Peter Thiel hablando en la Cumbre Tecnológica Converge 2022 en Scottsdale, Arizona. Crédito: Flickr/Gage Skidmore (CC BY-SA 2.0)
JD Vance, Elon Musk, Vivek Ramaswamy, David Sacks — los capitalistas ultra-ricos de la industria tecnológica que ocupan cargos importantes en la administración entrante de Donald Trump — indican que en los próximos años Silicon Valley tendrá gran influencia en el gobierno de los Estados Unidos. Sin embargo, el veterano de la industria tecnológica que está a punto de ejercer mayor influencia no ocupa ningún cargo oficial de gobierno, sino que es amigo cercano y asociado de estos cuatro. Este veterano es Peter Thiel, tecnócrata multimillonario y capitalista de riesgo experimentado, quien está detrás de varias de las empresas más grandes de Silicon Valley.
¿Quién es Peter Thiel?
Aunque normalmente no está en el centro de atención como algunos de sus protegidos como Mark Zuckerberg de Meta o Sam Altman de OpenAI, Thiel ha asumido el rol de conducción de varias de las principales tendencias de la industria tecnológica por décadas. Thiel originalmente acumuló su gran fortuna con PayPal, la empresa de pagos en línea. Este pionero de fintech se creó en 2000 cuando Confinity, fundada por Thiel, se fusionó con X.com, el banco en línea fundado por Elon Musk a fines de los años 90. Después de vender PayPal a eBay en 2002, ambos acumularon enormes cantidades de dinero e inmediatamente fundaron nuevas empresas. Thiel fundó Palantir, una empresa de inteligencia militar creada para “reducir el terrorismo mientras se preservan las libertades civiles” y Musk fundó SpaceX. Varios de los empleados originales de PayPal fundaron sus propias empresas como Airbnb, Tesla, LinkedIn, YouTube, Yelp, entre otras, generando una vasta red de influencia para Thiel y Musk. Este grupo de figuras altamente influyentes de Silicon Valley es conocido como la “Mafia de PayPal” y Thiel, el hombre que ha financiado varias de sus empresas con sus múltiples firmas de capital de riesgo, es conocido como su “padrino”.
Desde sus días en PayPal, Thiel ha utilizado su vasta fortuna para financiar e influir en una cantidad importante de empresas tecnológicas estratégicas, incluida la creciente proporción de inversiones en fabricación de armas e inteligencia artificial (IA). Ha ocupado puestos en el consejo de varias empresas tecnológicas grandes, incluida Facebook. Es innegable que es una de las figuras más influyentes en la industria tecnológica actual.
Las perspectivas de extrema derecha de Thiel y su círculo
En tanto capitalista de riesgo con enormes inversiones en el complejo militar-industrial, se podría adivinar algunas de las políticas y cambios gubernamentales que Thiel desea movilizar a través de sus conexiones en los puestos gubernamentales más altos. Al final del día, quiere aumentar aún más su fortuna y asegurarse de que los Estados Unidos sigan financiando la guerra y el aparato militar para que sus empresas de tecnología obtengan mayores ganancias. Cuando se observa la política de Thiel de más cerca, las cosas se presentan de formas siniestras.
Durante décadas, Thiel ha defendido una visión del mundo libertaria, utilizando las inversiones en tecnología como un medio para aumentar su influencia política. PayPal, por ejemplo, siempre fue más que un medio para ganar dinero en el sistema actual; era una forma de intercambiar dinero fuera de los sistemas monetarios internacionales existentes. Ya en 2001, hablando sobre PayPal, dijo con claridad: “La capacidad de mover dinero de manera fluida y la erosión del Estado-nación están estrechamente relacionadas.” La preferencia de Thiel por un sistema monetario sin intervención gubernamental sigue motivando su gran respaldo financiero a las empresas de criptomonedas hoy en día.
