Traducción por Jacqueline Reinel.
El próximo 6 de diciembre en Venezuela se llevarán a cabo las elecciones para los 167 escaños de la Asamblea Nacional lo cual podría ser crítico para el futuro de la Revolución Bolivariana.
La Revolución Bolivariana es el proceso iniciado por Hugo Chávez en 1999. Incluye ganancias sociales y económicas, una Constitución y legislación progresistas, el control nacional de enormes reservas de petróleo de Venezuela, y el objetivo declarado de la construcción del socialismo.
Amenazar estas ganancias es el objetivo de una intensificación de la guerra económica y política liberada por la oposición de derecha y el gobierno de Estados Unidos en el período previo a las elecciones. La campaña de agresión no muestra señales de alivio después del 6 de diciembre.
Los políticos de derecha, parte de la clase capitalista de Venezuela , esperan descarrilar al Gobierno Revolucionario si ganen una mayoría de escaños en la Asamblea Nacional.
Detallados planes siniestros de la oposición para desmantelar las leyes y las instituciones revolucionarias fueron publicados en El Nacional, el 23 de noviembre, uno de los principales periódicos de la oposición.
Una “organización no gubernamental”, ONG, llamada “Un Estado de Derecho”, compuesta por abogados de derecha, ha preparado un análisis de 40 páginas en el que se afirma cómo el “estado de derecho” puede ser restablecido, si la oposición gana sólo 50 por ciento más un puesto.
Es un modelo que describe la toma de la Corte Suprema, de la Fiscalía General, de la Defensa Popular y de la Contraloría General y la reorganización de los poderes electorales y ciudadanos de la Constitución.
El Nacional enfatiza, “Este será sólo el primer paso.”
Un Estado de Derecho es un mero componente de un conjunto de organizaciones financiadas por el gobierno de los Estados Unidos, dando formación y la dirección en las tácticas subversivas, bajo la pretensión de promover la “democracia”. Otros incluyen organizaciones terroristas e individuos llevando a cabo ataques violentos.
El imperialismo estadounidense y los capitalistas venezolanos están luchando por la devolución de su poder político y económico desenfrenado. No lo han podido lograr únicamente a través de golpes de Estado y el sabotaje.
La desestabilización se profundiza
Cuando el presidente Hugo Chávez falleció en marzo de 2013, la oposición intensificó los ataques violentos contra los civiles y las Fuerzas de Defensa de Venezuela. El Presidente Nicolás Maduro y su gobierno se convirtieron en el nuevo objetivo.
El arsenal de guerra económica de los más poderosos capitalistas de Venezuela incluye el acaparamiento de bienes de consumo, el robo de divisas y la masiva fuga de capitales. La drástica caída en los precios del petróleo también ha contribuido a la alta inflación y la disminución de los ingresos.
Las dificultades económicas que afectan a la población ponen en juego el apoyo y pueden causar cierta abstención, a pesar de que el gobierno y los militantes del PSUV son aquellas fuerzas que luchan por garantizar mejoras para las masas.
Aún así, el gobierno revolucionario ha mantenido una alta inversión en el desarrollo social, incluso un ritmo récord de construcción de viviendas con un promedio de 480 viviendas por día, para un total de 1.000.000 viviendas que se construirán entre 1999 y 2015.
El 19 de noviembre, el Presidente Maduro anunció la aceleración asombrosa en la construcción, con 500.000 hogares más que se construirá el próximo año a través de la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV).
Las elecciones agudizan, falsas acusaciones contra el PSUV
Durante meses, las acusaciones sin fundamento y reclamaciones de los medios sensacionalistas se han lanzado contra el Partido Socialista Unido de Venezuela y el gobierno de Maduro, todo con el objetivo de afectar el resultado electoral.
El 10 de noviembre en una operación calculada de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos, DEA, dos hombres, supuestamente sobrinos de Cilia Flores, una líder del PSUV, fueron detenidos en Haití cuando su avión aterrizó, y acusados de conspirar para importar cocaína a los EE.UU. Curiosamente, ninguna otra persona fue detenida y al avión privado se le permitió salir. Por supuesto, los medios corporativos utilizan este incidente para desprestigiar a Maduro y Flores, quien está casada con Maduro.
Cilia Flores es un abogada, activista de izquierda y fue instrumental en ayudar a Hugo Chávez a salir de la cárcel a principios de 1990 después de su lucha
valiente en contra de la dictadura de Carlos Andrés Pérez. Ella se convirtió en la primera mujer presidente de la Asamblea Nacional y es una candidata del PSUV para un escaño en la Asamblea.
El 25 de noviembre, una falsa acusación se lanzó internacionalmente, acusando al PSUV de asesinato después de que un hombre llamado Luis Manuel Díaz fuera muerto a tiros en el estado de Guárico al sur de Caracas en un mitin de campaña. Díaz se había convertido recientemente en un líder local del partido derechista Acción Democrática.
Con absolutamente ningún hecho o información sobre el caso, el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, John Kirby, denunció al gobierno de Maduro al día siguiente, acusándolo en declaración oficial de no proteger a los candidatos de la oposición. Otros funcionarios estadounidenses añadieron sus denuncias al gobierno de Venezuela, entre ellas la secretaria de Estado adjunto Roberta Jacobson y la embajadora estadounidense a la Naciones Unidas, Samantha Power, así como el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, y otros funcionarios de la Unión Europea y Amnistía Internacional.
