Hay una grave escasez de médicos en los Estados Unidos y ha sido así durante muchos años. La crisis está empeorando. La Asociación de Colegios Médicos Norteamericanos informa que para 2030 habrá un déficit de más de 120.000 médicos en los Estados Unidos. Este déficit se siente con mayor severidad en las zonas rurales, pequeños pueblos y comunidades urbanas económicamente desfavorecidas.
La mayoría de los informes se han centrado en dos tendencias: primero, una población que envejece que requiere más atención médica y está superando la cantidad de médicos; en segundo lugar, los propios médicos están envejeciendo y saliendo de la profesión.
Si bien estas tendencias son ciertas, lo que nunca se menciona es que en un sistema de salud capitalista, la “oferta” de médicos y la cantidad de recursos asignados para capacitarlos está determinada, no por lo que la sociedad necesita, sino por el mercado. Las inversiones para reclutar y capacitar a médicos ocurren solo para satisfacer la demanda creada por aquellos en la sociedad que pueden permitirse comprar servicios de salud a una tasa de ganancia aceptable para los magnates de la salud. Más allá de ese punto, el mercado no “incentiva” la producción de más médicos porque deja de ser una inversión rentable desde el punto de vista de la clase capitalista.
Por lo tanto, en el capitalismo siempre habrá una escasez generalizada de médicos para satisfacer las necesidades reales de la población, a veces mayor y otras menor, dependiendo de otros factores.
La escasez actual de médicos creada por los capitalistas es generalizada, pero ciertas áreas son las másf afectadas.
La escasez en las zonas rurales es ahora notoria. La inversión en la provisión de servicios de salud en áreas rurales con pobreza generalizada simplemente no es vista por los especuladores de asistencia médica como rentable.
Un estudio conjunto de 2019 del Radio Público Nacional, la Fundación Robert Wood Johnson y La Escuela T.H. Chan de Salud Pública de Harvard descubrió que alrededor del 25 por ciento de las personas que viven en áreas rurales no podían acceder a la atención médica porque un médico u hospital estaba demasiado lejos. El mismo estudio encontró que solo el 3 por ciento de los que estaban en su último año de la escuela de medicina querían comenzar una práctica en un pueblo rural o pequeño. Las razones generalmente citadas fueron el costo prohibitivo de establecer tal práctica y la naturaleza del trabajo que consume mucho tiempo en áreas que faltan recursos. Incapaces de recolocar médicos que envejecen, más de 100 hospitales rurales en todo el país han cerrado desde 2010.
lLa situación es aún peor entre las comunidades nativas. Las comunidades indígenas siempre han enfrentado una escasez en todos los aspectos de la provisión de atención médica, que el gobierno federal es legalmente responsable de financiar. La crisis solo ha empeorado en los últimos años. La razón principal es la falla persistente del gobierno federal para financiar adecuadamente los servicios de atención médica para las naciones y tribus nativas, lo cual es una violación de sus obligaciones de tratados de nación a nación.
Según el Congreso Nacional de Indígenas Americanas, en 2014 el gasto federal promedio por paciente a través del Servicio de Salud Indígena fue de solo $3,107, en comparación con $8,097 por persona a nivel nacional. Si contamos solo el gasto médico, la cifra cae a unos míseros $1,904.
La escasez de médicos es una parte de la historia más amplia cuando se trata de cómo los nativos sufren de peor acceso general a la atención médica.
Según la Asociación de Colegios Médicos Norteamericanos, de los 19.000 médicos estadounidenses que completaron la escuela de medicina en 2016, solo 31 eran nativos. Esto es un gran problema ya que los médicos nativos están los más dispuestos a practicar la medicina en las comunidades nativas. Pocas escuelas de medicina hacen algo para reclutar y capacitar a estudiantes nativos. Candidatos nativos a menudo son rechazadas debido al sesgo racial y nacional, y las disparidades que conducen a un bajo número de solicitantes nativos de la escuela médica no comienzan el momento del ingreso, sino en el jardín de infancia.
Un área que rara vez se menciona en la discusión nacional sobre la escasez de médicos es el reciente impacto de la prohibición de viaje de Trump. El Consejo Norteamericano de Inmigración (AIC por sus siglas en inglés) informa que hay más de 247.000 médicos en ejercicio en el país con títulos de fuera de los Estados Unidos. Esto se traduce en aproximadamente el 25 por ciento de todos los médicos y el 40 por ciento de todos los proveedores de atención primaria. De estos, alrededor de 7.800 provienen de países incluidos en la prohibición de viaje de Trump. Después de que la prohibición de viaje entró en vigencia, se observó una caída inmediata de alrededor del 3 por ciento en los solicitantes de residencia médica nacidos en el extranjero en los Estados Unidos.
Los médicos nacidos en el extranjero satisfacen una necesidad en las zonas rurales donde la mayoría de los médicos nacidos en los Estados Unidos son reacios a practicar. El informe de la AIC también señala que los médicos nacidos en el extranjero tienen más probabilidades de prestar servicios en áreas de bajos ingresos y atender principalmente a pacientes de color.
Nuevo México es un lugar donde todos estos factores se combinan. Más del 40 por ciento de la población vive en áreas de escasez de profesionales de la salud de atención primaria, lo que significa áreas donde la relación de población a proveedor es de 3.500 a 1 o peor. 32 de los 33 condados del estado tienen escasez de médicos.
Casi una cuarta del estado se considera rural y tiene la tasa de pobreza rural más alta del país. En algunas de estas áreas, la telemedicina y la tele-farmacia son las únicas formas de recibir cualquier tipo de consulta médica.
Incluso en áreas metropolitanas como Albuquerque, suponiendo que uno tenga seguro de salud, puede ser prácticamente imposible encontrar un proveedor de atención primaria. No es raro que los pacientes llamen a los médicos durante meses y nunca encuentren un proveedor, ya sea un médico o un enfermero facultativo, que tenga una oportunidad o acepta nuevos pacientes. Como resultado, los pacientes a menudo se quedan sin la atención que necesitan, especialmente si necesitan ver a un especialista.
Estos son los tipos de absurdos evitables que se producen cuando el cuidado de la salud no está garantizada como un derecho constitucionalmente protegido. La provisión de atención médica debería planificarse, incluido el reclutamiento y la capacitación de un número adecuado de médicos, especialmente de las comunidades que el sistema de salud privado descuida y no presta servicios.