Foto: Familiares y simpatizantes de presos políticos palestinos detenidos por Israel realizan una sentada. Crédito: Joe Catron (CC BY-NC 2.0)
La semana pasada, la Resistencia Palestina obtuvo una gran victoria: lograron un acuerdo que vería la liberación de 150 mujeres y niños palestinos prisioneros cautivos por Israel a cambio de 50 de las mujeres y niños cautivos por Hamas.
Desde el 7 de octubre, Israel y sus portavoces en los medios corporativos han incitado un frenesí mediático sobre las 240 personas detenidas por Hamás y el Yihad Islámico Palestino, enmarcando la situación como una “crisis de rehenes”. Pero los que los medios corporativos no reconocen es que ya había una crisis de rehenes, mucho antes de la contraofensiva de la Resistencia Palestina empezara. De hecho, Israel ha estado deteniendo a miles de prisioneros políticos palestinos —muchos de ellos niños— en cárceles sionistas por décadas.
Incluso antes de que se llegara al acuerdo del intercambio, el uso por parte de los medios corporativos de la palabra “rehén” para describir a los detenidos ha sido una decisión política, porque el intercambio de rehenes es normal durante conflictos armados. Al referirse a los detenidos por Hamás como “rehenes”, presentan una demanda de su libertad incondicional, sin ninguna mención de la demanda de liberar a los prisioneros palestinos.
Alrededor de 5,200 prisioneros políticos palestinos estaban detenidos en cárceles israelíes antes del 7 de octubre. Pero desde la operación Al-Aqsa Flood, esa cifra se ha disparado a más de 8,000, con las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han escalado recrudecido su campaña de terror, secuestrando a miles de palestinos y palestinas durante redadas nocturnas a lo largo de Cisjordania y Jerusalén Este.
Bajo las circunstancias normales de la ocupación, las FDI llevaban a cabo alrededor de 15-20 arrestos al día. Desde el 7 de octubre, la tasa de arrestos a subido a 120 arrestos al día.
Las condiciones de las cárceles sionistas
Se estima que dos de cada cinco hombres palestinos serán arrestados a lo largo de sus vidas. Muchos de estos prisioneros terminan en lo que llaman detención administrativa, lo que significa que estarán tras las rejas sin cargos y ni sin juicio, a base de “evidencia secreta”. Esto es claramente una forma de tortura psicológica: Ni al prisionero ni a su abogado se les permite ver la “evidencia secreta”, y los periodos de detención administrativa pueden durar hasta seis meses y pueden ser renovados después de cada uno, de manera indefinida.
Los detenidos a menudo son privados de visitas familiares, se les niega acceso a medicamentos, y las palizas y formas de tortura para extraer confesiones forzadas con comunes.
Después de la operación Al-Aqsa Flood, el ejército israelí en represalia inmediatamente secuestró y detuvo a trabajadores gazatíes que tenían permisos especiales para trabajar en Israel, bajo sospechas de que tenían lazos con Hamás. A pesar de que muchos fueron liberados unas semanas después, estos detenidos relatan que fueron sometidos a técnicas de tortura brutales, incluidas el uso de sillas eléctricas, se les tiraba agua hirviente encima, les amarraban las manos detrás de la espalda, los colgaban y les daban palizas, y apenas les daban algo de comer y beber.
El uso de la tortura contra prisioneros palestinos es bien conocido y, de hecho, protegido bajo la ley por la corte suprema de Israel.
Un caso particularmente horrible es el de Ahmad Manasra, un niño de 13 años que fue arrestado en el 2015 por, junto a su primo, estar supuestamente involucrado en el apuñalamiento de dos colonos sionistas en el asentamiento ilegal de Pisgat Ze’ev en Jerusalén Este. Al primo de Manasra lo asesinaron a tiros otros colonos durante el ataque, mientras que Manasra fue golpeado brutalmente por una turba sionista, los que después le pasaron por encima con un coche, se burlaron de él y lo dejaron a morir. Poco después arrestaron a Manasra y luego fue sometido a una interrogación brutal por la policía, y lo amenazaron sin la presencia de su familia o su abogado. Ya que no podían sentenciarlo hasta que cumpliera 14 años, las autoridades israelíes mantuvieron a Mansara en detención por otro año. En el 2016 se le dio una sentencia de nueve años por intento de asesinato, a pesar de que el tribunal reconoció que no tuvo nada que ver con los asesinatos. Ahora, a los 21 años, Mansara ha estado en confinamiento solitario por dos años, lo que lo ha dejado con trauma psicológico serio, depresión severa y esquizofrenia.
