Este artículo fue publicado el 1 de enero en inglés.
Hoy, 1 de enero, 62 aniversario de la victoria revolucionaria de Cuba, el gobierno está implementando una política económica radical con la reorganización del sistema monetario para promover una mayor eficiencia y una mayor producción. Llega en un momento crucial cuando el bloqueo de Estados Unidos y los impactos del COVID-19 están creando dificultades más profundas para el pueblo cubano.
El sistema socialista de Cuba permitió al pueblo y al gobierno capear la tormenta de 2020 y salvar vidas de una manera que el capitalismo estadounidense no pudo ni hizo. El ejemplo más revelador es el esfuerzo unificado de Cuba para superar el COVID. Solo 145 personas han muerto a causa del virus, el 1,2% de la tasa de mortalidad por COVID per cápita en los EE. UU. Y los destacados trabajadores médicos internacionalistas de Cuba fueron a docenas de países para ayudar a los pueblos atribulados en su crisis.
La “Tarea de Ordenamiento Económico”, aprobada por la Asamblea Nacional del Poder Popular con 110 resoluciones y detallada en 1.021 páginas, fue publicada el 10 de diciembre en la Gaceta Oficial de Cuba. Su esquema general fue presentado en los medios de comunicación por semanas antes de su publicación.
La característica central de la reforma monetaria es la eliminación del modelo de doble moneda que ha estado activo durante años.
El plan incluye un aumento significativo y muy necesario para todos los ingresos de los trabajadores estatales y las pensiones de los jubilados. Al mismo tiempo, establece incremento en los precios minoristas y mayoristas, incluso para bienes, servicios y tarifas de servicios públicos, debido a la devaluación del peso y como un reflejo más fiel de los costos para asegurar la estabilidad financiera.
Un retorno a una moneda única y un tipo de cambio unificado del peso nacional cubano favorecerá la producción nacional como la agricultura sobre las importaciones, especialmente porque las importaciones se encarecerán. Pero ciertas importaciones, como el combustible para la electricidad y el transporte, no se pueden reemplazar con suficiente producción nacional. Por lo tanto, el aumento de las tarifas eléctricas para el público.
La complejidad del plan – en medio de constantes recálculos del daño hecho a la economía por el bloqueo – requiere un cuidadoso equilibrio entre elevar salarios y precios sin causar inflación, y motivar a la fuerza de trabajo con mayores salarios, para luego generar suficiente producción, riqueza y desarrollo. Es un desafío mayor con la falta de repuestos y materias primas.
El plan ofrece condiciones favorables a los inversionistas extranjeros como participación mayoritaria en turismo, biotecnología y comercio mayorista, pero no en minería y servicios públicos.
Una estrategia cuyo momento ha llegado
El concepto del ordenamiento surgió por primera vez hace más de diez años, cuando la recesión económica mundial de 2008 golpeó a Cuba con la caída de los precios internacionales de los metales y el repentino aumento de los alimentos. Los notables ingresos por exportaciones de mineral de níquel de Cuba, la mitad de los ingresos extranjeros del país en ese momento, cayeron drásticamente cuando el precio de $52.000 dólares por tonelada cayó de $9.000 a $10.000 dólares. Los alimentos esenciales que importa Cuba subieron de precio. En julio de 2008, el presidente Raúl Castro recordó a los diputados de la Asamblea Nacional el aumento de los costos de importación de alimentos: en julio de 2007, una tonelada de arroz comprada en el exterior costaba 435 dólares; un año después era de $1.110. La harina en 2007 fue de $297 y en 2008 fue de $409. La leche en polvo costaba 2.100 dólares la tonelada en 2007 y en 2008 subió a 5.200 dólares.
A partir de 2008, el gobierno se embarcó en una expansión de las medidas que se introdujeron por primera vez en la década de 1990 para superar la crisis económica causada por la desaparición de la Unión Soviética y el campo socialista de Europa del Este. Ese plan económico durante el Período Especial, de utilizar medidas de estilo capitalista para atraer inversión extranjera, desarrollar el turismo internacional como fuente de ingresos y más, fue descrito con precisión como “salvar las ganancias socialistas de la Revolución”, por ejemplo la atención médica gratuita y educación. El plan fue debatido, discutido en más de 86.000 reuniones laborales y ratificado por el pueblo.
Para superar los nuevos desafíos en 2008, Cuba amplió enormemente la estrategia de la década de 1990, con ahora más de 610.000 trabajadores en empleos no estatales, descentralización de servicios, sustitución de importaciones, más distribución de tierras a los agricultores para una mayor producción de alimentos.
