo la influencia de potencias extranjeras, traicionando sus principios fundacionales, se ha convertido en una amenaza para sus estados miembros y su población cuya felicidad se supone que debe garantizar”. Esta declaración refleja una afirmación de los gobiernos militares para priorizar su soberanía nacional y la responsabilidad de trazar un camino independiente de instituciones títeres respaldadas por Occidente.
La AES busca socios económicos y políticos alternativos, independientes del Occidente.
Antes de la partida, se habían tomado múltiples medidas para fortalecer las conexiones de la región fuera del Occidente. La cooperación mutua económica, política y tecnológica entre los países del Sahel y países como Rusia, China y recientemente Irán, presentan nuevas oportunidades para la AES.
El 25 de enero, tuvo lugar una ceremonia entre Rusia y el Ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación Regional de Burkina Faso, Karamoko Jean Marie Traore, y su Ministro de Comunicaciones, Cultura, Artes y Turismo, Rimtalba Jean Emmanuel Ouedraogo. Como resultado, se donaron 25,000 toneladas de grano entero enviadas a la capital de Burkina Faso, Ouagadougou. Rusia también desplegó 100 tropas en la ciudad capital. Esto sigue a la Cumbre Rusia-África de julio de 2023, donde naciones como Somalia recibieron 25,000 toneladas de trigo, mientras que Rusia se centró en aumentar el suministro de trigo, fertilizantes y combustible a Malí.
En una entrevista, el presidente de transición de Burkina Faso, Capitán Ibrahim Traore, rechazó las acusaciones hechas por el presidente de Ghana, Nana Akufo-Addo, sobre la supuesta colaboración de Burkina Faso con mercenarios rusos del Grupo Wagner. Traore expresó el profundo compromiso del gobierno de transición con la soberanía de Burkina Faso, afirmando: “Si fuera un acuerdo para servir a un amo en lugar de otro, preferiría morir antes que hacerlo porque decimos ‘nuestra patria o muerte'”.
Hacia finales de enero, el recién nombrado Primer Ministro de Níger, Ali Lamine Zeine, visitó Irán y se reunió con el Presidente Ebrahim Raisi. Firmaron varios acuerdos que ampliaron la cooperación en los sectores económico, político y de salud. Irán también comenzó los pasos preliminares para reabrir la embajada de Níger en Teherán, lo que señala un movimiento para fortalecer las crecientes relaciones entre los dos países. El primer vicepresidente de Irán, Mohammad Mohkber, expresó la disposición de Irán para ayudar a Níger a superar las medidas económicas punitivas impuestas por la CEDEAO respaldada por Occidente tras el golpe popularmente respaldado en Níger el pasado julio. Mobkhber destacó que su país se opone a las “cruentas sanciones impuestas por el sistema dominante”. A pesar de las sanciones impuestas a uno de los países más pobres del mundo, el pueblo de Níger, incluso ante el aumento de los precios de los alimentos y los medicamentos, está comprometido con el proceso de trazar un nuevo rumbo independiente de las directivas occidentales.
Ley de inmigración respaldada por la UE anulada, la última salida de tropas francesas de Níger.
En noviembre, Níger señaló aún más su alejamiento de las directivas europeas al anular una ley de 2015 que criminalizaba la migración a través del centro de Agadez. Esto ha obligado a miles a viajar por rutas desérticas mucho más peligrosas en otros países y ha destruido la economía de Agadez y áreas cercanas. Debido a que los países europeos querían que Níger detuviera el flujo de migrantes desde África, obligaron al país a aprobar esta ley, que procesaba a muchos nacionales simplemente por cocinar comidas o dar rides a los migrantes. Ahora, los medios de comunicación occidentales están lanzando la alarma y sembrando el miedo sobre supuestas oleadas peligrosas de migrantes, pero los residentes locales lo celebran.
En diciembre del año pasado, fueron retiradas las últimas tropas francesas de Níger. Mientras que Francia y el resto de Occidente cuestionan la legitimidad del gobierno de Níger, es este gobierno con el que se tuvo que negociar la retirada francesa. Esto ha supuesto otro golpe para la influencia colonial de Francia en África Occidental. Malí y Burkina Faso entre 2020 y 2022 habían cortado los lazos militares con Francia, con una retirada completa ocurriendo en Malí en agosto de 2022 y en Burkina Faso en febrero de 2023. La retirada de las tropas francesas se produjo después de que se celebraran numerosas protestas populares en la capital de cada nación condenando el fracaso de Francia para detener eficazmente las insurgencias islamistas. De hecho, muchas personas durante estas protestas populares expresaron un sentimiento similar (junto con los gobiernos de transición), señalando un aumento de las insurgencias islamistas que se extendieron por el Sahel bajo el despliegue de tropas francesas en la región.
El Occidente y la CEDEAO respaldada por Occidente intentan criticar, sancionar y demonizar los pasos soberanos que está tomando la recién formada AES. A pesar de las críticas, está claro que los gobiernos de transición de Malí, Burkina Faso y Níger cuentan con el respaldo de movimientos y organizaciones populares. Miles de partidarios junto a estos movimientos les saludan como el paso correcto hacia un camino antiimperialista que traerá dignidad, seguridad económica y política a las personas que viven en el Sahel.