Foto: La policía de Nueva York arresta a un manifestante en una manifestación en solidaridad con Palestina de enero de 2023. Foto de Wyatt Souers
Mientras las manifestaciones en solidaridad con Palestina llegan a su octavo mes y somos testigos de cómo las fuerzas policiales reprimen brutalmente a estos manifestantes que piden el fin del genocidio en Gaza, la relación entre fuerzas policiales como el Departamento de Policía de la ciudad de Nueva York (PNY) y las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) están bajo intenso escrutinio por las prácticas y tácticas que comparten las dos entidades.
Esta relación es indicativa de un gran modelo de colaboración entre las agencias policiales de los EE. UU. y el ejército israelí, y las tácticas “contra terrorismo” que los policías aprenden en Israel contra los palestinos que luego son desplegadas en nuestras propias comunidades.
Vigilancia Policial después del 11 de septiembre
La colaboración entre varias agencias policiales en EE. UU. y las FDI comenzó a principios de los 2000, siguiendo los ataques del 11 de septiembre, cuando EE. UU. necesitaba reforzar sus tácticas de vigilancia e infiltración. Tras estos ataques, la PNY cambió sus tácticas de mantenimiento del orden fundamentalmente, y otras fuerzas policiales en todo el país siguieron esta línea.
Estas fuerzas policiales miraron hacia Israel, que tenía bastante experiencia en medidas de represión y operaciones militares, principalmente en los territorios ocupados de Palestina. En 2002, por ejemplo, la PNY fue el primer departamento policial en EE. UU. en mandar oficiales a Israel para un “Simposio sobre terroristas suicidas”.
Desde el 11 de septiembre, un pilar de esta asociación ha sido programas de intercambios que son facilitados por varias organizaciones, incluida la Liga Antidifamación (LA), el proyecto de intercambio del Comité de los Judíos-Americanos, y el Instituto Judío por la Seguridad Nacional de América. Los programas consisten en viajes de policías estadounidenses a Israel, donde reciben entrenamiento de las FDI, junto a expertos de seguridad israelíes que visitan Estados Unidos, donde llevan a cabo seminarios y ejercicios conjuntos. El entrenamiento que los oficiales de EE. UU. reciben en Israel cubre un rango de temas que incluyen el contraterrorismo, el control de masas, espionaje, la infiltración de manifestaciones y coordinación de medios para cobertura y vigilancia.
Un reporte del 2018 hecho por Jewish Voice for Peace e Researching the American-Israeli Alliance:
Estos programas de intercambio con Israel facilitan el intercambio de prácticas y tecnologías entre las fuerzas policiales de EE. UU. y el ejército, la policía y las agencias de inteligencia israelíes; inculcan logísticas militares de seguridad a la esfera civil, normalizando prácticas de control masivo, criminalización y la represión violenta de comunidades y movimientos que el gobierno define como una amenaza; y profundizan la relaciones entre los oficiales estadounidenses e israelíes para reforzar apoyo por un modelo de seguridad compartido que justifica las flagrantes violaciones de derechos humanos y civiles.
Estas tácticas usadas por las FDI —que primero son usadas con palestinos en Cisjordania y la Franja de Gaza— luego son compartidas con agencias policiales estadounidenses e importadas a Estados Unidos.
Del 11 de septiembre a “detener y registrar”
En 2011, el entonces alcalde de la ciudad de Nueva York, Michael Bloomberg, dijo lo siguiente en un discurso que dio en MIT: “Yo tengo mi propio ejército en NYPD, que es el séptimo ejército más grande del mundo”.
Los ataques del 11 de septiembre transformaron fundamentalmente la estructura de la PNY, convirtiéndola en la fuerza militar más grande del país. Año tras año el presupuesto de la PNY solo va incrementando —con el presupuesto de 2023 alcanzando unos $11.2 mil millones, y el departamento invirtiendo fuertemente en tecnología de vigilancia y esfuerzos de represión—. De hecho, desde el 7 de octubre, la PNY ha desplegado la unidad de contraterrorismo hacia las demostraciones en solidaridad con Palestina por toda la ciudad.
Tras los ataques del 11 de septiembre, la PNY multiplicó su vigilancia de comunidades árabes y musulmanas, usando un programa para rastrearlos en sus casas, escuelas, mezquitas, restaurantes y más. Con la aprobación de la Ley Patriota al nivel federal se facilitó la vigilancia del gobierno sobre el pueblo y comunidades en nombre de la seguridad nacional.
Durante su mandato como alcalde, Bloomberg implementó la desastrosa política de “detener y registrar”, donde policías podían detener a cualquier individuo en la calle que ellos sospecharan estuviera cometiendo o estuviera a punto de cometer un crimen. Como evidencia de la colaboración entre la PNY y las FDI, Israel pasó su propia ley de “detener y registrar” en febrero 16 para permitir el acoso de soldados israelíes a los adolescentes palestinos.
