Este artículo fue escrito por un miembro del Partido Por Socialismo y Liberación que participó como observador electoral en las elecciones legislativas de junio en México por invitación del partido Morena.
Al solo minutos de haber llegado a la primera casilla en el municipio de Iztacalco, muchos en línea para votar inmediatamente concentraron su atención en nuestra delegación de observadores internacionales de los Estados Unidos, varios países de Latino América y Europa. Al aproximarnos a entrar a la casilla, una votante se fijó en nuestros gafetes emitidos por el Instituto Nacional Electoral (INE), y protestó que nuestra presencia era una irregularidad y violaba el proceso electoral. En otro instante, un señor de edad Iztacalqueño recibió nuestra delegación con mucho júbilo y alegría, se dirigió a los compañeros que vinieron de Bolivia y Venezuela, y exclamó su gran apoyo a los procesos revolucionarios de esos países.
Esta variedad en reacción de aprobación y disgusto por nuestra presencia, no nace sólo de una confusión por la curiosa decisión estética del INE de diseñar los gafetes de observadores con el color guinda, el mismo color oficial asociado con el rojo oscuro de Morena, sino también por el arder partidario que se siente en las calles de México.
Por un lado, el movimiento Morena, que en 2018 tomó por primera vez el poder presidencial. Morena -el Movimiento de Regeneración Nacional- es el partido del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, popularmente conocido como AMLO. La victoria de Morena supuso una derrota histórica para el neoliberal Partido Revolución Institucional (PRI) que había gobernado México durante más de 70 años, así como para el conservador Partido Acción Nacional (PAN).
En el otro lado está la oposición. Este año el PRI y el PAN formaron una coalición de partidos neoliberales de derecha para tratar de frenar el movimiento de Morena. Su programa político es el de continuar con el neoliberalismo capitalista de las últimas décadas que ha causado tanta devastación y sufrimiento en México.
La Cuarta Transformación
Fuimos invitados por Morena para observar las elecciones intermediarias que se llevaron a cabo el 6 de junio. Estaban en juego los 500 escaños de la Cámara de Diputados, 15 gubernaturas y miles de alcaldías en todo el país. Dirigentes y militantes de Morena en la víspera de las elecciones enfatizaron reiteradamente que éstas serían las elecciones más importantes de la historia de México y fundamentales para emprender la “Cuarta Transformación” (4T). Uno de esos requisitos para la 4T sería una mayoría calificada de los diputados, o sea 333, para aprobar las reformas constitucionales.
México fue uno de los primeros países del mundo en abolir oficialmente la esclavitud. Poco después del famoso Grito de Dolores del cura Miguel Hidalgo, la guerra de independencia contra España dirigida por los afromexicanos José María Morelos y Vicente Guerrero proclamó la liberación de los esclavos en 1821.
Según los dirigentes de Morena, la primera transformación comienza con la mencionada guerra de independencia en 1821. La segunda transformación fue al inicio de la Guerra de Reforma en 1857, que culminó con el gobierno del primer presidente indígena de México, Benito Juárez. La tercera transformación se refiere a la Revolución Mexicana de 1910, que puso fin a la dictadura del país y trajo consigo profundas reformas sociales. Esa tercera transformación incluyó importantes reformas en la década de 1930, como la nacionalización del petróleo y otras industrias estratégicas de México.
La Cuarta Transformación ha iniciado muchas de las promesas hechas por Obrador y Morena. Desde 2018, han logrado aprobar la Ley de Hidrocarburos para frenar una mayor privatización del sector energético, y favorecer a la empresa estatal PEMEX frente a los inversionistas extranjeros. Actualmente la Ley de Hidrocarburos está detenida por impugnaciones de tribunales e inversionistas. El salario mínimo ha aumentado un 45% aproximadamente. Los impuestos aumentaron para las grandes empresas.
Obrador ha implementado varias leyes y reformas que no sólo afectan a los representantes del gobierno, sino a su propio mandato. Se eliminó la inmunidad presidencial que protegía a los jefes de Estado de ser juzgados por delitos. Y se implementó una nueva ley de revocación de mandato y consulta popular, que intenta evaluar la labor del presidente a mitad de su mandato.
