Esta semana, Mississippi está experimentando condiciones de congelación sin precedentes como resultado de las tormentas de hielo que azotaron el sur de los Estados Unidos. Además de no estar acostumbrados a la lluvia helada, el hielo y la nieve, miles de habitantes de Mississippi que sufren apagones y cortes de energía, hogares sin calefacción y cortes de agua, se han visto obligados a defenderse por sí mismos.
A partir del 15 de febrero, al menos 250.000 habitantes de Mississippi han perdido energía en algún momento de la semana; los condados del suroeste al centro este de Mississippi se ven afectados principalmente. Aproximadamente 110.000 personas seguían sin electricidad el 19 de febrero por la mañana. Casi todos los residentes de la capital del estado, Jackson, no tienen agua. Los funcionarios de la ciudad han informado sobre la falta de productos químicos necesarios para tratar el agua y dicen que el sistema de distribución está agobiado.
Muchos de los afectados están atrapados en sus hogares, sin poder viajar para reabastecerse de suministros, ya que la mayoría de los habitantes de Mississippi no tienen experiencia conduciendo por carreteras cubiertas de hielo. Al igual que en otros estados afectados, también en Mississippi hay informes de edificios inundados por la rotura de tuberías de agua congelada.
Las organizaciones de base intentan llenar el vacío creado por el fracaso del gobierno
La gente de la clase trabajadora se han estado uniendo para ayudarse mutuamente, mientras que los gobiernos estatal y federal se niegan a utilizar todos los recursos disponibles para organizar e implementar una respuesta de emergencia. En ausencia de un sistema satisfactorio, los voluntarios, las organizaciones religiosas sin fines de lucro y las organizaciones comunitarias intentan satisfacer la necesidad. Muchos habitantes de Mississippi necesitan agua, comida y un realojamiento temporal. En Mississippi, organizaciones como Instituto de fefensa del pueblo/People’s Advocacy Institute, Proyecto de la juventud negra de la campaña de los pobres de Mississippi/Mississippi Poor People’s Campaign Black Youth Project y Alianza de inmigrantes por la justicia y la equidad/Immigrant Alliance for Justice and Equity se han unido para ayudar a las personas necesitadas.
Los voluntarios, que se arriesgan personalmente al viajar por carreteras heladas, están entregando los suministros necesarios a las personas que viven en los complejos de apartamentos, aunque la tarea ha demostrado ser difícil. Estos suministros incluyen agua, mantas, calentadores y comida caliente. Las organizaciones que participan en la ayuda mutua coordinan la entrega de más de 2.000 comidas calientes. Por tan heroicos y encomiables que sean los esfuerzos de ayuda mutua basados en voluntarios sobre el terreno, no logran satisfacer las necesidades de cientos de miles de personas en el estado. La asistencia y el apoyo del gobierno son cruciales y faltan.
Hablando con Liberation News, Calandra Davis, organizadora del Black Youth Project en Jackson, dijo: “Necesitamos que este [desastre] no vuelva a suceder. [El estado] necesita la infraestructura para garantizar que no necesitemos cerrar el agua de la ciudad para superar esto. Más aún, [existe la necesidad de] conversaciones más amplias sobre la justicia climática porque una tormenta de nieve de esta naturaleza no surgió de la nada. Los funcionarios locales deben tomarse en serio la justicia ambiental.”
Durante las últimas dos décadas, la crisis climática global impulsada por el capitalismo ha dado paso cada vez más a eventos climáticos extremos en la Costa del Golfo. A pesar de ser azotados por tormentas, huracanes, tornados y temperaturas extremas, estados como Mississippi todavía tienen un sistema de respuesta de emergencia inadecuado e insustancial. El alcance de la respuesta de la Agencia para el Manejo de Emergencias de Mississippi a la tormenta invernal de esta semana se ha limitado a la distribución de botellas de agua utilizando 14 reservistas para desastres, además de enumerar los refugios existentes y las habitaciones seguras en su sitio web.
Actualmente, muchas tiendas y negocios han cerrado en las áreas afectadas. Las tiendas que están abiertas también se están quedando sin suministros. El cierre de empresas ha significado la pérdida de salarios para los trabajadores. Hablando sobre este punto, Davis dijo: “Es necesario que haya [ayuda del gobierno] ahora mismo para que los salarios y el sustento de las personas no se vean afectados por desastres naturales o estados de emergencia.”
Se han reportado cortes de energía de manera desproporcionada en vecindarios predominantemente de la comunidad afro en la ciudad de Jackson. Además, la población sin hogar de Mississippi se encuentra en una situación peligrosa. En ciudades como Biloxi, no existen refugios para albergar a las personas durante la tormenta invernal. En la ciudad de Jackson, Stewpot Community Services, una organización religiosa sin fines de lucro, proporcionó refugio a 200 personas sin hogar en hoteles y refugios. Acerca de la crisis de las personas sin hogar, Davis dijo, “[el gobierno] debe asegurarse de que [todas] las personas estén alojadas para que no nos apresuremos a sacar a los que no tienen vivienda de las calles durante una tormenta de invierno”.
