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El pueblo contraataca: Defensa comunitaria ante la catástrofe climática

El incendio de Palisades en Los Ángeles. Crédito: Wikimedia Commons

En las últimas 24 horas, organizadores de PSL Los Ángeles se movilizaron con ayuda material y recursos de refugio a las áreas afectadas por los incendios Eaton y Sunset. Hablamos con residentes de la comunidad que tuvieron que huir de sus hogares después de recibir mensajes de texto con órdenes de evacuar. Nuestro trabajo en terreno permitió dirigir a los residentes a refugios de emergencia y transmitir sus testimonios al mundo.

A dondequiera que fuéramos, oímos las mismas historias de devastación dado la negligencia criminal del gobierno y una asombrosa falta de recursos para las personas sufriendo de una catástrofe ambiental. Nos comunicamos inmediatamente con nuestra comunidad pidiendo recursos para distribuir a los residentes que requieren ayuda mientras las llamas crecen. El Departamento de Agua y Electricidad de Los Ángeles, la mayor empresa municipal de servicios públicos del país, emitió un aviso sobre el agua en determinados barrios instando a los residentes a hervir el agua antes de beberla debido a la extraordinaria presión que se está ejerciendo sobre el sistema de abastecimiento de agua de la ciudad. 

Mientras tanto, la alcaldesa de Los Angeles, Karen Boss no tuvo ninguna respuesta cuando la prensa le preguntó por qué eligió reducir el presupuesto anual del Departamento de Bomberos de Los Ángeles por $17.6 millones. Que los funcionarios hayan aprobado una reducción para una ciudad históricamente propensa a incendios forestales no es más que una criminal negligencia. Nuestras comunidades merecen liderazgo real que refleje sus intereses – no uno que permite que corporaciones cancelen seguros de incendios solo meses antes que los residentes más lo necesiten, ni uno que reasigne millones de dólares de servicios públicos necesarios al enormemente inflado presupuesto del Departamento de Policía de Los Ángeles de $3.37 mil millones.

Palisades se ha quemado hasta los cimientos. El número de muertos subió a 5 personas, con muchos más heridos. Hogares, escuelas, y lugares de trabajo que eran verticales y funcionales el lunes ahora dejan de existir. Incendios forestales siguen produciéndose en zonas de todo el condado, algunos más adelante en contención que otros. La situación es calamitosa: el capitalismo está prendiendo al planeta en llamas, mientras las vidas de los pobres y la clase obrera son amenazadas constantemente por crisis en cadenas, injusticia, e inequidad. Para que podamos vivir, prosperar y reconstruirnos, el capitalismo debe terminar y un sistema socialista, capaz de priorizar la salud y la seguridad de su pueblo en lugar de las ganancias y la codicia, debe ocupar su lugar.

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