Foto: Un campamento de solidaridad con Gaza en la Universidad de Northeastern. Crédito: Liberation photo
El 16 de junio se conmemora el 48 aniversario del levantamiento de Soweto en Sudáfrica que dio lugar a la matanza de más de 176 estudiantes por parte del estado. Estos levantamientos estudiantiles se desataron en contra del requisito de que las escuelas de Soweto usaran afrikáans en el salón de clases, el cual no se hablaba comúnmente y es un lenguaje con cuyas raíces se remontan al estado europeo de apartheid.
El levantamiento de jóvenes llevaba décadas gestándose. La Ley de Educación Bantú de 1953 fue una compartimentación racista de la educación para sudafricanos negros al eliminar casi todas las escuelas accesibles para las niñas y los niños negros y articular el financiamiento de la educación para los africanos directamente a los impuestos pagados por los mismos africanos pobres. Al final, esto resultó en la separación de la gente blanca, negra, racializada, e indígena en instituciones paralelas como universidades y órganos administrativos. Entre 1954 y 1960, las y los maestros protestaron la segregación racista y la degradación de su educación mediante el Movimiento Africano por la Educación mientras que las y los estudiantes protestaban en contra de la expulsión de Sudafricanos negros de universidades blancas en lugares como Cape Town.
Después de que en 1974 se requiriera que el inglés y el afrikáans se usaran en las escuelas , el Movimiento de Consciencia Negra y la Organización Estudiantil Sudafricana (Black Consciousness Movement, BCM y South African Student Organization, SASO) liderada por Steve Biko, estaban elevando la conciencia política de estudiantes en diferentes escuelas. BCM y SASO se expandieron más allá del movimiento estudiantil, rápidamente integrándose en comunidades como Soweto, Kings Williams y otras áreas para crear “Programas para la Comunidad Negra” que proporcionaban programas de desarrollo y educación política para sudafricanos negros pobres. BCM era una presencia constante en los medios, las escuelas, y en las instituciones de enseñanza superior. El creciente sentimiento en contra del apartheid y el crecimiento del movimiento a través de estas organizaciones fueron reprimidas por el estado de apartheid.
El 16 de junio de 1976, miles de estudiantes marcharon hacia el estadio Orlando en Soweto para una manifestación pacífica. De camino, se toparon con grandes vehículos militares que usaron gas lacrimógeno, y luego munición activa. La noticia de lo que había sucedido se difundió por el país y hubo levantamientos durante más de un año. Para muchos organizadores en contra del gobierno de apartheid, el levantamiento de Soweto marcó el principio del final. Los resultados de los levantamientos estudiantiles tuvieron un gran impacto en el gobierno de apartheid, expusieron la brutalidad del estado e inspiraron a muchos a unirse a los movimientos por la liberación que en ese entonces estaban exiliados. El movimiento por la liberación siguió creciendo, y eventualmente el gobierno de apartheid en Sudáfrica cayó.
El movimiento estudiantil por Palestina hoy
Los movimientos estudiantiles han tenido un poderoso impacto en crecer la conciencia del pueblo y movilizar las masas. Igual que el levantamiento de Soweto expuso el papel de las instituciones de enseñanza superior en mantener el apartheid en Sudáfrica, hoy en día vemos a las y los estudiantes en todo el mundo levantándose en contra de la complicidad de sus universidades en apoyar el apartheid israelí. Las y los estudiantes en la Universidad de Columbia provocaron un movimiento nacional de campamentos cuando montaron su campamento en mayo, exigiendo que la universidad retirara todas sus inversiones atadas a Israel de su dotación de 13.6 mil millones de dólares. La respuesta a las exigencias de los estudiantes fue una represión brutal a mano de la administración de Columbia y el Departamento de Policía de Nueva York, lo que motivó a estudiantes en todos Estados Unidos, y luego en todo el mundo, a montar sus propios campamentos. La violencia que enfrentaron los estudiantes inmediatamente solo por protestar el genocidio expuso el real papel de las universidades en servir los intereses de la clase dominante: las administraciones demonizaron al movimiento de campamentos, los medios corporativos adoptaron estas mentiras para repetírselas al público y crear el camino para que la policía aterrorizara a los estudiantes y desmantelara los campamentos.
Pero estas medidas represivas fracasaron. Miembros de la comunidad y hasta los mismos profesores de las universidades se movilizaron para apoyar los campamentos estudiantiles. Y ellos también se encontraron con ataques violentos a mano de los sionistas y la policía. Los profesores fueron arrestados, despedidos, acosados y expulsados permanentemente de los recintos.
Igual que con el levantamiento de Soweto, estas tácticas represivas no terminaron con el movimiento internacional en solidaridad con Palestina, sino que reactivó su actividad y fortaleció los llamamientos a divulgar los fondos de inversión y la desinversión de Israel y de las compañías cómplices en el genocidio israelí contra del pueblo palestino.
Este momento está creando un impulso y un precedente importante. Sigue creciendo la inmensa presión de parte de estudiantes, exalumnos, profesores y las comunidades mientras que la facultad en todo el sistema de la Universidad de California se ha ido en huelga para protestar la violencia a mano de la universidad en contra de los estudiantes activistas y organizadores. Enfrentando represión creciente a mano de tanto las administraciones universitarias y las fuerzas policiales, las y los estudiantes están demostrando su creatividad táctica y su firmeza en llamar por el fin inmediato del financiamiento del genocidio estadounidense-israelí. La fachada de EE. UU. como un modelo de libre discurso se ha expuesto como la mentira que es, mientras que las universidades —con el apoyo de Biden— solicitan refuerzos de la policía violenta y hasta amenazan con desplegar la Guardia Nacional en contra de sus propios estudiantes. Nada de esto es insignificante —más bien, genera una crisis política para el imperialismo estadounidense, y eventualmente esa crisis política convertirá el apoyo a Israel en algo insostenible—.
El apartheid caerá
La crisis política que ha crecido gracias a la lucha estudiantil no es nueva. En Estados Unidos, el 4 de mayo marca el aniversario de la masacre de Kent State de 1970, cuando la Guardia Nacional disparó a cuatro estudiantes e hirió a nueve más por protestar contra la guerra en Vietnam. Las similitudes entre la represión estatal a mano del gobierno de apartheid sudafricano y el gobierno imperialista estadounidense de hoy son obvias —cuando los intereses de la clase dominante son amenazados, la represión policial y la violencia siempre serán su respuesta—. Esta táctica no les beneficia porque aunque la clase dominante puede asumir que la represión causará que todos se asusten y se escondan, para muchos la táctica solamente sirve para aclarar las contradicciones. La gente empieza a ver las maneras en las que no tienen verdadera participación democrática en su gobierno y en decidir cómo se usan sus impuestos. También comienzan a darse cuenta de las tácticas despiadadas que están dispuestos a usar los capitalistas para defender sus intereses.Hoy conmemoramos el inicio del levantamiento de Soweto, que atrajo a miles de personas en toda Sudáfrica. La historia nos enseña que, a través de los movimientos de resistencia y con la creciente presión internacional, los regímenes de apartheid se pueden derrotar. El levantamiento de Soweto fue un avance en el movimiento antiapartheid sudafricano, igual que los campamentos estudiantiles representan un cambio cualitativo en la lucha por la liberación palestina dentro de EE. UU. ¡Las y los jóvenes de Soweto en Sudáfrica y las y los jóvenes dentro del movimiento por la liberación palestina nos demuestran que donde exista la represión, la resistencia en la lucha continuará, y la victoria será nuestra!