Todas las personas revolucionarias y progresistas deben estar en solidaridad absoluta con los maestros de las Escuelas Públicas de Chicago (CPS por sus siglas en inglés) y los miembros del Sindicato Internacional de Empleados de Servicio (SEIU por sus siglas en inglés) Local 73, mientras luchan por sus estudiantes, escuelas y comunidad.
Los trabajadores de la educación luchan por clases más pequeñas, mejores salarios y beneficios, la contratación de más personal de apoyo como enfermeras y bibliotecarios, y por viviendas y escuelas de santuario asequibles para sus estudiantes. El alcalde Lightfoot debería dejar de obstaculizar y cumplir con estas demandas justas y ponerle fin al ataque neoliberal contra los sindicatos y la educación pública.
Cuando los maestros de Chicago se declararon en huelga por última vez hace siete años, mostraron el poder de la clase trabajadora para obtener ganancias reales para muchos de la ciudad, no solo para unos pocos. Esa huelga victoriosa ayudó a inspirar una ola de huelgas de educadores en otras ciudades y estados, desde Oklahoma hasta Los Ángeles y desde Virginia Occidental hasta Denver y más allá. United Auto Workers ha estado en huelga durante más de un mes y todavía están luchando contra General Motors por un contrato justo.
Sin embargo, desde 2012, la ciudad de Chicago ha cerrado 50 escuelas del vecindario, cerrado clínicas de salud mental y ha visto un aumento explosivo en las escuelas subvencionadas. Estos ataques renovados contra la educación pública son sólo una parte de un asalto a mayor escala contra personas trabajadoras y oprimidas en Chicago y en todo el país. Desde los escasos recursos de salud mental hasta la falta de viviendas asequibles, el terror policial racista y la ocupación que se visita en tantos barrios oprimidos de esta ciudad, los líderes de la ciudad están librando una ofensiva en contra de los pobres.
No es de extrañar que los educadores, quienes interactúan con sus estudiantes todos los días, hayan reconocido que la lucha va más allá de las aulas y que hayan hecho de la lucha por la justicia de vivienda y la protección de los niños de los agentes racistas de ICE un componente clave de sus demandas.
Después de décadas de austeridad neoliberal, recortes a los servicios públicos y ataques contra los trabajadores organizados, estamos presenciando un resurgimiento de la clase trabajadora y su poder para luchar no solo por esos trabajadores dentro del sindicato, sino por todos nosotros en general.
La esperanza de superar las numerosas crisis que afectan a la gente no recae en los políticos de ninguno de los partidos principales, sino en la gente misma. Los maestros y el personal de apoyo que se levantan valientemente muestran el camino a seguir para todos los trabajadores.
¡Solidaridad! ¡Cuando luchamos, ganamos! ¡Póngalo por escrito! ¡No más promesas incumplidas de CPS!
Voces desde las líneas de piquete
Brian Grauer es un veterano educador y miembro de la CTU en sus 24 años de enseñanza:
“CPS realmente necesita entender que las escuelas y el papel de las escuelas han evolucionado. Las escuelas son vistas como un espacio seguro para los niños y necesitamos que sean seguras. Necesitamos hacerlos sentir que están seguros, necesitamos darles a los estudiantes la ayuda que necesitan para lidiar con el trauma que tienen en sus vidas. Con los recursos que tenemos no nos alcanza. Los maestros son mamá, papá, somos maestros, somos trabajadores sociales. No podemos asumir todas esas responsabilidades en aulas con un gran número de estudiantes. El tamaño de las clases necesita ser reducido. Necesitamos consejeros que realmente puedan ver a los estudiantes en la consejería, no que vayan de una escuela a otra y que participen en las reuniones del IEP y escriban sugerencias y que realmente no vean a los estudiantes y los ayuden. Necesitamos estos recursos disponibles para nuestros estudiantes para que puedan tener éxito. Las escuelas están asumiendo muchas más responsabilidades y, a medida que eso cambie, el financiamiento y los recursos en las escuelas también deben cambiar. De contrato tras contrato, estas cosas se han mantenido fuera de la mesa y se han puesto sobre los hombros de los maestros. Maestros que realizan trabajos de enfermeras en la escuela, dándole a los niños medicamentos, vacunas, insulina, epipens. Yo mismo he sido entrenado para lidiar con estudiantes diabéticos para poder administrarles insulina. Esto es ridículo, es el trabajo que deberían realizar enfermeras capacitadas. Además de todo, el hecho de que los maestros sean los responsables de supervisar a los estudiantes con diabetes, por ejemplo, tiene que cambiar.”
Nykela Nixon es una maestra de preescolar de CPS en sus 20 años de enseñanza:
“Estamos aquí porque nuestras escuelas están sobrepobladas. Estamos aquí porque queremos una educación de calidad para nuestros estudiantes. No se trata de un cheque de pago. Nuestros niños realmente necesitan servicios y es difícil caminar por los pasillos siempre tratando de ser más de lo que se supone que debes ser. Se supone que debemos enseñar pero además debemos ser médicos, enfermeras, consejeros y todas estas otras cosas antes de ser maestros. Necesitamos estos servicios para poder brindarles a nuestros estudiantes una educación de calidad y para tener tranquilidad y escuelas saludables para estos niños y sus padres. No es solo para nosotros, también es para todos.”
Anne Ward, la capitana de huelga del piquete en Theodore Roosevelt High School, dijo que en particular su interés es de apoyar a los miembros de SEIU en su huelga por salarios justos, instalaciones de construcción adecuadas para estudiantes y clases más pequeñas. También dijo que no cree en la alegación de la ciudad de que no pueden darse el lujo de hacer compromisos por escrito debido a los costos de contratar personal nuevo. Señala: “Hay dinero para Lincoln Yards, pero no hay salarios justos para los miembros de SEIU ni dinero para albergar a 16,000 estudiantes sin hogar de CPS.” También señaló que los miembros de SEIU en las escuelas de CPS están obligados por contrato a vivir en la ciudad, por lo que CTU apoya la huelga de SEIU por salarios más altos porque el costo de vida en la ciudad sigue aumentando.