Una unidad de 78 para-profesionales en la zona rural de Cold Spring, Minnesota, ratificó su contrato después de una lucha de varios meses con los administradores escolares. La unidad ha tenido una campaña de organización impresionante para ganar unos de los mejores paquetes de aumento para los para profesionales en el área. Estas ganancias incluyen un aumento del 30% en contribuciones por parte del empleador en asistencia médica, un aumento de sueldo del 8-9% durante dos años, pago de la liquidación de una reclamación de varios miembros, y aumentos significativos de las diferencias salariales por longevidad.. En un tiempo donde las victorias sindicales retumban por las ciudades gemelas, esta unidad en Cold Spring, Minnesota demuestra que las/os trabajadoras/es rurales no deberían de ser subestimados en su capacidad en organizar y ganar.
Para profesionales citaron una variedad de razones por cuál entraron en esta lucha, unos de los más significativos siendo bajos sueldos y mejor dotación de personal. En 2023, un para profesional corriente en el distrito escolar ganaba menos de $22,000 al año. Muchos/as para profesionales trabajaban múltiples trabajos para poder sobrevivir. Trabajadores/as también reportaron un aumento alarmante en lesiones de cuello por cuidar niños pequeños, y también la falta de personal durante y después de la pandemia de Covid-19. Más allá de las cuestiones laborales, para profesionales también reportaron sentirse que había una falta de reconocimiento por su trabajo y que muchas veces fueron tratados como si fueran insignificantes y reemplazables. Un para profesional reportó que su gerente de edificio reclamó “… no importa si tú [los para profesionales] vas a la huelga, lo tenemos todo controlado”. Los mismos miembros de la junta escolar hicieron comentarios en sus juntas públicamente transmitidas, diciendo que el trabajo para profesional es un “trabajo a tiempo parcial” y “no lo suficiente para mantener una familia, lo cual es una decisión”. Estos miembros de la junta reafirmaron, diciendo que en comparación a para profesionales, ellos “trabajan en la vida real” y “trabajan todo el año”.
Seamos claros, para profesionales no se meten en esta línea de trabajo para ganar mucho dinero. Para profesionales abrumadoramente reportaron, su primaria motivación en entrar en este sector es para cuidar niños quienes fueron abandonados por estructuras de aulas convencionales. Sin embargo, un considerable número de paras fueron obligados a conseguir uno o dos trabajos más para llegar al fin del mes.
El trabajo de para profesionales es socialmente reproductivo; no solo ayudan a niños/as hoy, pero también modelan relaciones saludables y respetuosas con niños/as que pueden usar en interacciones en el futuro. Un para dijo que desea que todos los/as niños/as con quien ella trabaja algún día digan “sí, ella me ayudó. Y ahora sé qué hacer con mis [hijos]”. Ellas/os hacen su trabajo porque entienden que los hijos son el futuro. Cada día, para profesionales hacen unos de los más importantes trabajos -asegurándose que niños se conviertan en adultos comprensivos.
Cuando uno hace trabajo de este tipo, un trabajo debería de ser suficiente para que las/os profesionales mantengan a sus familias. No deberían tener que trabajar más de un turno cuando se acabe el día escolar. Este trabajo es un verdadero trabajo, sin importar que los miembros del comité escolar no lo vean como tal.
Para las/os para profesionales en Cold Spring, involucrarse significa tener un decir en impulsar la junta escolar que haga más de lo que ha hecho hasta ahora. Una para profesional señaló que se involucró en la lucha ya que “yo pienso que nosotros merecemos mucho más de lo que nos dan. Yo aprendí lo que la administración gana y es mucho más de lo que tenemos”. Durante años, los paras habían recibido contratos que mejoraban marginalmente sus condiciones, pero querían que el distrito escolar se tomara en serio sus reivindicaciones.
La mayoría de las/os para profesionales son mujeres, y la mayoría de los miembros del distrito escolar caracterizan a para-profesionales como amas de casa que no necesitan un aumento salarial. Este tipo de caracterización es prevalente en trabajos considerados “trabajo de mujeres”, que en gran parte consiste de alguna forma de cuidado o labor doméstico. Esto nos lleva a preguntarnos por qué la gente se siente tan cómoda al decir que ciertos trabajos deberían ser menos pagados o es menos difícil que otros tipos de trabajo. Una gran parte de las negociaciones fueron más allá de lo económico – esta lucha se trataba de que la junta escolar tomará a las/os “paras” seriamente y que reconocieran el valor de su trabajo.
Las/os paras tuvieron que ser muy militantes en su organización para que fueran tomados seriamente. Ellas/os conversaron con sus colegas sobre las negociaciones del contrato y empezaron a invitarlos/as a sus negociaciones abiertas, organizando acciones, y planificando reuniones. Sobre el curso de las negociaciones, la membresía del sindicato fue del 80% al 100% para cuando ratificaron el contrato. La participación fue tan grande que los/as trabajadores/as fuera de los equipos de negociaciones y acción de contrato empezaron a formar comités adicionales para la logística, en planeamiento de intensificación, y alcance comunitario.
Mientras miembros de la junta escolar intentaron pintar el “sindicato” como un tercer partido que estaba presionando a las paras a escalar, las/os paras organizaron sus propias acciones y marcharon en la oficina de la administración para demandar mejores cláusulas contractuales. ¿Después de todo, que es un sindicato si no una organización hecha por y para colegas? Las/os paras se negaron a caer en el intento de la junta escolar de alejarlas/os de su representación sindical. Cuando la junta escolar seguía demorándose con mejores condiciones, los paras tomaron el siguiente paso – presentaron una moción a un paro. La decisión no fue fácil, las/os paras entendían que una huelga los llevaría a la incertidumbre y dificultad. Pero, estaban dispuestos a sufrir temporalmente si significaba que podrían conseguir ganancias a largo plazo.
