Este artículo fue publicado originalmente en RedsinEd.org.
Como parte de lo que se está convirtiendo en una tradición familiar del año nuevo, el Sindicato de Maestros de Chicago (CTU por sus siglas en inglés) y las Escuelas Públicas de Chicago (CPS por sus siglas en inglés) han estado participando recientemente en tensas negociaciones sobre el estatus de los planes de reapertura de las escuelas de las CPS. El sindicato exige una “pausa ocupacional” si el distrito no puede proporcionar un plan de seguridad adecuado para cuando los maestros y estudiantes regresen a los edificios. Distritos escolares en todo el país, incluyendo Washington D.C., Detroit, Milwaukee y Cleveland, están optando por un regreso a clases remoto en lugar de arriesgar la propagación incontrolada de la variante Omicron en las escuelas.
Antes de las vacaciones, las CPS enviaron a los estudiantes que viven en áreas de alto riesgo a casa con una prueba de COVID casera. Esta prueba debía completarse y entregarse antes del regreso de los estudiantes a la escuela. Los estudiantes que obtuvieran un resultado positivo en la prueba casera permanecerían en cuarentena en casa y reanudarían las clases de forma remota.
La administración y procesamiento de las pruebas caseras ha sido una debacle. La semana pasada, las familias que perdieron o nunca recibieron una prueba hicieron fila por cuadras alrededor de la sede de las CPS para recibir una prueba. FedEx, Walgreens y las bibliotecas públicas se llenaron de pruebas caseras, literalmente apilándose en montañas en algunos lugares. Los propios números del distrito cuentan la historia: de 150,000 pruebas de COVID-19 enviadas a las familias, solo 35,223, alrededor del 23%, fueron devueltas antes del 3 de enero. Increíblemente, se descubrió que 24,836 pruebas, más del 70% del total, no eran válidas. De las pruebas restantes, 18% fueron positivas.
La variante ómicron es mucho más infecciosa que cualquier otra variante de COVID-19 que se haya descubierto. Está infectando a los niños a un ritmo mayor, e incluso aquellos que tienen vacunas de refuerzo están siendo afectados. Tener un refuerzo de COVID disminuye drásticamente las posibilidades de una infección grave que requiera hospitalización. Sin embargo, las escuelas de Chicago ya tienen una gran escasez de personal, y a medida que más miembros del personal contraen COVID y se cuarentenan, será más difícil para las escuelas realizar sus funciones básicas como mantener un edificio limpio, alimentar y educar a los estudiantes.
La CTU se reunió el jueves con los representantes del equipo de negociación de las CPS para volver a presentar una propuesta pidiéndole a las CPS que cumplieran con sus propias métricas y cierre las escuelas. Según un Memorando de Acuerdo al que se llegó en febrero de 2021, las CPS cerrarán las escuelas si: hay un aumento en la tasa de infección por siete días seguidos; la tasa de infección es 15% más alta al final de cada día que el promedio de la semana anterior; y la tasa de infección supera el 10% en el séptimo día. Aunque el memorando anterior expiró en agosto, el sindicato y el distrito no han llegado a ningún nuevo acuerdo desde entonces. La ley laboral establece que si no se llega a un acuerdo, prevalecerá el último acuerdo que se haya adoptado. La tasa de infección en Chicago se ha disparado. La tasa de infección del 31 de diciembre quedó en 17.9%, más alta que el promedio de 8.9% de la semana anterior. Claramente, bajo el memorando anterior, las escuelas deben cambiar al aprendizaje remoto.
La CTU no espera que la alcaldía actúe. El domingo 2 de enero, el sindicato llevó a cabo una asamblea pública telefónica donde los miembros expresaron sus sentimientos de indignación y rabia ante la respuesta ridícula del distrito. El lunes por la noche, los miembros del sindicato votaron sobre si llevar a cabo o no una acción de trabajo exclusivamente remoto ese miércoles. Las CPS no han respondido si bloquearan a los maestros de sus cuentas CPS y les impedirá enseñar. La reunión de la cámara de delegados del martes por la noche será el voto decisivo para determinar si los maestros en efecto abandonarán sus puestos para proteger las vidas de sus familias y estudiantes. Una huelga enviaría un fuerte mensaje a los sindicatos de todo el país de que ahora es el momento de luchar por los derechos de los trabajadores a condiciones de trabajo seguras.
El sindicato también ha pedido a sus miembros que fortalezcan los comités de acción de seguridad en sus escuelas. El sindicato ha preparado un paquete de recursos que proporciona pautas sobre cómo los miembros pueden participar activamente en los comités de acción de seguridad y cómo pueden presionar a la administración para que brinde EPP adecuado a los estudiantes y maestros y para que brinde un plan claro que indique cómo se manejará el personal de las escuelas en caso de que haya un brote de COVID entre los empleados.
Las CPS han dejado claro cuáles son sus prioridades. Solo las acciones de los trabajadores de la educación organizados protegerán la salud y el bienestar de las familias y los trabajadores durante la pandemia.
Foto destacada: Pruebas de COVID apiladas frente a un buzón de FedEx en Chicago. Crédito de la foto: Reds in Ed