A medida que pasaron los años, Thiel profundizó aún más su perspectiva de extrema derecha. Ya en 1995, Thiel co-escribió “The Diversity Myth” con otro futuro miembro de la Mafia de PayPal, el capitalista de riesgo David Sacks, quien Trump anunció recientemente que serviría como “zar de la IA y criptomonedas” en la administración entrante. El libro denunciaba el multiculturalismo y la llamada “corrección política” en Stanford. Thiel también apoya abiertamente recortar los programas de bienestar social de los cuales dependen los y las trabajadoras en EE. UU., como la Seguridad Social, y se opone a casi cualquier restricción sobre los derechos de las corporaciones para lucrar con su trabajo.
Hoy en día, Thiel sigue promoviendo este pensamiento político a través de su apoyo a la Conferencia Nacional Conservadora, una conferencia anual patrocinada por grupos de pensamiento de derecha como la Heritage Foundation y el Claremont Institute. Thiel ha sido destacado como orador principal en varias reuniones de la Conferencia Nacional Conservadora, la que comenzó en 2019.
Una amplia gama de figuras de extrema derecha asiste cada año. Uno de los asistentes más venerados es un bloguero político, ex ingeniero de software y amigo cercano de Thiel, Curtis Yarvin. Yarvin es un autodenominado “neo-monarquista” y “neo-reaccionario”. También es un defensor de lo que llama RAGE, o Retire All Government Employees, una apuesta que converge con aspectos del Proyecto 2025. Tanto RAGE como el Proyecto 2025 incluyen llamados para abolir gran parte de las instituciones federales que regulan a las corporaciones, un movimiento que aumentaría enormemente las ganancias corporativas y la desigualdad en EE. UU. Yarvin, un defensor del dominio corporativo sin restricciones bajo el capitalismo, ha abogado previamente por la necesidad de lo que él llama un “CEO nacional, o lo que se denomina un dictador”.
No es sorprendente que Yarvin odie a las clases trabajadoras y oprimidas, afirmando que las personas no blancas tienen cocientes intelectuales naturalmente más bajos. Sus declaraciones vitriólicas sobre la pobreza suelen ser intencionalmente insanas e inflamatorias. Por ejemplo, al escribir sobre su solución para las personas sin hogar y subempleadas de San Francisco, escribió que, en lugar de trabajar para proporcionar hogares y empleo a las personas, sería mejor eliminar de alguna manera a esas personas de la sociedad. Yarvin escribió: “Nuestro objetivo, en resumen, es una alternativa humana al genocidio. Es decir: la solución ideal logra el mismo resultado que el asesinato masivo (la eliminación de elementos indeseables de la sociedad), pero sin ninguno de los estigmas morales”.
Yarvin ha sido llamado el “filósofo político casero” del “movimiento incipiente” de Thiel. El vicepresidente electo Vance ha admitido que Yarvin influyó en la formación de su propio pensamiento.
Una red de extrema derecha respaldada por el capital de riesgo
Por un largo tiempo, Thiel ha sido una figura prominente del libertarismo en la industria tecnológica, con ideas muy similares a las que presenta Yarvin. Thiel ha sido claro al afirmar que sus objetivos comerciales van más allá del alcance de las empresas en las que invierte. Al hablar sobre sus razones para fundar PayPal, Thiel dijo: “La visión inicial era que íbamos a usar la tecnología para cambiar el mundo entero y básicamente derrocar el sistema monetario del mundo… Nunca ganaríamos una elección obteniendo ciertas cosas porque estábamos en una minoría muy pequeña, pero tal vez podrías cambiar unilateralmente el mundo mediante medios tecnológicos sin tener que convencer constantemente a las personas, ni suplicar ni rogar a quienes nunca estarán de acuerdo contigo. Ahí es donde creo que la tecnología es una increíble alternativa a la política”.
Al darse cuenta de que quienes comparten sus opiniones extremas son minoría, Thiel se dedicó a construir una red de instituciones de extrema derecha para influir en la política.
