El 21 de diciembre, un jurado en el condado de Pierce, Washington, declaró a tres oficiales del Departamento de Policía de Tacoma (TPD) inocentes del asesinato de Manuel Ellis. Ellis, de 33 años, murió con la rodilla de un oficial en la espalda después de decirle a los policías “No puedo respirar” al menos cinco veces –el asesinato fue captado en video. La ciudad de Tacoma ya había resuelto una demanda civil con la familia.
Ellis fue asesinado el 3 de marzo del 2020. Después del inicio del levantamiento de George Floyd a fines de mayo del 2020, su familia y sus simpatizantes trazaron paralelismos entre los casos.
En el 2020, una iniciativa estatal, I-940, que eliminó la “intención maliciosa” como requisito para acusar criminalmente a un policía que había causado una muerte en servicio, acababa de entrar en vigor cuando Ellis fue asesinado. Inicialmente no se tomó ninguna medida para responsabilizar a estos oficiales. Solo después de que estallaron las protestas en el contexto de la rebelión nacional contra el racismo, el Estado y otras autoridades iniciaron una investigación más independiente y eventualmente acusaron a algunos de los agentes del orden que participaron en el asesinato de Ellis.
Después de que se anunció el veredicto, unas 100 personas, incluida la hermana de Ellis, Monet Carter-Mixon, y la activista y concejal electa de la ciudad de Tacoma, Jamika Scott, caminaron hacia la comisaría de la policía para protestar por el veredicto. Se guardó un momento de silencio por la duración del encuentro de Ellis con la policía, durante el cual fue golpeado, electrocutado, arrodillado, le colocaron una capucha y suplicó por su vida. La policía estuvo presente en la protesta, pero se mantuvo alejada. Luego, los manifestantes salieron a las calles para marchar hacia el Mural de Manuel Ellis para una vigilia con velas y fotografías de Ellis y otras personas asesinadas por el TPD.
Mientras los manifestantes marchaban, coreaban: “¡El TPD, el KKK, el IDF, todos son iguales!” y “¡Policías asesinos a la cárcel!”
Todo el sistema es culpable
La familia y los simpatizantes de Ellis, incluidos miembros del Tacoma Action Collective, estuvieron presentes todos los días en el juicio. A pesar de la aprobación de la I-940, para los observadores estaba claro que el sistema estaba en contra de la rendición de cuentas de los policías. El juez y los abogados de la defensa parecían amistosos entre sí. Los fiscales habían prometido que no alegarían que los oficiales actuaron con prejuicios raciales. Cuando la fiscal especial Patty Eakes declaró que los oficiales trataron a Ellis como “menos que humano”, el juez Bryan Chushcoff la amonestó por usar esa declaración para incorporar un componente “racial”:
“Usted, anteriormente en este caso, cuando teníamos mociones sobre esto, dijo que el estado no está afirmando de ninguna manera que las acciones de estos acusados tuvieran motivaciones raciales… Y cuando usted sugiere que lo trataron como a un animal, como algo menos que humano, invoca todos los estereotipos de la Alemania nazi. Y qué hace eso en términos de despertar las emociones de la gente, excepto para sugerir que hay algún tipo de actividad intolerante y supremacista blanca en curso aquí… ¿Qué se supone que debo hacer contigo cuando esto ocurre repetidamente? ¿No te dije que estás en el límite, no lo empujes más? Así de obtusa eres”. (Seattle Times)
Aún más impactante, uno de los abogados de la defensa usó la palabra “chico” para dirigirse al abogado de la familia, el conocido abogado James Bible, que es afroamericano. Esto ocurrió mientras Bible intentaba calmar las tensiones en la sala del tribunal después de que Chuscoff reprendiera a Eakes y Eakes respondiera para defenderse diciendo que los oficiales trataban a Ellis como menos que humano. Los oficiales en su propio testimonio describieron a Ellis haciendo ruidos “animales” durante el encuentro antes de matarlo. (Seattle Times)
Como suele ocurrir en los casos de brutalidad policial, fue la víctima quien fue juzgada. Se mencionó su historial legal y de salud, y los relatos y el video telefónico de varios testigos presenciales fueron contradichos rotundamente por los relatos de los oficiales.
La policía de Tacoma afirma que una investigación del incidente concluirá pronto. Es muy poco probable que este caso tan siquiera hubiera llegado a juicio sin la intervención de la lucha de masas en dos frentes: el movimiento de masas para incluir la I-940 en la boleta electoral, que hizo posible incluso juzgar a los oficiales, y la rebelión nacional antirracista del 2020. El veredicto en este caso demuestra que reformar el sistema no es suficiente para garantizar la justicia.