El 28 de noviembre, el vicepresidente de Venezuela, Jorge Arreaza celebró una conferencia especial invitando a todo el cuerpo diplomático extranjero e instándolos a transmitir la verdad del caso a sus países.
Arreaza dijo: “Es un terrible ataque de los medios de comunicación contra Venezuela y sucede cada vez que hay un proceso electoral. Es un patrón, un guión cuidadosamente pensado y planeado”.
Explicó que la investigación inicial muestra el asesinato de Díaz como el resultado de un enfrentamiento de bandas criminales, Los Plateados, El Maloney y El Juvenal, por el control de la actividad en el estado de Guárico. Díaz era un conocido miembro de Los Plateados y estaba siendo investigado por asesinato.
Arreaza añadió: “Fue un asesinato por encargo … Con la misma arma que mató a ese hombre, (Díaz) otro miembro de la misma banda de Los Plateados fue asesinado.”
Usando historias sensacionalistas y sin fundamento, esto está utilizado por los medios de comunicación para extender sospecha sobre los líderes del PSUV como una táctica subversiva. Cuando se aclara, el daño ya está hecho. La verdad no recibe titulares.
Esto es sólo una pequeña parte de los ataques al que el gobierno y el PSUV están siendo sometidos. Washington probablemente repetirá estas mentiras después de las elecciones, para así declarar el resultado electoral como fraudulento si los progresistas ganan la mayoría.
La operación psicológica de Washington en las elecciones de otros países es bien conocida: Millones de dólares para financiamiento, las mentiras de los medios y la intimidación, para afectar al resultado a favor de los intereses estadounidenses.
Lo que Washington teme más que nada
El gobierno de Estados Unidos ha matado o herido a millones de personas en sus guerras y ocupación en el Medio Oriente, en su determinación de controlar los recursos petroleros gigantes de la región.
Venezuela tiene las mayores reservas de petróleo de cualquier país del mundo.
Antes de Chávez y la Revolución Bolivariana, los Estados Unidos y las compañías petroleras británicas cosechaban enormes beneficios con las regalías mínimas pagadas a Venezuela. Mientras tanto, el 80 por ciento de la población vivía en la pobreza a través de la década de los años 1990.
En los años 1980 y 1990, los EE.UU. había endurecido el bloqueo contra Cuba e impuso políticas neoliberales en América Latina y el Caribe a través de los líderes de gobierno serviles a Washington.
El presidente Chávez puso fin a la sumisión en 1999 cuando asumió el cargo. Hoy en día, el petróleo de Venezuela pertenece al país, no las potencias imperialistas.
En 2004, Chávez y el líder histórico cubano Fidel Castro pusieron en marcha un proceso de unidad sin precedentes entre varios países e hicieron lo que nunca antes había sido posible, la formación de la Alianza Bolivariana de los Pueblos, ALBA.
La influencia de Washington disminuyó en los últimos años debido a los gobiernos revolucionarios y progresistas de Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Ecuador.
Es por eso que el presidente Obama accedió a la presión latinoamericana para permitir Cuba asistir a la Cumbre de la Organización de los Estados Americanos, y abrió relaciones diplomáticas con Cuba. Se trata simplemente de un cambio de táctica. El objetivo último de reafirmar su dominación y acabar con los gobiernos revolucionarios sigue igual.
Solidaridad más urgente que nunca
Los líderes revolucionarios venezolanos y las masas a favor del gobierno están trabajando sin parar para movilizar a la gente el 6 de diciembre. Ellos luchan para defender el poder del pueblo y avanzar la Revolución Bolivariana.
Las concentraciones de masas, el “1 × 10” todos los días, la campaña de puerta a puerta para conseguir el voto para el PSUV y los candidatos del Gran Polo Patriótico, GPP, no son ejercicios electorales rutinarios. Es una lucha a vida o muerte para derrotar a la oligarquía y la última ofensiva del imperialismo estadounidense, y luchar por un futuro socialista. Es una lucha por la verdadera independencia y la soberanía de América Latina y del Caribe.
Las fuerzas progresistas de todo el mundo deben saber lo que está en juego si la extrema derecha y el gobierno de Estados Unidos logran derrotar a los candidatos del gobierno progresista. Debemos trabajar más intensamente para defender la Revolución Bolivariana.
En los Estados Unidos, el Comité de Solidaridad con Cuba y Venezuela que se acaba de crear, conjuntamente con la Coalición ANSWER, la Alianza para la Justicia Global, los capítulos estadounidenses de FMLN, y muchos otros grupos, se están movilizando para celebrar mítines, reuniones y otras acciones en la ciudad de Nueva York, Los Ángeles, San Francisco y New Haven, Conn., el 5 y 6 de diciembre. En Vancouver, Canadá, varias organizaciones realizarán una protesta frente al Consulado de Estados Unidos el 6 diciembre, así como foros. Se planifican acciones a lo largo de América Latina. La información está disponible en: www.cuba-venezuela.org