El elefante en la habitación: los beneficios y gratificaciones fuertemente subsidiados de los que todos los cubanos han llegado a depender durante décadas, como el sistema de racionamiento de alimentos. Se han convertido en una carga insostenible en un país de recursos limitados por el bloqueo. Además de costar decenas de miles de millones de pesos por año, los subsidios se otorgaron y se otorgan a todos los cubanos, incluso a decenas de miles que tienen ingresos suficientemente altos. O los aproximadamente 189.000 adultos en edad de trabajar que en 2008 ni trabajaron ni estudiaron ni contribuyeron a la economía, pero aún así recibieron los beneficios.
En ese momento, el racionamiento y otros subsidios no podían terminar hasta que se pudiera desarrollar un plan económico más equitativo y sostenible. Los bajos salarios estatales significaron que los trabajadores y jubilados todavía necesitaban los subsidios. Muchos trabajadores estaban dejando los trabajos estatales para buscar mayores ingresos en turismo, autoempleo, taxista, etc.
A menos que se dispusiera de una estrategia integral para abordar todos los factores económicos, no se podría considerar la idea de eliminar los subsidios y gratificaciones para todos los cubanos.
Hasta ahora.
Bajo la nueva Tarea de Ordenamiento, el nuevo salario mínimo para los trabajadores estatales es ahora de 2.100 pesos mensuales, frente a los 400 pesos anteriores, al 23 de diciembre. Los investigadores han calculado que el nivel necesario para garantizar las necesidades propias, incluida una dieta de 2.100 calorías – “la canasta” o canasta básica – son 1.528 pesos. El salario mínimo es ahora 1,3 veces la canasta. Por primera vez, los salarios de los trabajadores estatales se gravarán con un impuesto del 5% para proporcionar seguridad social, en gran parte debido al envejecimiento de la población. Los que tienen un empleo no estatal ya pagan impuestos para apoyar el sistema de educación y atención médica gratuita. Hay 32 escalas de ingresos para los 1,3 millones de trabajadores estatales en todos los campos, dependiendo de la habilidad, experiencia, educación, capacitación y responsabilidades de cada uno. Por ejemplo, el salario mensual de un médico residente es ahora de 5.060 pesos, una enfermera titulada ahora recibirá 4.410 pesos.
Los 1,67 millones de jubilados en Cuba -que obtuvieron incrementos en 2019 a entre 280 y 500 pesos mensuales- recibirán ahora un mínimo de 1.528 a 1.733 pesos mensuales. Sus nuevos ingresos entraron en vigencia el 17 de diciembre. Se proporciona un ingreso similar para familias con necesidades especiales, discapacitados y otras situaciones. Continuarán recibiendo una serie de subvenciones. Las personas que necesitan dietas especiales tendrán precios de alimentos restringidos.
Bajo el socialismo cubano, los ingresos son más que un salario mensual. Los beneficios vitales como la atención médica y la educación son gratuitos, universales y accesibles para todos. La gran mayoría de los cubanos son dueños de sus casas y ninguno está bajo amenaza de desalojo, ya que el latifundismo en Cuba se eliminó en los dos primeros años de la Revolución.
Superando el bloqueo y la crisis del COVID
La economía de Cuba ha sido golpeada por el recrudecimiento del genocida bloqueo estadounidense por parte de Trump: eliminar la mayoría de vuelos a Cuba, bloquear las entregas de petróleo de Venezuela a la isla e incluso prohibir la venta de ventiladores para tratar pacientes con COVID-19. En un golpe adicional, el 23 de noviembre el Departamento del Tesoro de Estados Unidos prohibió todas las remesas de los cubanos que viven en Estados Unidos a sus familias en Cuba, casi $1,5 mil millones enviados por 700.000 personas el año pasado. El daño causado por el bloqueo solo durante el último año es de $5,5 mil millones.
Para agravar el efecto dañino del bloqueo está el virus COVID-19, que afecta el turismo internacional y el comercio exterior. En 2019, 4,2 millones de turistas visitaron Cuba. En abril de este año bajó a cero, cuando el gobierno actuó para proteger a su población y cerró las fronteras. Sin el turismo, una gran cantidad de cubanos que dependen de la industria, en hoteles, restaurantes, taxis y otros medios de transporte, alquiler de habitaciones, artesanía, museos, entretenimiento y mucho más, han visto desaparecer sus medios de vida. Con el inicio de la pandemia, los trabajadores recibieron su primer salario de un mes completo durante el cierre y el 60% en los meses restantes, pero las dificultades económicas de la pandemia persisten.