Con los millones que ganó de la venta de PayPal, Thiel comenzó la más prominente de sus varias firmas de capital de riesgo: Founders Fund. Casi de inmediato, Founders Fund comenzó a financiar startups tecnológicas cuyo único cliente era el gobierno de los Estados Unidos. Dos de las primeras fueron SpaceX, fundada por Elon Musk, y Palantir, fundada por Thiel. Palantir rápidamente se convirtió en uno de los principales proveedores de datos para la CIA, el Departamento de Defensa de los EE.UU. y ICE. Durante años, el único cliente de Palantir fue In-Q-Tel, la rama de capital de riesgo de la CIA, antes de que se expandiera a contratos con el NYPD y, más recientemente, con el Estado de Israel.
Founders Fund respalda una amplia gama de startups tecnológicas en Silicon Valley, principalmente aquellas centradas en IA y tecnología militar, y se extiende a sectores como la biotecnología. A través de estas inversiones, Thiel mantiene una amplia red de conexiones con negocios en los que invierte, como, por ejemplo, empresas de biotecnología propiedad de figuras como Vivek Ramaswamy.
En 2008, Thiel y su colega capitalista de riesgo Evan Baehr comenzaron la Red Teneo. Su objetivo, según Baehr, era crear una red de CEOs conservadores, banqueros, políticos, comentaristas de medios entre otros, la que coordinarían para, en palabras del actual presidente Leonard Leo, “destruir el dominio liberal”. Baehr imaginaba “un mundo en el que los Teneanos sirvan en la Cámara de Representantes y el Senado, como gobernadores — uno podría ser elegido presidente”.
Leo ha liderado Teneo desde 2021. Antes de eso, construyó una reputación como alguien capaz de impulsar eficazmente su agenda de extrema derecha en su rol como copresidente de la Federalist Society, una red ultraconservadora de abogados y jueces comprometidos con la promulgación de leyes cada vez más conservadoras a través de los tribunales. Leo es más conocido como el arquitecto detrás de la actual supermayoría conservadora del Tribunal Supremo que ha impulsado decisiones importantes y horribles, como la retirada de los derechos federales al aborto. En esa posición, ¿por qué detenerse ahí? Después de sus grandes éxitos con la Federalist Society, se preguntó: “Bueno, si esto funciona para la ley, ¿por qué no puede funcionar para otras áreas de la cultura y vida estadounidenses donde las cosas están muy desordenadas ahora mismo?”
No existen listas públicas de miembros de Teneo y su sitio web es extremadamente simple. Las listas de miembros que existen están lejos de ser exhaustivas. Por lo pronto, estas incluyen a Vance como miembro oficial, lo que es confirmado por documentos internos de Teneo. Además, varios políticos y empresarios conservadores prominentes tienen lazos documentados con Teneo, especialmente como ponentes principales en sus eventos. Vance y Ramaswamy han asistido y dado discursos en el retiro anual de Teneo. Otros ponentes notables del retiro de Teneo han incluido una amplia gama de voces políticas de derecha, incluidos el columnista del New York Times David Brooks, el juez federal Trevor McFadden y el fundador de Blackwater Erik Prince.
Las primeras incursiones de Thiel en la política convencional
Thiel sorprendió a muchos, particularmente al ala más liberal de Silicon Valley, cuando, siendo un hombre gay, respaldó públicamente a Trump en la Convención Nacional Republicana de 2016. Inmediatamente fue tratado como una especie de paria en Silicon Valley en un momento en que, públicamente, la mayoría de los líderes de la industria tecnológica repudiaban a Trump. En su discurso en la RNC, Thiel expresó su apoyo a Trump por ser un forastero político, pintándose a sí mismo de manera similar por atreverse a ir en contra de la corriente liberal de la industria tecnológica. Afirmó: “Ahora no estoy de acuerdo con todo lo que Trump ha dicho y hecho, y no creo que los millones de personas que votan por él estén de acuerdo tampoco. Votamos por Trump porque juzgamos que el liderazgo de nuestro país ha fracasado”.
