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Editorial del PSL – La propuesta presupuestaria de Biden es un recordatorio del fracaso de los demócratas

Foto: El Senador Joe Manchin y el entonces Vicepresidente Joe Biden juntos en enero del 2017.

La propuesta presupuestaria presentada hoy por la administración Biden que está tratando de presentar como una visión audaz para el cambio social es, de hecho, poco más que un amargo recordatorio del fracaso de los demócratas en los últimos dos años para implementar su propia agenda de reforma progresiva. A pesar de tener un claro mandato popular, cuando en realidad fue posible promulgar las medidas incluidas en el proyecto de presupuesto de Biden, el liderazgo del Partido Demócrata fracasó de manera rotunda. 

Para convertirse en ley, un presupuesto debe ser aprobado por ambas cámaras del Congreso, y no hay signos de que la Cámara de Representantes controlada por los republicanos vote a favor de estas propuestas. Sin embargo, hasta las elecciones de mitad de periodo, los demócratas se encontraban en la posición relativamente rara de controlar la Casa Blanca, la Cámara de Representantes y el Senado. Su fracaso en estos años críticos para aprobar reformas importantes ha reducido sus propuestas actuales a poco más que declaraciones retóricas vacías.

Gran parte de lo que está en la propuesta presupuestaria de Biden de hecho traería un alivio bienvenido a los trabajadores. El borrador incluye disposiciones para restaurar el crédito tributario por hijos expandido que envía cheques mensuales a los padres, reducir los precios de los medicamentos, aumentar los subsidios para cubrir el costo de la matrícula universitaria y establecer el prekínder universal. También financiaría una expansión en el número de niños que reciben comidas escolares gratuitas y haría ley una licencia familiar y médica pagada de hasta 12 semanas. 

El presupuesto pagaría por esto aumentando los impuestos a los ricos y a las corporaciones. Esto incluye un impuesto mínimo del 25 por ciento para las personas con más $100 millones, un aumento en la tasa impositiva corporativa del 21 por ciento al 28 por ciento y un aumento en el impuesto sobre maniobras financieras favorecida por las principales compañías llamada recompra de acciones (conocido como stock buybacks). Mejoraría la situación financiera de un componente crucial de Medicare con un aumento de impuestos sobre los ingresos de inversión aportados por hogares con ingresos superiores a $400,000.  

Especialmente en medio de la crisis inflacionaria, estas medidas, junto con pasos mucho más dramáticos como un sistema de salud universal y el perdón de la deuda estudiantil, se necesitan con urgencia.

También se debe tener en cuenta que también hay partes altamente reaccionarias y antiobreras en la propuesta de Biden. El borrador asigna un récord de $835 mil millones para el Pentágono, lo que refleja el compromiso de la administración con su nueva política de Guerra Fría que está llevando al mundo al borde de la catástrofe. La Casa Blanca también se jacta en un comunicado de prensa de que “incluye fondos para poner a 100,000 oficiales de la policía adicionales en la calle”.

Pero los aspectos de la agenda de la administración Biden que son positivos, que no tienen sus raíces en una preocupación genuina por la gente, sino en el temor de que el gobierno capitalista se desestabilice en ausencia de concesiones, pueden ser vetados por la mayoría republicana en la Cámara. Este una ridiculez considerando que la mayoría de estas propuestas son recicladas de la expansión del programa social “Build Back Better” que Biden pasó gran parte de su presidencia hasta este momento impulsando. 

Debido a que no estaban dispuestos a eliminar la regla antidemocrática de “filibusterismo” en el Senado, Biden tuvo que apostar todo en un solo proyecto de ley aprobado como parte de un procedimiento presupuestario que es inmune al requisito de 60 votos del filibusterismo. Pero para tener éxito, necesitaba obligar a Joe Manchin y Kyrsten Sinema, los dos senadores demócratas más derechistas, a aceptarlo. En lugar de ejercer la presión que puede generar el cargo político más poderoso del planeta, el presidente Biden simplemente ofreció concesiones y elogió a Manchin en público, enfatizando lo buenos amigos que habían sido durante muchos años. Esto, como era de esperarse, no significó nada, y Manchin humilló a Biden al anunciar en Fox News que se retiraba de las negociaciones con la Casa Blanca. 

La posición declarada de Biden sobre la expansión de los programas sociales es muy popular. Con toda probabilidad, los votantes habrían recompensado a los demócratas con mayorías ampliadas en el Congreso si hubieran cumplido sus promesas de campaña. Pero, en cambio, la derecha ahora controla la mitad del Congreso y tiene la capacidad de usar el “límite de endeudamiento del gobierno” (conocido popularmente como el debt ceiling) y los plazos presupuestarios del “cierre del gobierno” para poner en peligro los escasos programas que ya existen. Esta es una situación que existe gracias a la incapacidad total de la élite del Partido Demócrata para cumplir sus promesas al pueblo.

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