Otro de los logros de Morena es garantizar el derecho constitucional a una pensión para todas las personas mayores de 68 años. Esta misma ley también garantiza becas para estudiantes de familias de bajos recursos desde el preescolar hasta la universidad. Finalmente, también se incluyó en esta reforma el acceso a la atención médica gratuita para las personas que no tienen seguro social (casi la mitad del país). Estas reformas fueron posibles no sólo por el triunfo presidencial de AMLO, sino también por la mayoría legislativa que obtuvieron en 2018.
El primer acto de AMLO fue garantizar la paridad de género en su gabinete, seleccionando un número igual de mujeres y hombres para el mandato. Estableció conferencias presidenciales diarias por la mañana para informar sobre los avances de la administración y responder a las preguntas de la prensa. Han habido muchos retos y contradicciones durante el mandato de Obrador, y la economía en general sigue estando firmemente en manos de la clase capitalista, pero la “Cuarta Transformación” representa la visión estratégica del movimiento que lo llevó al poder.
Iztapalapa: Una utopía hecha realidad
Era el día antes de las elecciones y nuestros compañeros de Morena nos avisaron que íbamos a ir a una de las Utopías del municipio de Iztapalapa. El viaje no fue largo y llegamos al municipio en menos de 20 minutos. Al entrar por la calle principal de la Avenida San Lorenzo, nuestra delegación inmediatamente sacó sus cámaras y teléfonos móviles para tomarle fotos a la larga cordillera de muros que adornaban a la calle con imágenes y mensajes poderosos de mujeres y aspectos principales de los pueblos originarios de México. Otro peculiar aspecto de esta calle era también que se habían instalado una fila eterna de postes de luz para alumbrar la avenida. Una representante de la alcaldía de Iztapalapa nos explicó que estas calles están en varias avenidas principales de Iztapalapa y fueron nombradas “Calle de mujeres libres y seguras”.
El proyecto forma parte de la recuperación de calles y espacios públicos en Iztapalapa. Se construyó con la aprobación y participación de la comunidad. Antes de 2018 la calle no estaba completamente pavimentada y tenía poca iluminación. Era conocida como una calle muy peligrosa para las mujeres, que eran objeto de acoso y violencia a diario.
Iztapalapa es un pueblo originario de México. La mayoría de los habitantes de Iztapalapa son migrantes del sur de México, como Chiapas y Oaxaca, que emigraron a Ciudad de México en busca de trabajo. Esta migración interna es el resultado de décadas de leyes neoliberales como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que ha sido el principal responsable del éxodo.
Nuestro recorrido por varias calles de Iztapalapa reveló que la mayoría de sus habitantes eran trabajadores de bajos ingresos y pobres de México. La ciudad tiene una densa población con problemas de abastecimiento de agua y otras dificultades, pero en el momento en que nuestro transporte llegó al estacionamiento de Utopía Tezontli parecía que habíamos sido transportados a un club campestre o a una zona de recreo privada en uno de los barrios más ricos de México. Pero no, Utopía Tezontli estaba en el corazón de Iztapalapa y, a diferencia de un club campestre, el acceso era completamente gratuito y abierto a todos los habitantes del municipio.
Las Utopías son un proyecto de la alcaldía de Iztapalapa encabezado por la alcaldesa Clara Brugada, militante de Morena que asumió el cargo en 2018. El proyecto es central en la recuperación de espacios públicos para dotar de infraestructura y servicios de mayor calidad a la población. Las Utopías son áreas recreativas que incluyen canchas de fútbol de pasto natural, un parque canino, pistas de BMX, albercas olímpicas, clases de gimnasia y danza, salas de música y un teatro para 400 personas, entre otros. También hay instalaciones de servicio público completamente gratuitas que incluyen centros de rehabilitación sin prejuicios, servicios de salud mental, talleres de arte e informática, viviendas para personas mayores, entre otros, completamente gratuitos.