En cambio, así es como Yocheved Lifshitz, una mujer israelí de 85 años liberada por Hamás a finales de octubre por razones humanitarias, describe su cautiverio:
“Cuando llegamos allí, ellos [Hamás] primero que nada nos dijeron que creían en el Corán y que no nos harían daño. Y que nos ofrecerían las mismas condiciones que ellos tienen en los túneles”, dijo Lifshitz.
“Se aseguraron de que tuviéramos todo, que los inodoros estuvieran limpios. Ellos los limpiaban, no nosotros”, ella continuó. “Fueron muy amables, debo decir esto. Nos mantuvieron limpios, nos dieron de comer. Comimos la misma comida que ellos… fueron muy amigables”.
Lifshitz también dijo que ella y los otros detenidos fueron visitados por un médico una vez al día y que les proveyeron medicamentos y cuidado médico.
¿Por qué hay tantos prisioneros palestinos?
¿Entonces por qué hay tantos palestinos prisioneros en Israel? Después de la querra de 1967, cuando Israel tomó control de y ocupó la Franja de Gaza y Cisjordania, puso a esos territorios bajo ley militar (Jerusalén Este también fue anexionado y ocupado, pero Israel le aplica su propia ley doméstica a los palestinos de allí) y emitieron regulaciones como la Orden Militar 101, una ley que sigue en vigencia que esencialmente criminaliza cualquier forma de disidencia política en contra del estado de Israel para combatir “propaganda hostil y prohibir la provocación”.
Unos años después, en 1970, Israel emitió otra orden militar, la Orden Militar 378, que clasifica como “terrorismo” a cualquier forma de resistencia a la ocupación. Desde ese entonces, Israel a emitido más y más órdenes militares, imponiéndole más y más restricciones a los derechos de los palestinos y a la expresión política. Bajo tales leyes militares, es ilegal que los palestinos se organicen y participen en protestas, distribuyan material político disidente, ondeen banderas palestinas e incluso publiquen cualquier declaración que critique a Israel en los medios sociales. Estas órdenes militares le dan licencia a las FDI para arrestar a miles de palestinos cada año por simplemente resistir la ocupación en cualquier forma. Este aparato legal es la razón por la que las FDI rutinariamente arrestan a niños y niñas por el supuesto crimen de tirarle piedras a las fuerzas de ocupación.
Estas órdenes militares están separadas de, y toman precedente sobre, la ley israelí y la ley internacional. Esta es solo una de las facetas del sistema racista y de apartheid israelí: los palestinos en Cisjordania están gobernados por leyes completamente diferentes a las que les aplican a los colonos israelíes. Cuando llegan a los tribunales, enfrentan otra faceta del sistema de apartheid: el sistema judicial dual que existe para los israelíes y los palestinos. Los colonos israelíes son procesados en los tribunales civiles, mientras que los palestinos deben enfrentarse a la corte militar. En el tribunal militar, a los palestinos se les imponen condenas mucho más severas que a los colonos en los tribunales civiles que cometen los mismos crímenes. Un una sentencia de culpable es casi garantizada, ya que los tribunales militares tienen una tasa de condena de más del 99%, con juicios que a menudo duran solo diez minutos. Israel es también el único país en el mundo que procesa a niños en tribunales militares: de hecho, los tribunales militares juveniles procesan al menos 700 menores palestinos cada año.
Bajo este sistema judicial de apartheid desigual y separado, a los palestinos rutinariamente se les niega asesoramiento jurídico y debido proceso. También enfrentan barreras de lenguaje y traducciones erróneas en documentos legales que los fiscales israelíes usan en su ventaja.
Liberen a los prisioneros políticos
Hasta hace solo unos días, los medios corporativos le dedicaron muy poca cobertura a los políticos prisioneros palestinos, escogiendo enfocar toda su atención en los rehenes israelíes, haciendo llamados para su libertad inmediata. Pero el trato de intercambio de prisioneros a empujado la situación grave de los prisioneros palestinos al circuito mediático del mainstream, obligando a medios como Associated Press, Forbes, CNN y Vox a darle cobertura a las prácticas inhumanas de Israel de arrestar niños y niñas y de someter a los prisioneros a la pesadilla kafkiana conocida como “detención administrativa”. Eso también es una victoria para la Resistencia Palestina
Pero el intercambio de 150 prisioneros palestinos no es suficiente cuando miles más continúan languideciendo en las condiciones brutales de las cárceles sionistas. Israel debería liberar de inmediato a todos los prisioneros palestinos que actualmente tiene como rehenes.