El Partido por el Socialismo y la Liberación condena enérgicamente el golpe militar en Bolivia y extiende nuestra solidaridad al pueblo Boliviano que lucha por defender los logros masivos obtenidos bajo el liderazgo del presidente Evo Morales frente a esta contrarrevolución. El imperialismo estadounidense es claramente el patrocinador del golpe y estamos indignados por este crimen contra la soberanía y democracia de Bolivia. El objetivo del golpe es restaurar la autoridad absoluta de las élites bolivianas que gobiernan como clientes de los Estados Unidos. Desprecian la mayoría indígena del país y quieren destripar los derechos de la clase trabajadora.
El golpe también tiene un claro significado regional. Las fuerzas progresistas y revolucionarias han estado en marcha durante el año pasado. El nuevo gobierno del presidente López Obrador en México se comprometió a no interferir en los asuntos soberanos de las naciones de América Latina. Venezuela derrotó el intento de golpe de Estado de Juan Guaidó respaldado por Estados Unidos. Un levantamiento en Ecuador obligó al gobierno a huir de la ciudad capital y cancelar un paquete de austeridad impuesto por el FMI. Una rebelión en curso en Chile ha llevado a multitudes históricas a las calles y ha puesto a la defensiva al gobierno derechista de Sebastián Piñera a pesar de la brutal represión de la policía y el ejército. El gobierno de derecha en Argentina fue destituido a favor del boleto presidencial progresista Alberto Fernández-Cristina Fernández. E inmediatamente antes del golpe boliviano, el ex presidente Lula encarcelado injustamente, fue liberado.
La clase dominante boliviana y sus militares están siguiendo los dictados del gobierno de los EE. UU., que ha trabajado horas extras para revertir la marea de izquierda que arrasa América Latina.
Al asumir la presidencia en 2006, el presidente Morales nacionalizó la riqueza de petróleo y gas del país. Esta riqueza se utilizó para satisfacer las necesidades de las personas y promover el desarrollo económico. El Movimiento al Socialismo de Morales (MAS) obtuvo su apoyo de la clase trabajadora de Bolivia, cuya población es mayoritariamente indígena, y transformó a Bolivia de uno de los países más pobres del mundo a la economía de más rápido crecimiento en la región. Evo Morales es el primer presidente indígena en la historia de Bolivia, y su presidencia ha planteado un desafío a la élite gobernante racista al empoderar a la mayoría indígena cultural y económicamente.
La batalla en Bolivia y toda América Latina continúa entre las fuerzas que quieren empoderar a las personas y las que quieren restaurar el poder y la riqueza de la élite. La gente en los Estados Unidos puede desempeñar un papel importante en esta intensa lucha presionando a nuestro gobierno imperialista para que ponga fin a su guerra contra los pueblos de América Latina y el Caribe. ¡Manos estadounidenses fuera de Bolivia!