Foto: Marcha Nacional por Gaza en Washington, D. C., el 13 de enero.
Hace un año, un movimiento masivo en solidaridad con Palestina emergió en Estados Unidos y transformó el panorama político de este país. Mientras Israel utilizaba su arsenal suministrado por Estados Unidos, para llevar a cabo un espeluznante genocidio en Gaza –una guerra que el régimen ha expandido al Líbano y a toda la región– personas concientes salieron a las calles en cifras históricas. Biden, el arquitecto del genocidio, junto con Netanyahu, no pudo ni siquiera postularse para la reelección, en gran medida, debido al justificado odio que sus políticas provocaron, entre amplios sectores de la población.
La gente nunca olvidará las escenas de muerte y destrucción que se desarrollaron ante nuestros propios ojos; el pueblo de Estados Unidos ha visto la naturaleza genocida del régimen israelí, y millones de personas han asumido un profundo compromiso con la lucha por la liberación de Palestina. La emergencia de nuevas formas de comunicación, menos censurables, fue un factor crucial que evitó que la realidad del genocidio fuera encubierta. Durante mucho tiempo, la opinión pública en este país, ha sido moldeada por medios de comunicación corporativos proisraelíes, y un consenso entre políticos e instituciones de la clase dominante que no toleraba ninguna simpatía por el pueblo palestino. Sin embargo, ha habido un cambio radical en la conciencia del pueblo estadounidense gracias al heroísmo del pueblo palestino y al movimiento masivo en las calles que se negó a ser silenciado.
El movimiento en solidaridad con Palestina se siente en casi todos los sectores de la sociedad. Estudiantes han establecido campamentos en universidades, y desafiado la represión policial y sus falsas acusaciones de antisemitismo. Grandes sindicatos, como los Trabajadores Automotrices Unidos y la Asociación de Auxiliares de Vuelo (Association of Flight Attendants-CWA), han tomado por primera vez una posición pública en solidaridad con Palestina. Trabajadores de la salud, artistas, periodistas, educadores y trabajadores de otros campos han formado organizaciones para apoyar la causa palestina.
Todas estas muestras de solidaridad con Palestina, se han expresado en enormes movilizaciones nacionales y días de acción por Palestina. El 4 de noviembre, el 13 de enero, el 8 de junio y el 24 de julio; grandes cantidades de personas se reunieron en Washington, D. C. para movilizaciones masivas. Después de la movilización de 500,000 personas el 4 de noviembre, nació el movimiento “Shut It Down for Palestine!” (¡Ciérralo todo por Palestina!)“, que ha organizado docenas de jornadas de acción para interrumpir la actividad empresarial habitual. Las acciones de desobediencia civil se dirigieron a los fabricantes de armas, y marchas bloquearon carreteras y piquetes exigieron que las grandes corporaciones retiraran sus inversiones del régimen israelí. En total, millones han estado en las calles en uno de los movimientos antiimperialistas más masivos en la historia de EE. UU.
La ofensiva de EE. UU. e Israel continúa en Palestina y el Líbano, y amenaza con extenderse a todo el Medio Oriente. Escuelas, hospitales, barrios residenciales y lugares de culto han sido bombardeados en un intento de hacer que las áreas objetivo sean inhabitables. La necesidad de mantener la lucha es más urgente que nunca. Y no debemos tener la ilusión de una victoria rápida; como el pueblo palestino entiende tan bien, el movimiento por la liberación es una lucha a largo plazo. El Partido por el Socialismo y la Liberación se une a muchos otros pueblos en todo el mundo en este compromiso: ¡Seguiremos la lucha hasta que caiga la ocupación y Palestina sea libre, desde el río hasta el mar!