Foto: Manifestantes protestan por el derecho al aborto en Florida. Foto de Liberation News.
En la noche de las elecciones, a pesar de recibir el 57% del voto, una medida de votación que hubiera restaurado los derechos de aborto para los y las floridanas fallo. Como consecuencia, millones de floridanos seguirán sufriendo bajo la prohibición del aborto a las seis semanas, una póliza mortal que realmente hace el aborto inalcanzable para la mayoría de mujeres y otros que requieren acceso a la atención reproductiva. La mayoría de los floridanos no quieren vivir bajo esta póliza, pero debido a la naturaleza antidemocrática de nuestro sistema actual, esta es la realidad para los floridanos.
Bajo la ley dé Florida, las medidas de votación requieren el 60% del voto total para pasar. En 2006, la regla de supermayoría fue instituida explícitamente para que sea más difícil que votantes de Florida hagan cambios a su constitución –un obstáculo al control democratico que los republicanos del estado han tratado de aumentar en los últimos años al subir el límite al 66.67%–. También es él limite más alto a una iniciativa de aborto tras la anulación de Roe v. Wade por la Corte Suprema no electa en 2022. Antes de este ciclo electoral, cada iniciativa del aborto en el estado que fue llevada a la votación ha triunfado –sin importar que fuera un estado mayormente republicano o demócrata –demostrando que los derechos de aborto son populares a través de todas las líneas de división. En realidad, aunque la enmienda haya fallado en Florida, recibió más votos que cualquiera de los candidatos de los dos partidos, venciendo al apoyo de la vicepresidenta Harris por 14 votos.
Sin embargo, al percibir el abrumador apoyo popular al derecho al aborto en Florida, así como el éxito constante tanto en estados “azules” como “rojos” de campañas similares, la clase dominante empleó tácticas altamente antidemocráticas para socavar la voz del pueblo sobre este tema.
El gobernador de Florida y sus aliados falsamente acusaron a organizadores de someter falsas formas para la petición, mandaron policías a las casas de esos votantes que votaron por la petición, usaron fondos del estado para difundir desinformación sobre la enmienda en la televisión y radio, y amenazaron a estaciones de televisión que emitían anuncios proenmienda con penalidades criminales. Cuando los votantes finalmente fueron a emitir su voto, se encontraron con una “Declaración de Impacto Financiero” legalmente dudosa y altamente engañosa que afirmaba que restaurar el acceso al aborto podría generar costos graves para el estado. A pesar de este hecho, ya que el aborto previamente era legal hasta 24 semanas en Florida, el impacto económico de los abortos es muy bien entendido. La gente trabajadora entiende estas tácticas, por lo que son –supresión y manipulación de votantes por parte de la clase dominante–.
Es importante recordar que las fuerzas de la derecha en Florida nunca hubieran tenido la oportunidad de socavar la voluntad pública si el partido demócrata hubiera cumplido con su promesa de décadas en proteger el acceso al aborto. El fracaso del Partido Demócrata a la hora de brindar protección federal al acceso al aborto, mientras continúa año tras año cortejando votos y donaciones al hacer declaraciones descaradamente favorables a los derechos de las mujeres, los hace cómplices de este resultado.
Bajo nuestro sistema actual, nuestros derechos nunca están asegurados, aunque sea popular, y las consecuencias de perderlos son catastróficas para la clase obrera. Las reglas electorales antidemocráticas, la supresión agresiva del voto y el abierto desprecio por la voluntad popular no son nada nuevo ni especial: es la forma en que el Estado capitalista está diseñado para funcionar. La gente obrera tiene que responder en la única manera que ha funcionado –organizándonos, contraatacando y exigiendo un nuevo sistema que esté basado en la voluntad y las necesidades del pueblo–.