Matanzas, Cuba
“Realmente hay una voluntad, una verdadera dedicación de las y los trabajadores. Cada vez que los llamamos, la respuesta es rotunda. Tenemos la conciencia de que un problema no puede esperar. No puede esperar. Es una cuestión de seguridad que debemos trabajar día y noche sin parar, hasta que volvamos a poner la planta en marcha”. Rubén Campos Olmos, director general de la Central Termoeléctrica Antonio Guiteras, se refirió sobre las y los trabajadores eléctricos de su planta, y el resto de Cuba, que trabajaron día y noche para restaurar la energía en en la isla, luego de los recientes acontecimientos en que el país quedó sumido en la oscuridad.
Tuve el privilegio de visitar la central Antonio Guiteras, poco después de que se restableciera la energía el 21 de octubre. Si bien, al gobierno y los medios de comunicación estadounidenses, les gusta retratar la crisis energética como culpa del sistema cubano, fue precisamente el socialismo cubano y el arduo trabajo y sacrificio de las y los trabajadores, lo que hizo que el sistema eléctrico de la isla volviera a estar en línea en un tiempo récord.
Lo que los medios estadounidenses no contarán es es que la crisis energética de Cuba, se debe únicamente a la guerra económica de Estados Unidos contra Cuba, y particularmente, a las medidas impuestas unilateralmente por Estados Unidos, para bloquear el petróleo necesario que alimenta el sistema eléctrico cubano, diseñadas en abril de 2019. Sesenta y dos años de bloqueo estadounidense han debilitado la infraestructura del país, desde la electricidad hasta el agua, carreteras y viviendas.
Guiteras es la planta termoeléctrica más grande de Cuba. Inaugurada en marzo de 1988, para maximizar el acceso a las aguas marinas que enfrían la operación masiva, es una de las ocho plantas principales, y se ubica a pocos metros de la costa de la Bahía de Matanzas, al noreste de Cuba.
Junto a Leima Martínez, directora del departamento de Norteamérica del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), nos reunimos con el equipo directivo que maneja la planta. Luego, caminamos por la enorme planta de energía de cuatro pisos y visitamos el sistema operativo central para conocer a más trabajadoras y trabajadores.
Incluso antes del apagón nacional de la semana pasada, las y los trabajadores eléctricos de Cuba habían trabajado sin parar en los últimos meses para garantizar el suministro de energía eléctrica al pueblo. Estos son tiempos extremadamente difíciles para los cubanos, en medio de apagones intermitentes frecuentes debido a la política de Washington.
Cuba fue brutalmente golpeada en abril de 2019, cuando la administración de Trump bloqueó los envíos regulares de petróleo desde Venezuela y otros países, al prohibirle a todas las compañías de seguro que aseguraran los buques petroleros que transportan petróleo a Cuba. Esta prohibición escandalosa, ilegal y de carácter extraterritorial, obligó incluso a las compañías de seguro no estadounidenses a cumplir o enfrentar sanciones.
Ahora, solo existen dos formas en que Cuba puede obtener petróleo del extranjero. Uno es un pequeño barco de 70,000 toneladas, que Cuba le compró a China — y el otro es petróleo entregado de México que llega en barcos militares mexicanos. El expresidente López Obrador y ahora la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum han extendido esta solidaridad esencial a Cuba.
Se dio a conocer en medios mexicanos que el domingo pasado el buque petrolero mexicano Vilma, se dirigía a Cuba con 400,000 barriles de crudo liviano.
Estos por sí solos son los que han permitido a Cuba mantener su producción energética. Cuba también tiene producción nacional de petróleo y gas, pero solo puede satisfacer una parte de las necesidades del país.
Así, se han programado apagones regulares en Cuba en los últimos meses, para racionar cuidadosamente la disponibilidad de electricidad para toda la población y evitar un apagón total. Pero un apagón total fue lo que ocurrió el viernes 18 de octubre, cuando el sistema no pudo satisfacer la demanda, debido al retraso en la entrega de petróleo.
Desastrosamente, en medio del apagón, el domingo, el huracán Oscar tocó tierra en la provincia oriental de Guantánamo, obstaculizando el proceso de desalojo e interrumpiendo las comunicaciones. Guantánamo sufrió una destrucción masiva de hogares e industrias. Ocho personas murieron. En respuesta, el pueblo y el gobierno cubanos están movilizando donaciones y ayuda voluntaria hacia Guantánamo.
Pasamos tres horas en la planta de Guiteras, con el director de la planta y algunos de las y los trabajadores altamente cualificados que nos explicaron el funcionamiento de la planta y los desafíos que presenta el bloqueo estadounidense.
De izquierda a derecha: Román Pérez, director técnico; Adriana Díaz, secretaria de la Unión de Juventudes Comunistas; Rubén Campos, director general; Gloria La Riva; Elizabeth Farías, secretaria, unidad de planta del Partido Comunista de Cuba; Yandy Rojas, secretaria general del Sindicato de Electricistas de la planta; Leima Martínez, directora del departamento de Norteamérica de ICAP; Javier Quiroz Pérez, jefe de operaciones de la planta. Foto de Liberation News
Rubén Campos Olmos es el director general de la planta Antonio Guiteras desde hace 10 años. Él nos dijo: “Antes del apagón, habíamos estado en línea durante 48 días. Estuvimos realmente estables, con algunos problemas pero estables durante 48 días”.