A pesar de la intimidación y comentarios degradantes, los paras se negaron a romper la unidad en sus decisiones. Cuando las paras hicieron su moción de paro, la junta escolar entendió que iban en serio. Un para profesional que había trabajado en el distrito por más de 20 años dijo “… la administración se dio cuenta de que nosotros estamos dispuestos a trabajar juntos y eso es una gran ventaja. Por primera vez, alguien por fin se enfrenta con la junta escolar”. Dentro de dos días, la junta escolar se asentó a las demandas de los paras y aprobaron unos de los mejores contratos que para profesionales han visto.
Al ganar estos términos de contrato, paras mantuvieron sus seguros médicos asequibles después de los incrementos en primas a las que se habían enfrentado, aumentar el sueldo inicial a niveles comparables a través de la región, y recibir reconocimiento por su dedicación a la comunidad. El aumento en contribuciones en aseguranza médica fue unos de los incrementos en la historia de la unidad. El aumento salarial incremento más de dos veces más lo típico para la unidad, y los paras habían estado peleando por un aumento en antigüedad de diferencias de sueldos por años. Las condiciones de este contrato contenían la realización de años de sueños y esperanzas de esta unidad y les han proporcionado no solo ganancias económicas, pero un aumento en la dignidad y reconocimiento en el trabajo.
Una victoria como esta en una zona rural de Minnesota pone fin a conceptos erróneos comunes sobre la conciencia política de los/as trabajadores rurales. A menudo se considera que los/as trabajadores rurales están menos a favor de los sindicatos que los de centros urbanos. Si bien la atención nacional suele centrarse en las luchas sindicales en las principales ciudades y en las costas, los/as trabajadores de las zonas rurales están construyendo sus propios movimientos militantes para ser vistos, escuchados y compensados. En su pequeño distrito escolar, las/os paras reconocieron a muchos de los miembros de su comunidad cuando salieron a distribuir volantes, lo que facilitó notablemente la obtención de apoyo para su lucha por el contrato. Cuando organizaban reuniones de planificación, frecuentaban un bar local. Las/os para profesionales utilizaron elementos únicos de la vida de una pequeña ciudad a su favor para generar apoyo local para su causa.
Una para reflejaba en la organización en la zona rural y dijo, “Yo pienso que es más fácil en los distritos escolares más pequeños. Tienes un grupo más chico con quien trabajar y todos podemos reunirnos para planear cosas… es más fácil que nos comuniquemos entre nosotros en el trabajo. Demuestra que si se puede”. Cold Spring no es una región liberal; la mayoría de los residentes votan por el partido Republicano. Sin embargo, hubo un inmenso apoyo comunitario cuando las/os paras comenzaron a hablar sobre su lucha. Paras asistieron a las reuniones de la junta escolar para testificar sobre lo que habían hecho por sus hijos, enfurecidos con las condiciones que las/os paras enfrentaban.
Esta victoria también resalta verdades importantes sobre lo que realmente significa organizarse. Cuando comenzó esta lucha por el contrato hace un año, más de una quinta parte de la unidad de para profesionales no estaban organizados, e incluso la mayoría de los miembros existentes no participaban activamente en el sindicato. Los delegados y otros miembros del sindicato aumentaron la afiliación sindical al 100%, no arreando a los no sindicalizados o diciéndoles qué hacer, sino creando una sensación de empoderamiento a través de demandas alcanzables y la protección de la acción colectiva.
Estar sindicalizado no es cuando el sindicato le dice a la gente que tienen que hacer algo para ganar. ¿Después de todo, quién es el “sindicato”? El sindicato son las/os trabajadoras y sus compañeros. Al llevar a cabo diversas acciones, las/os trabajadores se dieron cuenta de que la capacidad de ganar ya existía en ellos. Forjaron unidad y disciplina dentro de sus filas, para que cuando el distrito los desafiara a ir a la huelga, pudieran hacer frente al distrito. Esta batalla contractual fue una comprensión del poder de las/os para profesionales: que su trabajo era valioso y que el distrito escolar no funcionaría sin ellos.
Sobre todo, las/os paras entraron en esta lucha por las y los niños. Mientras pasaban volantes en la comunidad, se toparon con unos de sus estudiantes -estaba afuera disfrutando del día con su familia. Su rostro se iluminó, y también el de ellas/os. En el momento en que vieron a ese niño, no tuvieron más que ternura y cuidados para brindarle. Estaban realmente interesados en su día y emocionados de verlo durante la semana escolar. Hay una compasión que recorre su trabajo y que toca un nervio central que todos tenemos en lo más profundo: el sueño de que el futuro será mejor.
Las/os paras querían grandes triunfos para cubrir sus necesidades y así poder mejor ayudar a los demás. Las/os paras ganaron grande porque ellas/os entendieron que no podrían ganar grande, al menos que tengan disciplina, unidad, y dedicación. Como dijo uno de las/os para profesionales, “yo pienso que estas mujeres merecen tener algún nivel de seguridad para que no siempre estén en modo de supervivencia trabajando en un trabajo donde cuidan a tantas personas”. Hay fuerza en cuidar y servir a los más vulnerables, y es exactamente con esta fuerza que pudieron transformarla en poder para llegar a la victoria.