Los oponentes del presidente Mohamed Morsi convocaron una huelga general este pasado 4 de diciembre para manifestarse en contra del apresuramiento en la elaboración de la propuesta constitucional y los decretos emitidos por Morsi para fortalecer su mandato. Los principales periódicos anunciaron planes para suspender sus publicaciones y los canales privados de televisión dejaron de transmitir.
Como resultado de esta convocatoria, decenas de miles de manifestantes salieron a las calles y se congregaron frente al palacio presidencial para oponerse a las últimas acciones de Morsi. Los manifestantes gritaban: “Morsi vendió la revolución” y “que caiga Morsi”. La policía utilizó gases lacrimógenos y disparó al aire cuando los manifestantes se acercaron al palacio presidencial después de haber atravesado un reten policial por la fuerza.
El 5 de diciembre, cerca del palacio presidencial, ocurrieron fuertes combates entre los partidarios y oponentes de Morsi. Los enfrentamientos dejaron un saldo de cinco personas muertas y cientos de heridos. Morsi abandonó el palacio un día antes como respuesta a las manifestaciones masivas.
Morsi emitió un decreto ejecutivo el 22 de noviembre. En dicho decreto, él anunció su mandato por encima de todo tribunal junto a una declaración constitucional que surgió después de que él habia ayudado a negociar un alto al fuego entre Hamas e Israel.
Lo oportuno de la declaración de Morsi no fue casual. Surgió un día después de que él desarrolló un papel clave en conjunto con la secretaria de estado Hillary Clinton. Las condiciones para el alto al fuego no incluyeron el fin del bloqueo a Gaza. La gratitud de Washington se reflejó en sus débiles críticas hacia Morsi después de que este promulgara decretos dictatoriales.
El 30 de noviembre, decenas de miles de egipcios se manifestaron en Tahrir Square y en otras ciudades importantes después de que la asamblea constituyente, controlada por la Hermandad Musulmana, aprobara la controversial propuesta de constitución.
Los egipcios salieron a la calles para oponerse a esta constitución, la cual no protege los derechos de la mujer, las libertades religiosas y la libertad de prensa. La oposición acusa a Morsi de “establecer una nueva autocracia en Egipto”. Morsi declaró que sus decretos eran pasos necesarios para eliminar cualquier forma de corrupción y los vestigios del viejo gobierno.
El proyecto de constitución fue aprobado por la asamblea constituyente durante una reunión pública que fue televisada. Para aprobar cada uno de los 234 artículos se llevó a cabo una sesión que duró 16 horas. La constitución recién elaborada es muy controversial para muchos egipcios que lucharon en contra de la dictadura de Mubarak.
Por ejemplo, el Articulo Dos dice: “El Islam es la religión del estado y el árabe es la lengua oficial. Los principios del Derecho Islámico (Saria) son la fuente principal del proyecto de ley”. El lenguaje en ese artículo ha creado mucho debate dentro de los círculos laicos y cristianos ante la presencia de una asamblea controlada por islamitas.
El Articulo 48 declara: “La libertad de prensa, la impresión, publicación y otros medios está garantizada…. Se prohíbe el control de lo que se publica en la prensa, pero puede existir una excepción en tiempos de guerra o de movilización nacional”. La frase “movilización nacional” tiene consecuencias jurídicas en lo que respecta a la imposición de leyes de emergencia, la cuales fueron utilizadas por los presidentes Sadat y Mubarak.
El Artículo 10 brevemente menciona a la mujer, y llama a “la reconciliación entre las obligaciones de la mujer con su familia y su trabajo”. De aquí que los manifestantes en contra de Morsi exigen igualdad de representación para todos los egipcios en la nueva constitución.
El 3 de diciembre, el Consejo Supremo Judicial acordó supervisar el referendo para aprobar el proyecto de constitución. Esto ocurre a pesar de que el canciller Ahmed el-Zind, director del Gremio de Jueces de Egipto, anunciara que el gremio rehusaba supervisar el referendo de la constitución programado para el 15 de diciembre, a menos que la declaración constitucional de Morsi fuera cancelada y todas las inferencias sean aclaradas.
Los oponentes de la declaración y de la nueva constitución continúan con su plantón en la plaza Tahrir Square, mientras que los partidarios de Morsi continúan con su plantón ante la Corte Suprema Constitucional para manifestarse en contra de un esperado fallo que dejaría sin efecto el Consejo Shura e inhabilitaría al comité que supervisa el proyecto para redactar la nueva constitución.
El tribunal suspendió su labores el 2 de diciembre cuando cientos de personas se congregaron frente a sus principales oficinas en Cairo, evitando que los jueces participaran en una sesión que presuntamente estudiaría la inconstitucionalidad de derecho para elegir el Consejo Shura y la estructuración de la asamblea constituyente que completó la redacción de la nueva constitución el 30 de noviembre. Han surgido un número de preguntas sobre la validez del proceso para votar por si acaso el poder judicial no supervisa el referendo, especialmente si el voto favorece a la constitución. Las elecciones parlamentarias están programadas para dentro de dos meses después del referendo, y los jueces también podrían reusar la supervisión de dichas elecciones.
