Foto: Nicolás Maduro se prepara para votar en torno a la región del Esequibo. Crédito: X/TeleSur Español.
El pasado 3 de diciembre, el pueblo venezolano votó abrumadoramente en un referéndum nacional para afirmar la soberanía de su país sobre la disputada región del Esequibo. El referéndum es el resultado de una disputa territorial en curso entre Venezuela y Guyana sobre la región. Aunque algunos pueden ver esta disputa como entre dos países caribeños vecinos, los hechos apuntan a que es una lucha entre dos pueblos anteriormente colonizados y una de las compañías petroleras más poderosas del mundo: ExxonMobil. La compañía, que ha tenido vínculos de larga data con el gobierno de EE. UU. —incluidos Rex Tillerson, quien dejó la compañía en el 2017 para convertirse en el Secretario de Estado de EE. UU. bajo la presidencia de Trump— registró ganacias récord de $55.7 mil millones solo el año pasado.
La postura agresiva de ExxonMobil se debe al respaldo del gobierno estadounidense, que ha interferido en la política interna de Guyana para calentar la disputa a medida que aumenta su presencia militar en Guyana. Washington ha financiado el fortalecimiento de las fuerzas armadas de ese gobierno en los últimos años. Desde 2022, el ejército de EE. UU. ha participado en varios ejercicios militares con las Fuerzas de Defensa de Guyana.
Tras el referéndum, el presidente venezolano Nicolás Maduro dijo: “Hoy no hay ganadores ni perdedores, el único ganador es la soberanía venezolana y el perdedor es Exxon”.
El 3 de diciembre, el pueblo de Venezuela votó por su derecho a resolver disputas entre países latinoamericanos sin la intromisión de corporaciones multinacionales que solo quieren saquear los recursos de la región en su propio beneficio. El presidente Maduro afirmó el referéndum como una expresión del derecho de Venezuela a la autodeterminación y no de enemistad contra el pueblo de Guyana.
El referéndum contenía cinco preguntas sobre la soberanía de Venezuela sobre el Esequibo. La aprobación de los votantes osciló entre el 95.4% en la Pregunta 3 (“¿Está usted de acuerdo con la posición histórica de Venezuela de no reconocer la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia Territorial para resolver la disputa territorial sobre Guayana Esequiba?”) al 98.11% sobre la Pregunta 2 (“¿Apoya usted el Acuerdo de Ginebra de 1966 como el único instrumento jurídico válido para lograr una solución práctica y satisfactoria para Venezuela y Guyana respecto a la controversia sobre el territorio de Guyana Esequiba?”).
Votaron más de 10.4 millones de ciudadanos venezolanos.
Gráfico: Mapa de la región del Esequibo entre Venezuela y Guyana. De prensa-latina.cu.
El Acuerdo de Ginebra de 1966
Si bien el tema del Esequibo tiene sus raíces desde la década de 1800, en 1966 los gobiernos de Venezuela, Gran Bretaña y la futura Guyana independiente firmaron el Acuerdo de Ginebra, que reconoció la existencia de una disputa sobre soberanía en el territorio del Esequibo y buscó establecer los procedimientos para una solución pacífica de la disputa de acuerdo con la Carta de las Naciones Unidas. Desde entonces, los gobiernos de Venezuela y Guyana han respetado los términos del acuerdo y han mantenido relaciones amistosas que han beneficiado a ambos países. En 2009, Guyana se unió al acuerdo de PetroCaribe, obteniendo petróleo venezolano a cambio de arroz, una de las principales exportaciones de Guyana.
Pero este acuerdo se rompería en el 2015, momento en que la administración de Barack Obama trabajaba para desestabilizar a Venezuela. El 9 de marzo de 2015, Obama declaró que Venezuela era una “amenaza inusual y extraordinaria” para la seguridad nacional de Estados Unidos. Desde entonces, esa declaración ha proporcionado la base para las severas sanciones de Estados Unidos contra Venezuela.
Pronto, las tensiones por la disputa del Esequibo se profundizaron. Y como veremos, uno de los principales agitadores en la disputa no fue ni Venezuela ni Guyana.
El petróleo es nuestro
En 2006, bajo el lema “El petróleo es nuestro”, el entonces presidente Hugo Chávez inició el proceso de nacionalización de la industria petrolera en Venezuela para financiar el desarrollo del país. Si bien la mayoría de las multinacionales que operan en el país aceptaron los nuevos términos y regulaciones, ExxonMobil no solo se negó, sino que exigió una compensación por las decenas de miles de millones que perderían al compartir sus ganancias con el país cuyo petróleo estaban extrayendo. En 2014, ExxonMobil incluso presentó su reclamo ante un tribunal de arbitraje del Banco Mundial, que le ordenó a Venezuela a pagarle $1.6 mil millones del reclamo original a la compañía .
El saqueo del Esequibo
En el 2015, bajo el entonces CEO Rex Tillerson, ExxonMobil comenzó a explorar la costa del territorio en disputa. El 26 de febrero de ese año, Venezuela exigió que Guyana y ExxonMobil detuvieran sus actividades en la zona. A pesar de las demandas de Venezuela, el 5 de marzo Guyana instaló una plataforma petrolera costa afuera en el Bloque Stabroek, un campo petrolero de 6.6 millones de acres en el paseo marítimo del territorio del Esequibo. La plataforma es operada por ExxonMobil. Luego, el 7 de mayo, Guyana anunció que ExxonMobil había hecho un “descubrimiento significativo” en el bloque, con reservas recuperables de 500 millones de barriles. Desde entonces, Guyana ha identificado más de 5.5 miles de millones de barriles recuperables.
Un hallazgo de esta magnitud sería una bendición para la economía de Guyana —y su gente. Solo hay un problema: el acuerdo secreto entre el gobierno de Guyana y el gigante petrolero era enormemente desigual. El acuerdo no solo exime a ExxonMobil de cualquier impuesto, sino que solo otorga a Guyana el 50% de cualquier dinero que quede del 75% de todos los ingresos petroleros que se le garantizan a la empresa. Además, una estipulación en el acuerdo impide que el gobierno de Guyana altere los términos del acuerdo sin el consentimiento de ExxonMobil, en esencia forzando a futuros gobiernos a un acuerdo que beneficia principalmente a ExxonMobil a expensas del pueblo de Guyana y la integridad territorial de Venezuela. Por lo tanto, en una cuento tan viejo como el colonialismo, una corporación multinacional vinculada a la hegemonía imperial tiene rienda suelta para continuar saqueando recursos en un territorio en disputa, avivando las tensiones entre dos naciones anteriormente amigas en el Sur Global.
Si bien actualmente parece improbable cualquier escalada militar, y con Estados Unidos involucrados en otros frentes de su agresión imperial, ExxonMobil parece decidida a continuar saqueando el Esequibo, sin importar el costo político o económico para los pueblos venezolano y guyanés. Pero por esa misma razón el referéndum del 3 de diciembre es tan significativo: el pueblo de Venezuela dejó en claro que no ve esto como un conflicto entre Venezuela y Guyana, sino un conflicto entre dos pueblos latinoamericanos y ExxonMobil.