Pero la última entrega de petróleo se retrasó por la tormenta que se avecinaba, el huracán Oscar. Al no tener combustible, la planta Guiteras se apagó, desencadenando una reacción en cadena en toda Cuba.
Con el apagón a nivel nacional, explicó, ahora dependía del Centro Nacional de Despacho en La Habana, donde las y los trabajadores indicaron a cada provincia y entidad eléctrica que encendieran lentamente, y de manera coordinada, para evitar otro apagón.
Del 18 al 21 de octubre, las y los trabajadores eléctricos de toda la industria emprendieron una lucha monumental, poniendo en marcha pequeños generadores “insulares” que se necesitan para poner en marcha las plantas termoeléctricas. Las centrales eléctricas, una vez inactivas — no pueden arrancar por sí solas. Entonces el Despacho Nacional dirige la sincronización de toda la red cubana.
El combustible es la clave y Estados Unidos ataca el acceso de Cuba
Campos dijo: “El país necesita alrededor de tres o cuatro barcos de combustible importado por semana, y los yanquis persiguen eso constantemente. ¿Cómo vamos a evitar que esto suceda? Los bancos, aunque tengamos el dinero, retrasan las transacciones. Hay una complicidad generalizada. Incluso cuando tenemos el financiamiento, hay retrasos en la llegada del combustible. Le imponen sanciones a las compañías navieras. Las medidas que aplicó Trump han intensificado el monitoreo de todas las embarcaciones y combustible.
“Pero en cuanto a la coordinación para recuperarse, Cuba tiene fuerza en eso. Aquí no hay generación eléctrica privada. Por supuesto, hay un sistema eléctrico nacional que tiene un mando único y coordinación con las autoridades. Es por eso que el tiempo de recuperación es mucho más corto que para otros países”.
Al recorrer la planta, nos reunimos con trabajadores jóvenes que manejan las operaciones informáticas de la planta: cuatro por turno, 12 en total. La planta está casi completamente automatizada y monitorear el complejo funcionamiento de la planta requiere completa atención.
De izquierda a derecha, Dariel Torrens Aldama, sistema eléctrico; Luis Dueña Cordero, sistema eléctrico; Reinol Hernández Bejerano, jefe de bloque de control; Jasel González, control de calderas; de pie, Javier Quiroz Pérez, jefe de operaciones de la planta. Foto de Gloria La Riva.
Junto a las y los trabajadores de la Sala de Control, hay varios cientos más que llevan a cabo el mantenimiento, las reparaciones y el mantenimiento general del gigantesco complejo de cuatro pisos.
Monitorear el sistema eléctrico en medio de la escasez, calcular la demanda del consumidor del día siguiente, y la capacidad de generación para satisfacer esa demanda, programar apagones para ahorrar energía, todo, requiere largas horas de arduo trabajo y sacrificio personal en todo el Sistema Eléctrico Nacional (SEN). Cada día, los medios cubanos informan a la población sobre cuánta energía estará disponible, y anuncian qué áreas experimentarán apagones temporales. La situación sigue siendo muy tensa, ya que el suministro de petróleo es deficitario.
Desde el representante sindical hasta el director así como todas las personas con las que conversamos, las y los trabajadores estaban determinados a seguir la labor a pesar de los desafíos.
Unidad frente a la adversidad
Yandy Rojas, secretaria general de la mesa de planta del Sindicato de Electricistas, y soldadora en la planta, habló sobre la jornada laboral, que casi no tienen límite a la hora de superar emergencias como el apagón.
“Tuvimos cinco días críticos para reactivar la planta. Teníamos trabajadoras y trabajadores que estuvieron aquí dos, tres, cuatro días sin irse a casa. Dejaron a sus familias atrás, pero hicieron su trabajo y lo resolvimos en menos de 24 horas.
“Estuve aquí 72 horas en la planta sin salir, porque la gente nos necesitaba y teníamos que estar aquí. Eso es incondicional, sabiendo que mi familia estaba en casa sufriendo las consecuencias. Pero mi familia también entiende el trabajo que hacemos y nos agradece. Eso es algo muy importante. Las y los cubanos llevamos esto en el corazón”.
Añadió, que la administración de la planta y el sindicato trabajan juntos para tratar de brindar acceso a los trabajadores a alimentos y otras necesidades domésticas para sus familias, a un precio asequible, reconociendo su sacrificio.
Elizabeth Farías, secretaria de la unidad de plantas del Partido Comunista de Cuba, resumió este espíritu: “Con lo que no cuenta el enemigo es precisamente con la unidad del pueblo cubano, la unidad de los trabajadores cubanos y el compromiso que tienen con la Revolución [cubana]. Porque lo que pasó aquí en estos días, lo que se manifestó fue precisamente la acción de las y los trabajadores.
“Fue heroísmo por parte de nuestros trabajadores, fue una verdadera epopeya de los trabajadores cubanos. [Ese heroísmo] dice que no hay bloqueo que pueda destruir el proyecto social que estamos construyendo. No solo está involucrado las y los trabajadores, está aquí el partido, están aquí los jóvenes que continuamente tienen el apoyo y acompañamiento de nuestros dirigentes del Partido, del gobierno.
“Hay una verdadera unidad en Cuba en cada uno de los momentos que estamos atravesando”.