Los magistrados han insistido en suspender sus labores hasta que el presidente suspenda su recientes decisiones, las cuales han sido descritas por ellos como una grave interferencia en las labores de las autoridades judiciales y una violación de la autonomía del poder judicial. Ahmed Abu Braka, uno de los líderes del partido Libertad y Justicia (Freedom and Justice Party), el brazo político de la Hermandad Musulmana, dijo que el presidente podría expedir una nueva declaración constitucional que permitiría que los abogados, los profesores universitarios y otros sectores de la sociedad supervisen el referendo, lo cual complicaría las cosas aun más.
El presidente Morsi es un miembro del la Hermandad Musulmana, la cual fue proscrita durante el gobierno de Mubarak. Él ganó las elecciones en contra del antiguo primer ministro, Ahmed Shafiq, por un margen reducido.
El presidente Morsi primeramente consolidó su poder removiendo de sus puestos al mariscal de campo, Tantawi, antiguo ministro de defensa en el gobierno de Mubarak, y al comandante del ejército, Sami Anan. La justificación de sus reemplazos fueron los ataques en la Península del Sinaí que dejaron sin vida a 16 egipcios. El teniente-general Abdel Fattah al-Sisi fue nombrado como ministro de defensa y ambos, Tantawi y Anan recibieron medallas de honor.
Las destituciones incluyeron inmunidad para Tantawi y para Anan por los delitos que ellos cometieron durante el denominado “período de transición” después de la salida de Mubarak. De esta manera se puede decir que se neutralizó al ejército y se forjó una alianza sólida entre la Hermandad y la alta jerarquía de las fuerzas armadas. Bajo la nueva constitución, se conceden fuertes incentivos al ejército y sus entidades para que obtenga inmunidad por su previa participación bajo el gobierno de Mubarak.
El ejército también se reserva el derecho a controlar su propio presupuesto y la política exterior, lo cual incluye mantener los acuerdos de Camp David con Israel y recibir millones de dólares en asistencia militar de Estados Unidos. La Hermandad fue la primera fuerza política que se reunió con el consejo militar después de la caída de Mubarak y continua haciendo tratos con el ejército.
En lo que respecta a Egipto, la posición de Estados Unidos se mantiene sin cambios, a la misma vez que el ejército egipcio ha recibido millones de dólares durante el transcurso del periodo de transición que ha durado año y medio. Estados Unidos considera a Egipto como un importante aliado estratégico en la región para salvaguardar la seguridad de Israel y la de los países productores de petróleo, como Arabia Saudita, que son gobernados por monarquías. El embajador estadounidense en Egipto y Hillary Clinton se han reunido repetidamente para tratar los paquetes de ayuda económica y la fase de transición para Egipto.
Las últimas acciones de Morsi corresponden a unas de las pocas demandas de la revolución, las cuales incluirían el juicio político del procurador general de Mubarak, el general Abdel-Megeid Mahmoud, una figura notoria y corrupta de ese gobierno. Como resultado de la farsa del encausamiento de Mubarak, se destituyó a Mahmoud, sus auxiliares y sus magnates corruptos. Todo esto mientras Morsi se otorgaba poderes absolutos.
Las manifestaciones en contra de Morsi continúan no solamente a causa de la constitución y poderes sin límites, sino también porque muchas de las políticas de Mubarak aun no han cambiado. Morsi no ha aseado el ministerio del interior, tampoco ha responsabilizado a las figuras notorias del antiguo gobierno por sus delitos políticos y económicos. A demás, el gobierno de Morsi no ha reducido la inflación o aliviado la miseria económica de las masas.
Las políticas neoliberales del antiguo gobierno tampoco han cambiado. La Hermandad aceptó $4800 millones de dólares en préstamos económicos del FMI y del Banco Mundial. Una de las razones por las que estalló la revolución fue el alto precio de los alimentos y las necesidades básicas que surgieron de las políticas de privatización que implemento Mubarak en la agricultura y las industrias administradas por el estado.
Las protestas, las manifestaciones masivas y la violencia en Egipto son señales claras que la revolución aun está viva y que no se ha completado. La oposición en contra de Morsi está compuesta de diversas fuerzas que varían e incluyen a activistas sindicales, estudiantes, laicos, nacionalistas, organizaciones de mujeres, elementos de la burguesía, cristianos cópticos y socialistas.
Las fuerzas revolucionarias se han mantenido constantemente en las calles, dirigiendo campañas populares, primero en contra de Mubarak, después en contra de los generales, y ahora en contra de la Hermandad Musulmana. El alzamiento que comenzó el 25 de Enero de 2011 le mostró al mundo lo que se puede lograr por medio de la movilización.
¡Que viva la revolución egipcia!