El año 2019 está llegando a su fin y, con él, llega el día que la mayoría de los estadounidenses dedican a dar las gracias, conocido como día de Acción de Gracias. Mientras dejo que mi mente divague más allá de las barras de acero y los muros de hormigón, trato de imaginar qué están haciendo las personas que viven fuera de esas compuertas y rejas de la prisión, y en qué están pensando. ¿Alguna vez piensan en los pueblos indígenas que fueron obligados a abandonar sus patrias? ¿Entienden que con cada paso que dan, sin importar la dirección, caminan por tierra robada? ¿Pueden imaginar, incluso por un minuto, lo que significó ver el sufrimiento de las mujeres, de los niños y los bebés y, sí, de los enfermos y los ancianos, al ser obligados a seguir andando hacia el oeste en temperaturas heladas, con poca o ninguna comida? Esta era mi gente y esta era nuestra tierra. Hubo un tiempo en que disfrutábamos de la libertad y podíamos cazar búfalos y recolectar los alimentos y las medicinas sagradas. Podíamos pescar, ¡y disfrutábamos de un agua limpia y clara! Mi gente fue generosa, compartimos todo lo que teníamos, incluso el conocimiento de cómo sobrevivir a los inviernos largos y duros o los veranos cálidos y húmedos. Apreciábamos los dones de nuestro Creador y nunca nos olvidábamos de dar las gracias diariamente. Teníamos ceremonias y bailes dedicados a la celebración de la vida.
Con la llegada de extranjeros a nuestras costas, la vida tal como la conocíamos cambiaría drásticamente. La propiedad individual era ajena a mi gente. ¿¿Vallas?? Inédito en aquel entonces. Éramos un pueblo comunal y nos cuidábamos los unos a los otros. ¡Nuestros abuelos no estaban aislados de nosotros! Eran los guardianes de la sabiduría y los contadores de historias y eran un vínculo importante en nuestras familias. ¿Los bebés? ¡Eran y son nuestro futuro! Mire a los jóvenes comprometidos que se ponen en riesgo, luchando por mantener nuestro agua y nuestro medio ambiente limpios y sanos para las generaciones futuras. Están dispuestos a confrontar a las corporaciones multinacionales gigantes, educando a la población general sobre la devastación que se está causando. Sonrío con esperanza cuando pienso en ellos. Son valientes y están listos para decir la verdad a todos los que estén dispuestos a escuchar. También recordamos a nuestros hermanos y hermanas en Bolivia, que están sublevados en apoyo al primer presidente indígena, Evo Morales. Su compromiso con la gente, la tierra, sus recursos y la protección contra la corrupción es encomiable. Reconocemos y nos identificamos con esa lucha.
Así que hoy, agradezco a todas las personas que están dispuestas a tener una mente abierta, a quienes están dispuestos a aceptar la responsabilidad de planificar para las próximas siete generaciones, a quienes recuerdan los sacrificios realizados por nuestros antepasados para que podamos continuar hablando nuestras propias lenguas, practicar nuestra propia forma de agradecimiento en nuestra propia piel, y que siempre reconozcamos y respetemos el linaje indígena que llevamos.
Para aquellos de ustedes que están agradecidos de tener suficiente comida para alimentar a sus familias, denles a los que no son tan afortunados. Si pueden calentarse y tienen un refugio cómodo donde vivir, por favor den a aquellos sin hogar y que pasan frío, si ven a alguien que sufre y necesita un gesto de amistad, sean esa persona que se manifiesta y echa una mano. Y especialmente, cuando vean una injusticia en cualquier parte, por favor sean lo suficientemente valientes como para denunciar y enfrentarla.
Quiero agradecer a todos los que tienen la amabilidad de acordarse de mí y de mi familia en sus pensamientos y oraciones. Gracias por seguir apoyándome y creyendo en mí. No hay día en el que pase un solo minuto sin desear que este sea el día que se me otorgue la libertad. Anhelo el día en el que pueda oler el aire limpio y fresco, cuando pueda sentir una suave brisa en mi pelo, sea testigo de las nubes mientras su movimiento oculta el sol, y cuando la luna ilumine el camino hacia el sagrado Inipi. Realmente ese sería un día que podría llamar un día de Acción de Gracias.
Gracias por escuchar a quien sea que esté expresando mis palabras. Mi espíritu está ahí contigo.
Doksha,
En el Espíritu del Caballo Loco,
Leonard Peltier
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