Cómo exactamente dos titanes multimillonarios de la industria pueden ser considerados forasteros en la clase dominante sigue siendo poco claro. Incluso dentro del ámbito político, ya en 2016 Thiel no era un forastero. Para 2012, ya intentaba colocar a sus candidatos seleccionados en cargos mediante grandes donaciones monetarias a sus campañas políticas. Por ejemplo, Thiel contribuyó con 2 millones de dólares al PAC Club for Growth en 2012. Este PAC fue, a su vez en ese año, el principal patrocinador financiero de la primera candidatura al Senado de Ted Cruz, contribuyendo con casi 700,000 dólares a su campaña. Cuatro años más tarde, Cruz había alcanzado un nivel de prominencia nacional. Más tarde, en 2016, Thiel respaldó la candidatura del futuro senador Josh Hawley para fiscal general de Missouri, ayudando a hacer crecer la carrera política de Hawley con una contribución de 300,000 dólares.
Una vez que Trump asumió el cargo, cualquier reclamo de Thiel de ser un forastero en Washington desapareció por completo cuando varios de sus protegidos y estrechos colaboradores ocuparon altos cargos en la administración Trump. Michael Kratsios, el exjefe de personal de Thiel Capital, se convirtió en el Director de Tecnología de los Estados Unidos. Trae Stephens, uno de los primeros empleados de Palantir y socio en Founders Fund, lideró el equipo de transición de Trump para el Departamento de Defensa. Stephens reclutó a varias de las conexiones que hizo en este rol para fundar su empresa Anduril, una startup centrada en armas autónomas que obtiene sus ingresos únicamente de las ventas al gobierno de los EE. UU.
La campaña de Trump 2024: Thiel empieza a cosechar lo que ha sembrado
En los años posteriores al primer mandato de Trump, Thiel invirtió dinero en sus aliados más cercanos para que llegaran a la política nacional. En 2022, Thiel gastó millones en las elecciones al Senado, entre ellas las campañas de los capitalistas de riesgo Blake Masters y el futuro vicepresidente Vance. En la carrera de 2022, Thiel contribuyó con aproximadamente 15 millones de dólares a la campaña de Vance y con unos 20 millones de dólares a la de Masters.
Thiel había estado cultivando la oportunidad de que uno de sus protegidos llegara a un cargo federal durante muchos, muchos años. Vance y Thiel se conocieron cuando el primero estaba en la Facultad de Derecho de Yale en 2011. Thiel luego impulsó la carrera de Vance unos años más tarde dándole una posición importante en una de sus muchas firmas de capital de riesgo, Mithril Capital. Se podría decir que Vance debe toda su carrera política a Thiel. De hecho, durante la primera candidatura de Trump en 2016, Vance era un republicano abiertamente “anti-Trump”. No fue hasta 2021 cuando Vance comenzó a acercarse a Trump después de una reunión en Mar-a-Lago entre Trump, Vance y el propio Thiel.
Tratando de señalar que priorizará condiciones favorables para los multimillonarios tecnológicos en su segundo mandato, Trump ha expresado repetidamente su apoyo a las criptomonedas y la inteligencia artificial en la campaña y desde las elecciones. Siguiendo sus promesas de campaña, Trump ha nombrado recientemente al capitalista de riesgo, cercano asociado de Thiel y pionero de la industria de las criptomonedas, David Sacks como su “zar de las criptos” y líder de un nuevo consejo presidencial de asesores sobre ciencia y tecnología. Sobre los nuevos roles de Sacks, Trump dijo: “David se centrará en hacer de América el líder global indiscutible en [cripto e IA]. Salvaguardará la libertad de expresión en línea y nos alejará del sesgo y la censura de las grandes tecnologías. Trabajará en un marco legal para que la industria de las criptomonedas tenga la claridad que ha estado pidiendo y pueda prosperar en EE. UU.”
