Está en marcha una de las mayores expulsiones de migrantes y refugiados en décadas, con hasta 14.000 haitianos destinados a la deportación. Los refugiados haitianos se encuentran a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México en Del Río, Texas, en busca de asilo. Esta deportación masiva y racista ha provocado la indignación de todo el país después de que salieran a la luz imágenes horribles de agentes de la patrulla fronteriza a caballo agrediendo a los refugiados con látigos.
El gobierno de Biden está llevando a cabo la deportación basándose en una orden de la era Trump para expulsar esencialmente a todos los migrantes que llegan a la frontera entre Estados Unidos y México con el pretexto de proteger supuestamente la salud pública en medio de la pandemia. Esta política se llama Título 42.
Estados Unidos voló tres aviones de 145 pasajeros a Puerto Príncipe, Haití, el domingo, comenzando la operación que se ha intensificado desde entonces. Las autoridades de Haití suplicaron a Estados Unidos que detuviera las deportaciones masivas, alegando la escasez de alimentos y viviendas en el país, especialmente debido a la agitación política tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio. Haití también sufrió un terremoto de 7,2 grados el mes pasado. Este hecho sumió al país en la confusión, ya que 800.000 personas se vieron afectadas, según las estimaciones de las Naciones Unidas. El gobierno de Biden detuvo temporalmente las deportaciones, pero luego cambió el rumbo.
La constante intromisión de Estados Unidos en los asuntos del país ha privado al pueblo haitiano de los derechos democráticos básicos y ha fomentado profundas divisiones en el país. Rachel Domond, organizadora de la Coalición ANSWER con sede en Boston, describió las raíces de la situación: “Aunque ahora mismo los haitianos pueden estar huyendo de los impactos cataclísmicos de un terremoto que ha cobrado la vida de miles de personas y ha herido a muchas más, durante décadas los haitianos han estado huyendo de los impactos mortales de la intervención imperialista en su país que han hecho y mantenido a Haití como la nación más pobre del hemisferio occidental”. Domond añadió: “El ciclo constante de intervención, de apuntalamiento de líderes y dictadores erróneos y de explotación de la mano de obra haitiana por parte del imperialismo estadounidense ha dejado a Haití en una situación de extrema inestabilidad.”
Estados Unidos es directamente culpable del sufrimiento del pueblo haitiano, y “en toda América Latina, el Caribe y el mundo, el imperialismo estadounidense ha creado condiciones inhabitables, pero criminaliza a quienes buscan refugio en Estados Unidos de esas mismas condiciones”, dijo Domond.
A lo largo de la historia, Haití ha sido uno de los principales objetivos de Estados Unidos y de otros gobiernos imperialistas que nunca podrían tolerar la existencia de una república independiente formada sobre la base de una exitosa revuelta de esclavos. Desde entonces, están obsesionados con impedir que el pueblo de Haití alcance una verdadera soberanía. Mientras Estados Unidos expulsa cruelmente a los haitianos que huyen de las circunstancias que él mismo creó, es más crucial que nunca que el pueblo de Estados Unidos exija el fin de estas deportaciones y de las intervenciones imperialistas que están en su origen.