El Partido por el Socialismo y la Liberación condena las redadas del FBI y los ataques macartistas contra el Partido Socialista Popular Africano (APSP por sus siglas en inglés).
En su último intento de difamar a las organizaciones radicales y sofocar la disidencia política, el 29 de julio el FBI llevó a cabo varias redadas en la Casa Uhuru de la APSP en St. Petersburg, Florida, su Centro de Solidaridad Uhuru en St. Louis, Missouri, y la residencia de sus presidente, Omali Yeshitela. Según el FBI, estas redadas son parte de una acusación federal contra un ciudadano ruso, Aleksandr Ionov, quien dirige una organización no gubernamental que presuntamente recibe fondos del gobierno ruso.
Usando el pretexto de “aplicar la ley”, esta fue una operación completamente política. Ionov es el acusado, no la APSP, pero actualmente él está en el extranjero, como bien sabe el FBI. Al vivir en el extranjero, saben que nunca será juzgado aquí para refutar los cargos del gobierno, ni la APSP tendrá la oportunidad oficial de contrarrestar las afirmaciones de la acusación. En resumen, el FBI obtiene su acusación transmitida en los principales medios de comunicación, indudablemente llenos de cualquier historia sensacionalista que pudieran inventar como si se tratara de hechos establecidos. Su objetivo es retratar, sin refutación, una organización radical negra establecida desde hace mucho tiempo controlada por “los rusos”, una proposición ridícula.
Este ataque a la APSP es parte de una larga tradición de ataques a las organizaciones populares que critican la política exterior y el imperio estadounidense. El estado de los Estados Unidos siempre ha acusado a los movimientos antirracistas, socialistas y otros movimientos progresistas de ser “quintas columnas” de países extranjeros para reprimir las voces críticas e intimidar a la población nacional para que guarde silencio. El ataque es parte del frenesí anti-Rusia que se desató durante la administración Trump y ahora ha alcanzado proporciones increíbles en todo Occidente. En tal contexto, el simple hecho de hacer comentarios básicos en contra de la expansión de la OTAN da como resultado ser difamado como un activo ruso.
La APSP dice que está del lado de Rusia en el actual conflicto de Ucrania, ¿y qué? Hay una variedad de posiciones sobre el conflicto actual que han sido adoptadas por las fuerzas antiimperialistas de izquierda que han estado exponiendo los peligros planteados por la expansión hacia el este de la OTAN, promovida por Estados Unidos hacia Rusia. La mayoría de estas organizaciones, incluidas muchas que se opusieron a la intervención de Rusia en Ucrania, creen que el Pentágono y la OTAN crearon imprudentemente la crisis actual. Ucrania, al pretender formar parte de la OTAN, hizo que una confrontación militar fuera casi inevitable. Muchas organizaciones del Sur Global tienen puntos de vista similares. Mientras tanto, corporaciones y grupos en los Estados Unidos están recaudando dinero activamente para enviar suministros e incluso armas a Ucrania, pero cualquier grupo que vea el conflicto de manera diferente y crea que Rusia fue empujada a la guerra debería ser investigado y allanado. Todo el asunto se burla de los conceptos de libertades civiles y libertad de expresión.
Las principales fuerzas políticas de los Estados Unidos trabajan habitualmente con gobiernos extranjeros para influir en el discurso político estadounidense, ya sean gobiernos de derecha en América Latina, Ucrania o Israel. Pero mientras el gobierno sea un “aliado” de los EEUU, este comportamiento está completamente normalizado y nunca resulta en cargos criminales.
En la actualidad, el gobierno de los Estados Unidos se enfrenta a una crisis de legitimidad. La clase capitalista estadounidense es incapaz y no está dispuesta a abordar las crisis profundas y crecientes que enfrenta la clase trabajadora, y está recurriendo a un belicismo imprudente en el extranjero para preservarse y reafirmar su posición como policía global. Mientras la clase trabajadora sufre una crisis económica, las pandemias, una infraestructura en decadencia, violencia estatal descontrolada, terrorismo doméstico y la reversión de los derechos democráticos por los que el pueblo tanto luchó y ganó a través de la lucha, el gobierno de Estados Unidos está trabajando arduamente con una nueva ronda de chivo expiatorio.
Hacemos un llamado a todas las personas progresistas y con conciencia de clase para que rechacen esto contundentemente. Defendemos el derecho del Partido Socialista del Pueblo Africano a hablar en contra de la política exterior de Estados Unidos. ¡Alto a la persecución!
