Foto: Líder de la mayoría en el senado Chuck Schumer. Crédito: Flickr/Gregory Hauenstein (CC-BY-NC-SA 2.0 DEED)
Al principio del mes, los republicanos en el senado bloquearon un proyecto de ley que incluía algunas de las restricciones anti-migratorias más estrictas en décadas. La ley habría proporcionado $20 mil millones a la seguridad fronteriza y a las agencias de inmigración como la Agencia de Aduana y Fuerza de Inmigración (ICE por sus siglas en inglés). La ley habría creado una medida de cierre de la frontera, expandido los centros de detención para inmigrantes, y habría hecho más difícil solicitar asilo. Senadores republicanos bloquearon el proyecto de ley porque desde su punto de vista se quedaba corto, pero lo que es más inquietante aún es el entusiasmo de parte del Presidente Biden y los demócratas por negociar y aceptar esa política decididamente antiinmigrante.
Dado a que los demócratas se presentaron como el partido “proinmigrante,” especialmente durante la candidatura de Biden contra Trump en el 2020, su voluntad de aceptar y apoyar este proyecto de ley refleja un cambio derechista que sorprendió y confundió a los demócratas pro-inmigrantes y progresistas. Pero a pesar de cualquier despliegue exterior de diferencias ideológicas, este cambio renovó el compromiso compartido entre los republicanos y los demócratas en al menos dos cosas: las guerras en el extranjero financiadas por los Estados Unidos, y canalizar dinero de los impuestos de los contribuyentes a las ganancias de los fabricantes de armas.
Los republicanos y los demócratas unidos a favor de los gastos militares
Para explicar este cambio derechista, uno solo tiene que ver el gran deseo de Biden y los demócratas de alimentar los proyectos imperialistas de los EE. UU. en el extranjero, que fue el propósito original y el otro componente de la ley bloqueada. Biden y los líderes de los demócratas como el líder de la mayoría en el senado Chuck Schumer criticaron fuertemente a los republicanos por no solo haber rechazado su compromiso sobre la inmigración, sino por haber prevenido que se enviaran 80 mil millones de dólares en apoyo militar a Israel, Ucrania, y Taiwán. Es revelador que los demócratas rápidamente sacrifican su supuesta dedicación a los inmigrantes para llevar a cabo un genocidio en Palestina, una guerra indirecta contra Rusia, y una agresión militar contra China.
A fin de cuentas, Biden y los demócratas obtuvieron lo que deseaban una semana después, cuando Schumer recurrió a la segunda opción para financiar el imperialismo, y el senado aprobó un plan de asistencia militar independiente para gastar una asombrosa suma total de $95 mil millones en Israel, Ucrania, y Taiwán. Biden y Schumer exhortaron a los senadores que apoyaran el proyecto de ley y celebraran su aprobación como algo esencial para proteger la “seguridad nacional” de los EE. UU. y la “democracia occidental” a nivel mundial. El proyecto de ley fue aprobado con un gran margen de votos, que refleja la realidad que a fin de cuentas, tanto los demócratas como los republicanos se mueven al unísono cuando se trata del expansionismo militar de los EE. UU.
Algunos comentaristas políticos opinaron que los demócratas negociaron y aceptaron el trato de línea dura como una astuta maniobra política para pintar a los republicanos como hipócritas descabellados cuando al final rechazaron sus propias propuestas sobre la inmigración. Pero esta teoría no explica porque Biden ha seguido en su intento de promulgar las medidas en la frontera que estaban incluidas en el proyecto de ley fracasado, aún después de que el senado aprobó el gasto militar extranjero que él y los demócratas promovieron. Ahora Biden está considerando usar sus poderes de acción ejecutiva para aumentar su represión en la frontera y prevenir que la gente que ha entrado al país solicite asilo. Este plan es alarmantemente parecido a las acciones que Trump intentó tomar en el 2018, que fue criticado por los demócratas en ese entonces y finalmente fue bloqueado por las cortes federales.
Con la elección presidencial inminente este año, Biden se está preparando para enfrentar a Trump y atraer a los votantes al demostrar que él puede ser igual de duro con la inmigración y la frontera. Alcaldes y gobernadores demócratas alrededor del país, incluyendo en Nueva York, Illinois, y Colorado, se han unido a la presión interna del partido de Biden para que intervenga en la inmigración. En vez de entrar en contradicción con la xenofobia racista de Trump como él y los demócratas habían prometido, ellos han dado una media vuelta derechista y ahora hasta están considerando reciclar las medidas ilegales de Trump.
Siempre hay dinero para la guerra, pero no para alimentar a los pobres
A las y los que pertenecemos a la clase obrera en los EE. UU. no nos deben engañar las mentiras del gobierno. Debemos entender que las propuestas de usar los $118 mil millones de nuestros impuestos que se propusieron gastar en las medidas antiinmigrante locales y las guerras mortales extranjeras son en contra de nuestros intereses, y deben ser sumamente rechazadas. Aunque los demócratas y los republicanos discutirán y tendrán choques sobre los detalles de sus planes, sus negociaciones demuestran un deseo en común de usar los recursos para el control de la frontera y el complejo militar-industrial. Ninguno de estos sistemas crean algo productivo o constructivo para la sociedad y sólo perpetúan la violencia, la destrucción, y el sufrimiento.
Es vergonzoso que el gobierno estadounidense tenga incomprensible cantidades de dinero para dedicar a estas prioridades en vez de apoyar a los que vivimos en este país–ambos ciudadanos y no ciudadanos–financiando las viviendas, el servicio médico, la educación, la infraestructura, y los servicios sociales que todos necesitamos para sobrevivir.
Este es el último ejemplo que demuestra que la clase obrera no puede confiar que el Partido Demócrata va a luchar por nuestros intereses. Aún que el proyecto de ley original no fue aprobado, la voluntad de los demócratas para apoyarlo siguen el patrón de traicionar a los más marginados por su propio beneficio político, no importa si sean los inmigrantes, las mujeres, o la gente trans. Esto demuestra la importancia de construir un movimiento del pueblo independiente para proteger nuestros derechos fundamentales–porque cuando se trata de mantener el imperio estadounidense y la maquinaria bélica, todo está sobre la mesa para las negociaciones con los demócratas.