El 17 de diciembre, Alejandro Gil Fernández, viceprimer ministro y titular de Economía y Planificación, anunció que el PIB de Cuba se contrajo un 11% en 2020 debido al cierre del turismo, la caída del comercio exterior y los costos sanitarios de la gestión de la crisis del COVID.
La guerra económica de Estados Unidos contra Cuba agrega más urgencia a la finalización del nuevo plan.
Obstáculos de la doble moneda y el doble tipo de cambio
En 1994, el peso convertible cubano de “moneda fuerte” – el CUC – se introdujo en paralelo al peso nacional cubano – el CUP, durante el Período Especial. El país emprendió una nueva estrategia económica que abrió a Cuba a la inversión extranjera, el turismo, las remesas, la desintegración de muchas fincas estatales en cooperativas y la liberación de precios en los mercados de agricultores. De una caída del PIB del 34,5% entre 1989 y 1993, el país inició una lenta recuperación en 1996. El ritmo se aceleró hasta la recesión mundial de 2008. La estrategia económica durante el Período Especial fue clave para la supervivencia de Cuba y generó fuentes permanentes de ingresos, turismo, biotecnología y servicios en el exterior.
El tipo de cambio de moneda del estado para el comercio internacional y la inversión extranjera ha sido 1 CUP = 1 CUC = 1 USD. El peso nacional de Cuba se cambia a 24 pesos por 1 CUC. Los salarios de los cubanos se pagan en CUP y las transacciones de la población se realizan en pesos nacionales. El CUC fue utilizado por turistas a 1 USD por 1 CUC. Los cubanos también podrían cambiar sus pesos CUP por CUC para comprar bienes importados en tiendas de divisas.
El tipo de cambio del estado era diferente en sus transacciones de exportación / importación, 1 CUC por 1 USD para importar mercancías. Para el público, se necesitan 24 pesos CUP para obtener 1 USD. Con las distorsiones financieras y económicas que esto creó a lo largo de los años, la doble moneda tuvo que terminar.
A partir de ahora, el peso nacional cubano se utilizará para todas las transacciones monetarias, exportaciones / importaciones, salarios, pensiones, bienes y servicios, contratos con inversionistas extranjeros, todo. El CUC se eliminará gradualmente durante los próximos 180 días, lo que dará a las personas la oportunidad de cambiar su dinero.
La racionalización en una sola moneda significa una devaluación de la moneda en las actividades del sector estatal relacionadas con el comercio exterior y las importaciones, lo que también aumenta los precios para la población. Actualmente, se importa entre el 70% y el 80% de los alimentos, así como la mayor parte del combustible para alimentar el país.
En el programa La Mesa Redonda de la televisión cubana del 28 de diciembre, Marino Murillo Jorge, titular de la Comisión de Implementación y Desarrollo de los Lineamientos y miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba, explicó la justificación de los precios más altos para ayudar a los agricultores en su producción.
Desglosó el costo de importar una tonelada de maíz. Actualmente, el precio internacional de una tonelada de maíz es de $219 USD. El tipo de cambio anterior del gobierno cubano era de 219 pesos nacionales cubanos por $219 dólares estadounidenses, utilizando la moneda fuerte CUC como “intermediario”. Ahora, con la eliminación del CUC y el nuevo tipo de cambio de 24 pesos por $ 1USD, el Estado tendrá que gastar 5.256 pesos (24 x 219) para importar esa tonelada de maíz.
Sin embargo, Murillo dijo: “El gobierno ahora le pagará a ese agricultor 14.000 pesos por una tonelada de maíz. ¿Por qué? Por las dificultades, problemas tecnológicos, falta de abastecimiento por bajo rendimiento industrial. De esta manera hay un apoyo en base a la producción agrícola”.
El público se mantiene informado y es escuchado
A través de la Mesa Redonda y la Gaceta disponible en línea, los cubanos están estudiando y discutiendo: Están informados y muy acostumbrados a opinar y hacer propuestas. Ese fue ciertamente el caso de las nuevas tarifas eléctricas residenciales.
Estaba previsto que la electricidad aumentara significativamente porque la mayor parte del combustible debe importarse. Las nuevas tasas provocaron un considerable desacuerdo entre las personas que sentían que eran demasiado altas.
