La continua opresión, asesinato, tortura y ocupación llevada a cabo por el régimen de apartheid israelí ha precipitado una contraofensiva de las fuerzas de resistencia palestinas. La maquinaria de guerra israelí y los sistemas de opresión que la acompañan son comprados y pagados por el imperialismo estadounidense. Los dólares de los impuestos estadounidenses financian la opresión aplastante del pueblo palestino por una suma de $4 mil millones cada año.
La resistencia al apartheid y la opresión de tipo fascista fue calificada de “terrorismo” por los políticos estadounidenses cuando el Congreso Nacional Africano tomó las armas contra el régimen racista del apartheid en Sudáfrica. La misma etiqueta falsa de “terrorismo” se aplica al pueblo palestino.
El Partido por el Socialismo y la Liberación dice: ¡La resistencia al apartheid y la opresión de tipo fascista no es un crimen! Es el resultado inevitable para todas las personas que exigen la autodeterminación en lugar de vivir con la bota de los opresores en el cuello.
El pueblo de Estados Unidos está saliendo a las calles en este momento para decir “¡Palestina libre!”, “cortar toda la ayuda de Estados Unidos para el régimen del apartheid” y ” ¡liberar a todos los presos políticos palestinos!”
Israel está llevando a cabo una masacre de proporciones históricas contra Gaza y en toda Palestina, matando a cientos de personas. Las bombas y los misiles que están lloviendo sobre Gaza en este momento se pagan con dólares de los impuestos estadounidenses. En lugar de utilizar el dinero para satisfacer las necesidades de la gente, el gobierno de los Estados Unidos ha extendido vergonzosamente a Israel un acuerdo de ayuda militar a largo plazo por valor de $38 mil millones.
Los medios corporativos y los políticos quieren que el público crea que Israel simplemente se está defendiendo del “terrorismo.” Eso es mentira. Las acciones de la resistencia en el transcurso del último día son una respuesta moral y legalmente legítima a la ocupación. Fue provocada por la escalada de la opresión israelí en numerosos frentes.
Hace menos de un año, un nuevo gobierno de extrema derecha asumió el poder en Israel. Independientemente de qué partido esté en el poder, el gobierno israelí siempre ha impuesto la ocupación y el apartheid. Pero la nueva administración, que incluye a ministros de alto rango abiertamente genocidas y fascistas que controlan la policía y el sistema penitenciario, tiene la intención de llevar esto a niveles sin precedentes.
Una ola de asesinatos está en marcha en la Cisjordania ocupada por tropas, policías y vigilantes israelíes que ha cobrado más de 200 vidas palestinas en lo que va de año. Las condiciones ya horribles para los miles de prisioneros palestinos detenidos en cárceles israelíes se deterioraron aún más. Turbas de extrema derecha irrumpieron en la mezquita de al-Aqsa en numerosas ocasiones bajo la protección de la policía israelí. La construcción de asentamientos ilegales en tierras palestinas ocupadas se expandió enormemente. El nuevo gobierno anunció su intención de crear una “guardia nacional” —un escuadrón de la muerte apenas velado que operaría bajo el mando personal del principal político fascista de Israel, Itamar Ben-Gvir.
Para proporcionar cobertura diplomática mientras esto ocurría, el gobierno de los Estados Unidos ha estado presionando agresivamente a los países en el Medio Oriente para que firmen acuerdos de “normalización” con Israel. Desde que se estableció el estado de Israel en medio de una campaña mortal de limpieza étnica en 1948, la mayoría de los países vecinos se han negado legítimamente a reconocer oficialmente la existencia de Israel. Pero en los últimos años eso ha comenzado a cambiar. A cambio de lo que equivalía a sobornos masivos de los Estados Unidos, los gobiernos reaccionarios de los Emiratos Árabes Unidos, Bahrein, Sudán y Marruecos establecieron relaciones formales con Israel. En los últimos días, se informó que Estados Unidos estaba a punto de asegurar el mayor acuerdo de normalización de todos con Arabia Saudita.
Fue en este contexto de amenaza existencial para la supervivencia misma del pueblo palestino que las organizaciones de resistencia decidieron lanzar una audaz contraofensiva. Esto no constituye terrorismo. Es un hecho básico de la historia que cualquier pueblo sometido a una ocupación se resistirá a esa ocupación.
El gobierno israelí está llevando a cabo un bombardeo de proporciones increíbles contra civiles palestinos en un esfuerzo por vengarse de la resistencia. Poco después de que estallara la guerra, Lloyd Austin prometió que “En los próximos días, el Departamento de Defensa trabajará para garantizar que Israel tenga lo que necesita.” El gobierno de Estados Unidos es tan cómplice de esta masacre como Israel. ¡Ahora es el momento de movilizarse y exigir la libertad para Palestina!
