Todos los planes
propuestos por Obama y los politiqueros apenas haría una insignificante
diferencia en el desempleo y sus efectos a largo plazo.
Lo que tenemos
ante nosotros es un problema muchísimo maas grande de lo que la Casa Blanca y
el congreso están dispuestos a admitir. Fundamentalment no es un problema
causado por malas políticas, tampoco puede ser resuelto simplement por medio de
elevar los impuestos de los ricos (Aunque ello ayudaría).
El sistema capitalista no puede resolver el problema del desempleo por varias
razones:
1. El sistema económico no planificado lleva a crisis
periódicas de sobreproducción. La competencia entre las empresas por controlar
el mercado los lleva inevitablemente a producir más que lo que pueden vender
con ganancia. Cuando pasa esto,
reducen el número de empleados para mantener el mismo margen de ganancia.
2. Se emplea la
tecnología en perjuicio de los trabajadores, no para ayudarlos. Casi todos los
avances tecnológicos son para eliminar trabajos. Pero mientras se reduce la
fuerza laboral, los trabajadores que se quedan tienen que producir más. Así que
se castiga a la clase trabajadora por su propia productividad.
3. El sistema
requiere que una parte de la fuerza laboral esté desempleada. Si todo el mundo
tuviera empleo, los trabajadores demandarían aumentos y no temerían ser
reemplazados. Los capitalistas prefieren una tasa de desempleo de 4%—lo que
engañosamente llaman “empleo pleno”—pero esto significa que cinco millones
de trabajadores no tienen empleo.
4. Los vastos
recursos que podrían utilizarse para emplear a los trabajadores cesantes están
en manos de un minúsculo número de capitalistas. Debido a la dictadura
económica de los bancos, lo único que hace el gobierno es regalar más y más
concesiones a estos capitalistas para que sientan con más “confianza”
para invertir.
5. Los
capitalistas sólo ofrecen empleo cuando les es rentable. Los capitalistas no
gastarán sus billones de dólares hasta que crean que pueda rendir una cifra
estable de ganancias para ellos.
Todos estos
problemas están relacionados entre si, y no se pueden resolver uno por uno.
Necesitamos una economía que funcione a base de criterios totalmente
diferentes.
Existen decenas
de millones de personas que quieren trabajar, o estarían dispuestos a regresar
a estudiar para aprender un oficio diferente si sus empleos que se han vuelto
obsoletos.
No es utópico
exigir una sociedad en la que sus vastos recursos humanos se empleen para
satisfacer sus vastas necesidades. No es utópico exigir una sociedad en la que
los avances tecnológicos se utilicen para el beneficio de todos, y en que se
garantice a los trabajadores reemplazados por máquinas un salario mientras se
recapaciten para otros oficios.
De hecho,
necesitamos esa sociedad para salvarnos de un futuro de creciente desempleo y
pobreza. El socialismo—el control y la propiedad pública de los recursos
productivos—ya no es una idea para un futuro lejano. Ya es una demanda
básica y fundamental.