Así que el lunes 28 de diciembre Murillo habló durante dos horas por televisión, explicando, entre otras cosas, por qué es tan alto el combustible y el gas licuado importados para cocinar. También anunció nuevas tarifas más bajas esa noche. El gobierno decidió reducir los aumentos de tarifas propuestos. El presidente Miguel Díaz-Canel habló sobre el tema. “Estamos siguiendo con interés y respeto las preocupaciones de la población. Revisaremos lo que se debe revisar y corregiremos lo que se debe y puede corregir “.
Como resultado de la reducción de tarifas en las tarifas de electricidad y gas licuado, el gobierno ahora tiene que absorber una nueva deuda no anticipada, unos 5.500 millones de pesos, para subsidiar la diferencia. Si el consumo reemplaza la cantidad programada, la deuda aumentará aún más.
“Cuba no tiene capacidad, no tiene tecnología para almacenar energía. Por lo tanto, si no se logran ahorros de energía, si no hay suficiente combustible, habrá apagones. El diésel debe utilizarse en las horas punta, que es más caro. Por eso debemos incentivar el ahorro con precios ”, dijo Murillo.
Eliminación progresiva de subsidios y gratuidades indebidas
En los primeros meses y años de la Revolución, el gobierno estableció garantías para que todos los cubanos tuvieran satisfechas sus necesidades básicas. Esto incluyó el famoso sistema de racionamiento que existe hasta el presente. Cada familia tiene una “libreta”, un pequeño folleto con el nombre y la edad de cada miembro de la familia. Los alimentos básicos y artículos para el hogar como arroz, frijoles, huevos, pollo, leche para niños, jabón, etc. se proporcionan mensualmente, independientemente de los ingresos de la familia, a un costo extremadamente bajo y fuertemente subsidiado asumido por el gobierno.
El método tradicional de Cuba ha sido subsidiar productos y servicios para cubrir a toda la población, es decir, “subsidiar productos”. Ahora los subsidios serán designados para personas que los necesiten, o “personas subsidiadas”. Se mantendrán algunos subsidios (precios más bajos garantizados en los mercados de agricultores, medicamentos para enfermos crónicos, subsidios para madres solteras y otras familias con necesidades especiales). Queda la libreta de racionamiento. En algún momento en el futuro, solo se designará para personas con necesidades especiales.
Muchos medicamentos, alrededor del 46% de los que están a la venta en las farmacias, 162 de 353 medicamentos, seguirán estando subsidiados a muy bajo costo.
Como explicó el presidente Miguel Díaz-Canel, “No vamos a implementar una terapia de choque”.
Mantener los precios bajo control con vigilancia y producción.
Una preocupación primordial son los precios especulativos y abusivos que ya están cobrando algunos proveedores no estatales, especialmente de productos agrícolas, en los mercados de agricultores y por los vendedores ambulantes. Las empresas estatales abarcan el 92% de todas las ventas de bienes y servicios al por menor. El aumento de los precios estatales está programado para ser 1,5 veces el monto anterior. Los salarios mínimos de los trabajadores aumentan unas 4,9 veces. Se prevé que los aumentos de precios para los trabajadores autónomos no estatales, el 8% de todas las ventas, sean 3 veces los precios anteriores. Pero este es el sector donde más se producen los precios especulativos y abusivos.
Se anima a las personas a informar a las autoridades locales sobre el aumento de precios. Los infractores que van más allá de las normas establecidas están siendo multados. No es un fenómeno nuevo y está relacionado con la escasa oferta de alimentos y otros bienes. Hay largas colas este año debido a la escasez resultante agravada por la pandemia y las medidas de bloqueo de Trump. La clave es más producción.
Murillo dice: “El tema es lograr la disciplina. … ¿Porque hay indisciplina de precio por dondequiera? Porque hay un fenómeno de déficit de oferta. … Habrá que enfrentar resueltamente la indisciplina y los precios especulativos y para lograr mantenernos en estos entornos que están aquí. Debemos declarar una guerra total a los precios abusivos y especulativos”.
En la Mesa Redonda sobre ingresos y precios, Murillo enfatizó que “el gran problema es de que no se puede repartir mas riqueza mientras no se crea. Y eso nos estuvo varios años estudiando como romper ese círculos, porque había una deuda con la población sobre todo con los empleados en el sector estatal de la insuficiencia salarial. … Pero la realidad es que la riqueza aún no ha crecido”.
Seguirán habiendo desafíos a medida que se desarrollan las nuevas tareas monetarias y económicas. Habrá seguimiento, análisis y ajustes de la política. Pero una cosa es segura. La Revolución que triunfó hace 62 años el 1 de enero muestra que solo el socialismo le da al pueblo el verdadero poder para organizarse, superar y vencer.