La resistencia del pueblo hondureño continua

El 28 de junio de 2009, el gobierno de Obama llevó a cabo su
primer derrocamiento de un presidente democráticamente eligido en
Latinoamerica. Las fuerzas armadas hondureñas, con ametralletadoras en mano,
sacaron al Presidente Manuel Zelaya de su casa y lo obligaron a subirse a un
avión, que aterrizó en la base aérea norteamericana Soto Cano. De la base se lo
llevaron a Costa Rica, cuyo gobierno se hizo cómplice del golpe de estado.

Con el derrecomiento del Presidente Zelaya, Obama demostró
que era capaz de cumplir con las promesas que había hecho en Miami ante la
Fundación Nacional Cubano Americana el 23 de mayo de 2008, cuando juró revertir
la creciente tendencia de los países latinoamericaos a reivindicar su
soberanía. Obama manifestó su decisión de volver a imponer la dominación de
Estados Unidos sobre la región.

Las últimas décadas de saqueo y explotación por parte de las
empresas transnacionales, bajo gobiernos elegidos e instaurados por el
Departamento de Estado y la CIA,
han devastado a América Latina, pero a la misma vez han provocando un amplio
rechazo de las políticas neoliberales. Esta reacción es la fuerza motriz detrás
de los movimientos de  Venezuela y
Bolivia y la creación de la Alternativa Bolivariana para las Américas, entre
otras iniciativas regionales.

El derrocamiento del Zelaya y la “elección” manejada de
Porfirio Lobo permitió a la burguesía nacional retomar el control sobre el
gobierno. Honduras fue retirado del ALBA y se ha intensificado la explotación
del pueblo y de sus tierras y recursos naturales.

El capitalista multimillonario Miguel Facusse está
convirtiendo el Bajo Aguán en una vasta plantación palmera para la exportación
del aceite para los biocombustibles. Secuestra y asesina a los campesinos que
tratan de defender sus derechos a la tenencia de las tierras. David Zaccaro es
la máscara pública del consorcio detrás del megaproyecto turístico Bahía de
Tela, que está tratando de exiliar a las comunidades locales, en especial la
Garífuna. La minera transnacional Goldcorp está destruyendo la agricultura y
los recursos hídricos. Finalmente, el financiero norteamericano Paul Romer ha
lanzado una iniciativa para cambiar la constitución hondureña para permitir la
construcción de ciudades privatizadas—“zonas especiales” que tendrían sus
propias constituciónes y sistemas jurídicos al servicio de los la inversión
privada.

Pero el golpe provocó un levantamiento combativo por el
pueblo hondureño, cuya resistenca no ha flaqueado durante el último año y
medio. En un esfuerzo por controlar a poblacion, el gobierno quiere impulsar el
cierre de radios comunitarias en las áreas de más resistencia. Las
radioemisoras han sufrido repitidos ataques; ya fueron asesinados ocho
periodistas en los primeros seis meses del gobierno de Lobo.

Los asesinatos políticos, secuestros y torturas son hechos
comunes y han mantenido a los líderes de la resistencia bajo vigilancia
constante. Las fuerzas gubernamentales han matado a más de 200 miembros de la
Resistencia desde el golpe; 36 activistas y líderes han sido asesinados desde la
toma de posesión de Lobo. Por lo menos 50 personas particulares han muerto en
la violencia política. Otro blanco de la represión gubernamental es la
comunidad lésbica, gay, bisexual y transgénero—desde enero se ha denunciado el
asesinato de cinco personas de esta comunidad.

A pesar de su brutalidad, el gobierno está lejos de derrotar
al pueblo hondureño. Bajo el liderazgo del Frente Nacional de Resistencia
Popular, se sigue luchando por una nueva constitución, para la construcción de
un nuevo estado para los trabajadores y campesinos hondureños.

El Partido Socialismo y Liberación está con el pueblo
hondureño y con el FNRP en su valiente lucha por la autodeterminación y la
liberación.

¡Solidaridad con el movimiento popular hondureño!

¡Fuera Estados Unidos de América Latina y de todos los
países!

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