Las criptomonedas han sido durante mucho tiempo promovidas por los opositores a la regulación gubernamental como una moneda utópica sin Estado, pero hasta ahora no ha demostrado tener mucho uso más allá de ser un activo puramente especulativo capaz de generar enormes beneficios para los pocos lo suficientemente ricos como para permitirse las costosas GPUs y otros hardwares necesarios para la producción de criptomonedas. De manera similar, la inteligencia artificial amenaza con dejar sin trabajo a millones de personas de la clase trabajadora al automatizar tareas. Los capitalistas continúan invirtiendo en IA con la esperanza de hacer aún más dinero al evitar el gasto en salarios para las y los trabajadores. La medida de Trump muestra claramente que su administración allanará el camino para mayores ganancias para multimillonarios tecnológicos como Sacks, Thiel, Musk y otros.
El nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental podría resultar ser el mayor impacto de Thiel en el sistema político de EE. UU. hasta ahora. Dirigido por Musk y Ramaswamy, dos de los socios comerciales de largo plazo de Thiel cuyas empresas han recibido colectivamente miles de millones de dólares en capital de riesgo de Thiel, el objetivo del departamento es despedir a miles de empleados federales y redirigir esos fondos a otras áreas. Este departamento planea desmantelar y cerrar áreas esenciales del gobierno federal, incluido el Departamento de Educación. Lo que es seguro es que el aparato militar de los EE. UU. seguirá recibiendo grandes fondos. Solo en 2024, las acciones de Palantir subieron un 270%, 23 mil millones de dólares en las pocas semanas desde que Trump fue elegido, lo que refleja la anticipación de los inversores sobre un aumento en el gasto militar en el futuro cercano. Thiel ciertamente hizo millones con la mayor valoración de las acciones, y el repentino auge convirtió en multimillonarios a dos nuevos ejecutivos de Palantir, Joe Lonsdale y Stephen Cohen. Este nuevo departamento representa la consolidación de los objetivos políticos a largo plazo de personas como Peter Thiel y la entrada en la corriente principal de las ideas de personalidades de Internet anteriormente marginales como Curtis Yarvin.
¿Qué gana Thiel?
Aunque Vance, Trump, Musk, Ramaswamy y otros capitalistas de extrema derecha en el círculo de Thiel se describen a sí mismos como una “contraélite” que intenta “drenar el pantano”, todo, desde su historia hasta sus conexiones y fuentes de riqueza, debería dejar claro que son, en gran medida, personas dentro del sistema que se benefician enormemente de su estatus bajo el capitalismo. Hay algunos granos de verdad en sus divagaciones políticas: los demócratas no se preocupan por el pueblo trabajador y el poder está en manos de un pequeño grupo de súper ricos. Señalar a los migrantes, las personas negras y morenas, las mujeres o cualquier otro grupo oprimido no hace nada para abordar el problema raíz. Solo sirve para desviar la atención fuera de los ultra ricos como Thiel o Trump, quienes luchan por quitarle los derechos a las y los trabajadores, desfinanciando las necesidades del pueblo para financiar sectores como la IA y la tecnología militar, y llenar sus propios bolsillos.
Toda la historia de Thiel, su red de élites de extrema derecha y su imperio de capital de riesgo que financia el complejo militar-industrial dejan claro que solo quiere influir en la política para enriquecerse a sí mismo.
A pesar de su retórica populista, los lazos de Vance y Trump con multimillonarios capitalistas como Thiel dejan claro que no les importa el pueblo trabajador, ni tienen la intención de cumplir sus promesas de campaña de ayudar a la clase trabajadora.
La profunda participación de los multimillonarios de la industria tecnológica en la administración Trump, respaldada por una red de organizaciones de extrema derecha, revela el alto nivel de organización de la clase dominante, la que siempre utilizan para consolidar su riqueza y poder. Si nuestra clase quiere un sistema que funcione para nosotras y nosotros, necesitamos construirlo independientemente de los CEO y capitalistas de riesgo de la clase dominante. No estamos en desventaja numérica, solo estamos mal organizados, pero si luchamos juntos contra la agenda de los multimillonarios, ¡podemos ganar!