Hoy hay ocho utopías sólo en la municipalidad de Iztapalapa, con seis más en construcción. La más grande tiene 100 mil metros cuadrados. El recorrido por las instalaciones dejó claro que el proyecto ha dotado a esta comunidad, antes olvidada, de un espacio en el que pueden realizar sus actividades físicas, obtener recursos esenciales y explorar sus talentos y aprender. Aunque muchos de los problemas institucionales, como la desigualdad y la falta de suministro de agua, continúan, al menos la comunidad cuenta ahora con un lugar propio de alta calidad y gratuito.
Morena: Mitad movimiento, mitad partido
Un mensaje frecuentemente repetido por los representantes de Morena durante mi visita fue la compleja identidad de Morena como mitad movimiento y mitad partido. En el libro “Un año de la 4T”, de Armando Bartra, explica el deseo del movimiento de contar no sólo con la popularidad de AMLO en el país para impulsar el movimiento. Temen que concentrar el rostro del partido en AMLO a costa de la propia organización sería un error que los pondría en una posición vulnerable.
En el segundo día de nuestro viaje a México, tuve la oportunidad de asistir a un panel titulado “Jóvenes y Feministas”. Escuchamos charlas y discusiones de varios jóvenes dirigentes de Morena, en su mayoría mujeres, sobre lo orgullosas que estaban de representar al partido y a sus organizaciones de masas. Una de estas organizaciones es el Comité Feminista 4T. Esta organización dirigida por mujeres militantes del partido se encarga de popularizar el feminismo como parte fundamental de la Cuarta Transformación.
Una de sus principales actividades es la difusión puerta a puerta en la comunidad y la exigencia de que todos los candidatos y funcionarios de gobierno afiliados a Morena se comprometan a implementar una agenda feminista popular. Muchos frutos de este trabajo ya son evidentes. Morena es el primer gobierno con paridad de género en la historia de México, y el primer partido con una secretaría de diversidad sexual.
Morena a nivel nacional es una coalición de varias fuerzas políticas, en su mayoría de izquierda. Morena no presenta su programa para México como un proyecto socialista, sino de oposición al camino neoliberal y de derecha que México ha seguido desde hace muchas décadas.
AMLO y Morena también han jugado un papel importante en la política regional latinoamericana. Desde que llegó al poder, la administración de AMLO se ha alejado del “Grupo de Lima” antivenezolano y ha mostrado su solidaridad con Venezuela y Bolivia en particular. Se negó a firmar una declaración del Grupo de Lima que calificaba de fraude las elecciones presidenciales venezolanas de 2018 de Nicolás Maduro, y condenó el fallido intento de golpe de Estado de Guaidó contra el presidente Maduro en 2019, ideado por Estados Unidos. En Bolivia, no sólo denunció el golpe de Estado de la derecha contra el ex presidente boliviano Evo Morales, sino que le ofreció asilo, salvando su vida y allanando el camino para su eventual regreso triunfal a casa.
El árbitro parcial
El día de las elecciones, hicimos un largo recorrido por varias casillas electorales en diferentes municipios de la Ciudad de México. Visitamos cuatro municipios: Iztacalco, Benito Juárez, Coyoacán y Magdalena Contreras. Observamos pocos o ningún incidente en la mayoría de las casillas que visitamos. Sin embargo, en dos casillas de Magdalena Contreras fuimos testigos de la compra de votos a menos de 50 pies de la entrada de las casillas.
La compra de votos fue evidente, ya que varias personas, después de votar, se acercaban a individuos que llevaban carpetas y verificaban con lo que suponemos era una foto de teléfono que habían votado por su candidato. Nuestra delegación informó inmediatamente a los representantes del INE de las violaciones que observamos. El representante del INE dijo que ya sabía lo que estaban haciendo, pero que estaba fuera de su jurisdicción, ya que lo hacían fuera de la casilla.
