Los debates presidenciales excluyen a otros partidos

Hay seis candidatos para presidente en la boleta electoral de Nueva York, pero sólo dos – Obama y Romney – pueden participar en el debate en Long Island, NY el 16 de octubre. A pesar que el Partido Socialismo y Liberación cumplió con la ley y colectó 26.000 peticiones de votantes del estado de Nueva York para asegurar su posición en la boleta electoral, estos mismos votantes no tendrán el derecho de escuchar a sus candidatos debatir.

¿Cómo es posible esto? En vez de tener un proceso justo y abierto, los debates están bajo el control completo de los medios corporativos y las instituciones privadas. Ellos establecen quiénes pueden entrar y excluyen intencionalmente a los otros candidatos y a la critica radical.

Estos debates presidenciales son descritos como un gran logro de la democracia en donde los votantes tienen una oportunidad única para comparar a los candidatos y decidir por si mismos quién mejor representa sus valores. En realidad, los debates son sólo otra oportunidad para que los dos partidos de las grandes corporaciones puedan anunciar sus campañas sin enfrentar ninguna crítica seria.

Ya para cuando los votantes vayan a votar el día de las elecciones, generalmente ellos reconocen sólo los nombres de los candidatos Republicanos y Demócratas, y no saben nada sobre los otros candidatos. Esto no es accidente – es diseñado así.

A pesar de que los dos partidos han controlado la política nacional por muchos años, en 1988 ellos tomaron total control del proceso de debate. Ese año, los Republicanos y los Demócratas trabajaron juntos para establecer una Comisión sobre los Debates Presidenciales. Ellos usurparon el control de la Liga de Mujeres Votantes, la cual había organizado los debates en el pasado, cuando se reusaron excluir a los “tercer” partidos.

Por medio de la privada Comisión sobre los Debates Presidenciales los líderes Demócratas y Republicanos establecieron reglas que requieren que un candidato sobrepase un 15 por ciento del apoyo en cinco sondeos nacionales. Esto efectivamente excluye otros candidatos, ya que la única manera de salir así en los sondeos es por medio de haber comprado decenas de millones de dólares en comerciales. La democracia capitalista se reduce al dinero, nuevamente.

La legalidad de este arreglo ha sido desafiado, pero – sorpresa, sorpresa – ha sido aprobado por los representantes de estos mismos dos partidos.

El control de los medios corporativos hacen una farsa de las “elecciones libres”

La Liga de Mujeres Votantes explicó en 1988 que “las organizaciones de los candidatos tratan de añadir los debates a su lista de charadas de campaña, que faltan substancia, espontaneidad y honestas respuestas a las preguntas difíciles”. Tenían mucha razón. Los debates presidenciales – como el proceso electoral en general – está concentrado en apariencias y manipulación.

Aunque sí existen medios independientes, los únicos medios capaces de llegar a grandes cantidades de gente son dominados por un grupo reducido de corporaciones. Su función principal es crear ganancias para sus dueños, no informar al público.

Por todo el proceso electoral, esta pequeña clase capitalista efectivamente determina cuales son los candidatos “legítimos”. Después de negar la cobertura a candidatos alternativos, ellos llevan a cabo sondeos y encuentran que – a la sorpresa de nadie – esos candidatos no son suficientemente “conocidos” para participar en los debates.

Los mismos medios analizan minuciosamente y debaten los más insignificantes detalles de las campañas republicanas y demócratas, mientras que los problemas reales del día – la creciente pobreza y la desigualdad, el sistema carcelario, y la ocupación de Afganistán, por ejemplo – nunca son debatidos.

Los debates cerrados y coreografiados hacen burla de la idea de elecciones libres, sirviendo solamente para proteger el status quo.

Una petición del Partido Socialismo y Liberación llama a que todos los candidatos de tercer partidos que están en la papeleta deben ser permitidos participar en el debate. Explica:

“El problema del acceso a los debates tiene un remedio inmediato y rápido: la Comisión sobre los Debates Presidenciales tienen que cambiar sus reglas!”

Vaya a VotePSL.org para firmar la petición.

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