La ley de “detener y registrar” en Nueva York fue primariamente usada contra hombres negros y latinos. Un tribunal federal determinó que “detener y registrar” es inconstitucional en el 2013.
2020 y ahora
Pero la táctica de represión adoptada de las FDI e importada a EE. UU. fue más aparente durante la rebelión de 2020 contra la brutalidad policial, donde oficiales de la PNY —y otras fuerzas policiales a lo largo del país— demostrando poco a ningún control cuando inmovilizaron, golpearon y hasta atropellando a manifestantes. Estas tácticas de represión trajeron nuevas críticas contra los programas de intercambio de las FDI. La reacción contra estos programas fue tan severa que un memorándum filtrado de la Liga Antidifamación reveló que, en el apogeo de las manifestaciones, la organización estaba considerando la suspensión de los programas de intercambio. Al final, la Liga Antidifamación decidió continuar el programa.
Fue durante las demostraciones de George Floyd que los manifestantes a lo largo del país recibieron consejos de los palestinos en Gaza de cómo tratar a personas expuestas al gas lacrimógeno y balas de goma, ya que ellos estaban bastante familiarizados con estas tácticas de represión.
Los palestinos también pintaron murales en la pared de separación en la orilla oeste en honor de George Floyd y la lucha contra la brutalidad policial aquí en Estados Unidos.
“Cop City” y más allá
La ciudad de Nueva York no está sola. Un movimiento ha crecido durante los últimos cuatro años en Atlanta, Georgia para detener la construcción de una instalación de entrenamiento policial que fue apodada “Cop City” o ciudad policial. La instalación de entrenamiento será construida encima de 85 acres de bosque en Atlanta, lo que preocupa a activistas ambientales y otros que ven como esta instalación seguirá militarizando a la policía en Atlanta. Encima de todo, el programa federal de 1033 permite que departamentos de policía a lo largo del país reciban equipo de grado militar, militarizando las fuerzas policiales aún más.
El departamento policial de Atlanta usó granadas aturdidoras y proyectiles de goma contra los activistas de Stop Cop City, quienes también establecen paralelos entre su lucha y la de los palestinos.
Activistas también señalan la colaboración entre el departamento de la policía de Atlanta y el gobierno israelí. Resaltan el Programa Internacional de Intercambio de Fuerzas Policiales de Georgia, que manda a policías de Georgia a Israel a entrenar en tácticas de contraterrorismo, “seguridad nacional y comunitaria”. Estas tácticas de represión adoptadas en Israel fueron importadas a Atlanta.
En 2023, un activista de Stop Cop City, Manuel Páez Terán, también conocido como Tortuguita, fue baleado 14 veces por la policía de Atlanta. Tortuguita estaba en el bosque con otros defensores del bosque en un intento de traer conciencia a Cop City. Elle tenía 26 años.
Y en febrero de 2024, manifestantes contra Cop City fueron acusados con cargos de terrorismo doméstico, que en 2017 Georgia actualizó su definición para incluir “intento de seriamente lastimar o matar a personas, o desactivar o destruir ‘infraestructura crítica’”.
El 31 de mayo, el alcalde de la ciudad de Nueva York, Eric Adams, anunció su plan de por $225 millones para traer su propia academia de entrenamiento policial tipo Cop City a Queens.
¡Salte, policía! ¡Sabemos que te entrenaron en Israel!
Cuando oigas a manifestantes en las calles gritando, “NYPD, KKK, IDF: todos son iguales!”, y “¡Salte, policía! ¡Sabemos que te entrenaron en Israel!”, no es porque suena bien y nos motiva. Lo gritan porque la policía de Nueva York y las fuerzas policiales por todo el país tienen programas de intercambio con el gobierno israelí.
Estas consignas vienen de un entendimiento de las conexiones que existe en lo que ocurre en Palestina y la violencia que tenemos en casa. Somos testigos de estas conexiones con la horrible violencia policial contra Trayvon Martin, George Floyd, Breonna Taylor, Ahmaud Arbery y muchos más. Lo vemos en las tácticas severas de represión usadas contra los que luchan contra la brutalidad policial, y en los últimos 8 meses, todos los que se atreven a oponerse al genocidio estadounidense-israelí en Gaza.
Parecerá sombrío saber que esta es la base de solidaridad internacional: Las mismas tecnologías de vigilancia importadas, tácticas de infiltración y control de multitudes y otras técnicas de represión utilizadas contra los palestinos por las FDI son las mismas que se utilizarán contra nosotros. La lucha contra la ocupación sionista en el extranjero es la misma lucha contra la brutalidad policial en el país.