La oposición fue responsable de la mayoría de las violaciones e irregularidades electorales, como la compra de votos, el acarreo (práctica en la que los votantes son transportados a la fuerza o animados a votar por un candidato a cambio de algo), la supresión de votantes y la alianza con sectores criminales para intimidar a los votantes. Durante la campaña electoral 34 candidatos fueron asesinados por el crimen organizado. La crisis de las ejecuciones masivas y la violencia extrema alimentada por el narcotráfico ha pesado mucho en la población.
En la segunda casilla electoral que visitamos en Iztacalco vimos una enorme fila que recorría toda la manzana. Esta casilla estaba reservada para los mexicanos de otros estados o que están lejos de su casa donde están registrados para votar, pero nos encontramos con una multitud de personas que se quejaban de no poder votar.
Aunque el INE es una institución independiente de cualquier partido político o del gobierno de turno, los representantes de Morena han denunciado al INE como un árbitro parcial. Uno de los objetivos de la administración de AMLO es reformar el INE.
Qué significan los resultados para Morena y México
Al conocerse los primeros resultados preliminares en la noche de las elecciones, los medios corporativos de derecha inmediatamente hicieron uso de su cerco informativo para coordinar la narrativa sobre los resultados. Los líderes de Morena señalan la campaña de desinformación de la derecha y el sesgo informativo de los medios corporativos como las principales razones por las que Morena no logró la rotunda victoria que esperaba. No obstante, Morena ganó la mayoría de los escaños que estaban en juego en las elecciones.
El mal desempeño de Morena en la Ciudad de México fue la gran sorpresa de la elección. Es la primera vez en mucho tiempo que la derecha gana en la Ciudad de México, el epicentro de la izquierda mexicana y el lugar donde se han logrado muchos cambios sociales progresistas como el derecho al aborto y el respeto a la diversidad sexual.
Morena, por su característica de partido-movimiento, atrae a varias fuerzas políticas no sólo de la izquierda sino también a figuras oportunistas del centro e incluso de la derecha. Muchos argumentan que algunas de las pérdidas de Morena en la Ciudad de México y en el resto del país son culpa de la gestión de Mario Delgado como presidente del partido. Delgado es un economista y político profesional que representa al ala derecha del partido.
Delgado llegó a la presidencia de Morena a instancias de la dirección del partido tras una larga y prolongada lucha por el poder. Delgado no es una figura querida por la mayoría de los militantes del partido por el papel que jugó en la aprobación de la privatización del sector energético del ex presidente Enrique Peña Nieto, cuando aún pertenecía al Partido Revolución Democrática (PRD).
Pero las pérdidas también se atribuyen a la batalla sobre el futuro de la difícil industria petrolera de México, en la que la oposición del PRI/PAN/PRD aboga por continuar la “modernización” de PEMEX mediante la inversión extranjera. Esto ayudó a impulsar a gran parte de la clase media de la capital a votar por la coalición de derecha.
Ahora que han pasado las elecciones, la próxima tarea de Morena a nivel interno es de reflexión. Dirigentes y militantes planean exigir a la dirección del partido que se comprometa con los movimientos de masas de los que proceden sus militantes más entregados para cambiar y hacer crecer el partido.
Aun así, Morena ganó 12 de las 15 gubernaturas que estaban en juego en estas elecciones. Con las seis que ya tenía, esto le da una mayoría de 18 de las 32 gubernaturas nacionales. Hay algunas gobernaciones que la oposición ganó oficialmente pero que están siendo disputadas. Aunque la derecha ganó 9 de 16 municipios y demarcaciones en la Ciudad de México, a nivel nacional Morena ganó 692 municipios o alcaldías frente a las 495 que obtuvo en 2018.
Aunque Morena perdió escaños en la legislatura nacional y no pudo lograr la mayoría calificada de 333 diputados necesarios para las reformas constitucionales que busca, aún mantiene la mayoría necesaria para aprobar las reformas operativas y el presupuesto nacional.
Al día siguiente de las elecciones y con los resultados oficiales ya publicados, los obstáculos no pudieron apagar el optimismo y la voluntad de resistencia de los compañeros de Morena que nos acompañaron durante nuestra visita. Muchos de ellos se pusieron inmediatamente a reflexionar sobre cómo pueden mejorar su trabajo para el pueblo.