Los líderes demócratas y republicanos en el senado de los Estados Unidos maniobran para mandar $60 mil millones a Ucrania, a pesar de que la guerra esencialmente está perdida e independientemente del hecho que los programas principales para la clase obrera de los EE. UU. continúan estando desfinanciados. Desperdiciando mucho dinero se justifica en Washington usando la mistificación, es decir, la idea que Ucrania está involucrada en una gran lucha contra el mal. Los mitos esconden la realidad de un conflicto provocado por los poderes estadounidenses y europeos, quienes intencionalmente bloquearon avenidas por la paz y apoyaron un gobierno corrupto y neoliberal para poder controlar el mundo entero.
Una de las maneras más fáciles de juzgar el estado de la guerra es al examinar los varios mapas que rastrean los avances de la guerra. Lo que se vislumbra, es que, a pesar de las decenas de mil millones de dólares y cada equipo militar avanzado, la primera línea no ha cambiado sustancialmente en más de un año. Y ahora, Rusia parece estar tomando la primera línea gradualmente. El ejército de Ucrania ha sufrido. Un político ucraniano señaló a ABC News que 500,000 ucranianos han sido heridos o muertos, y que “30,000 tropas ucranianas ahora están siendo asesinadas o heridas por mes.”
Foreign Affairs, la publicación imperialista de la clase dominante de los Estados Unidos, tajantemente declaró que Rusia ha “parado el ímpetu de Ucrania.” Y el autor del artículo también señaló que: “Las implicaciones de esto para Ucrania son sombrías”. Soldados ucranianos le dijeron al periodico New York Times: “El impacto es difícil para todas las unidades en el frente. Casi todos han sido heridos o apenas escaparon en los últimos meses,” y que no tienen suficientes hombres”. En otras palabras, Ucrania está perdiendo y las perspectivas de un giro son “esperanzas e ilusiones” como análisis fundamentados.
Hasta la gente que odia a Putin dicen que “en Ucrania, la democracia está, en gran parte, suspendida”. Y esto no es algo que comenzó con la guerra. De hecho, tan temprano como en 2021, el gobierno de Zelensky había suspendido la mayoría de canales de televisión que lo criticaban y tomó acción para debilitar al partido opositor. También, antes de la guerra, Zelensky apoyó la propuesta respaldada por el FMI para vender la tierra del país a agro empresas internacionales, aumentó el precio de agua y electricidad, y atacó a sindicatos. Naturalmente, tanto cuando ha progresado la guerra, Zelensky ha propuesto vender más partes del país a corporaciones occidentales. Hasta fue al New York Stock Exchange para anunciar que iba a vender $400 mil millones en propiedad nacional.
Además de todo esto, Zelensky, y todos los gobiernos posteriores a 2014, han abrazado movimientos políticos pro-Nazi. En definitiva, no se trata precisamente de una una gloriosa cruzada por la libertad.
¿Dado todo esto, qué posible interés tendrán los trabajadores en los EE. UU. en apoyar el militarismo en Ucrania? Nos dicen que tenemos que “parar a Rusia”. ¿por qué? Bueno, las administraciones en los EE. UU. por décadas, dicen que Rusia tiene diferentes ideas sobre la región y el mundo. Más aún, el tema de “¿el porqué?”, no ocurre sin contexto. En vez, pasa en un tiempo cuando el dinero que gastamos en Ucrania podría ser usado para contratar a miles de maestros, prevenir que miles de familias queden sin hogar, cambiar los tubos de plomo en Wisconsin y New Jersey, entregar seguro de desempleo a los trabajadores en huelga, y proporcionar miles de mamás e infantes con nutrición y atención adecuada. Y todavía tendríamos dinero que gastar.
Con la financiación a Ucrania pendiendo en un hilo en el congreso, ahora es el momento adecuado para quienes quieren empoderar a trabajadores y trabajadoras, y acabar con la dominación capitalista sobre nuestra política doméstica e internacional para demandar que los EE. UU. abandone su apoyo a la fracasada política de guerra en Ucrania.