La Alianza de Inmigrantes por la Justicia y la Equidad/The Immigrant Alliance for Justice and Equity es otra organización de base que moviliza ayuda humanitaria en Mississippi. En la economía de los Estados Unidos, los trabajadores inmigrantes y migrantes son a menudo trabajadores esenciales que se ven obligados a realizar trabajos de bajos salarios. Tienen acceso a incluso menos recursos que otros cuando se ven afectados por pandemias o desastres climáticos.
La directora ejecutiva de IAJE, Lorena Quiroz, dijo a Liberation News: “La discriminación basada en la clase es muy real y entra en juego durante este desastre. Los migrantes se ven afectados de manera desproporcionada por este racismo y clasismo.” Añadió: “No queremos que ningún inmigrante indocumentado o con salarios bajos se quede sin ayuda, especialmente porque la gente todavía está sin trabajo. Tenemos que asegurarnos de que la gente tenga calefacción y agua”.
Además de satisfacer las necesidades, la organización ayudó a alojar a 10 personas en hoteles hoy, mientras coordinaba a otros para compartir la vivienda. Quiroz informó que ayudó a una familia con un bebé de 9 días a ponerse a salvo. IAJE también está buscando migrantes queer y transgénero para ayudar, ya que se ha identificado que su capacidad para acceder a recursos esenciales durante este tiempo es peor.
Compañías eléctricas, apagones y costosas facturas
En Mississippi, un mosaico de más de 40 empresas de energía, las más grandes de las cuales son de propiedad privada, están involucradas en el suministro de electricidad al estado. Entergy, una compañía de Fortune 500 y el mayor productor y distribuidor de energía eléctrica de Mississippi, proporciona energía a 450.000 habitantes de Mississippi, de los cuales aproximadamente 50.000 están sin electricidad. Otros proveedores como Southwest Mississippi EPA, South Pine Electric y Central EPA, combinados, tienen alrededor de 50.000 clientes más que actualmente están experimentando cortes de energía.
En el 2020, Entergy aumentó sus ganancias en $361 millones, más del 50%, a pesar de que el año de la pandemia vio a cientos de miles de familias de clase trabajadora en Mississippi económicamente devastadas. Como muchas compañías eléctricas corporativas en todo el país, Entergy ha tenido un historial de explotación de sus clientes. En el 2008, el fiscal general de Mississippi demandó a Entergy por cobrar más de $1 mil millones a los clientes.
En todo el país, los trabajadores deben hasta $40 mil millones con las empresas de servicios públicos en el transcurso del 2020. 32 estados aprobaron moratorias de cierre de servicios públicos durante la pandemia. A nivel nacional, casi 35 millones de hogares se beneficiaron de estas protecciones hasta que se permitió que se expiren muchas de las moratorias. En el 2020, Mississippi también tuvo una moratoria de cierre de servicios públicos que expiró a fines de mayo, lo que dejó a las personas a elegir entre alimentar a las familias o pagar servicios públicos sobrevalorados, para evitar enfrentar el desalojo. En septiembre del 2020, Mississippi asignó $9,2 millones de fondos de subvenciones federales para ayudar a los residentes a pagar las facturas de electricidad y gas, pero esta cantidad es muy insuficiente dada la historia del estado de altos costos de servicios públicos.
Mississippi tiene la tasa de pobreza más alta entre todos los estados del país, pero se encuentra entre los diez primeros por facturas de electricidad mensuales más altas. En el 2019, Mississippi Power, el segundo proveedor privado más grande del estado, fue objeto de escrutinio cuando las facturas de electricidad de los clientes durante los meses de verano casi se duplicaron en comparación con el ciclo de facturación durante el año anterior, lo que dejó a las personas sospechando una conexión entre la tecnología digital recién instalada de medidores y las facturas mensuales escandalosamente altas que van desde $300 a $500.
En Mississippi y en otros lugares, no es el clima lo que ha puesto en riesgo la vida de tantas personas, sino las decisiones de ejecutivos y políticos millonarios de no invertir en la infraestructura y las fuentes de energía adecuadas. Al igual que en Mississippi, las redes eléctricas en todo el país no pueden hacer frente a temperaturas extremas porque no se han actualizado o acondicionado para el invierno, en este caso. Las tuberías de agua se pueden aislar contra la congelación. Una dependencia excesiva de los combustibles fósiles para la producción de energía no solo ha empeorado la crisis medioambiental y climática, sino que ha creado escasez. La falta de seriedad del gobierno federal en la regulación del uso de combustibles fósiles por parte de las corporaciones y la falta de inversión en tecnología de energía renovable significa consecuencias desastrosas para la clase trabajadora de los Estados Unidos.
La falta de preparación de los gigantes de los servicios públicos y la patética respuesta del gobierno capitalista a nivel local y federal es nada menos que una negligencia criminal por parte de aquellos motivados únicamente por lucros. En contraste, un gobierno de y por la clase trabajadora haría todo lo que esté en su poder para evitar una crisis masiva como esta a través de la preparación. El hecho de que el Congreso de los Estados Unidos rescató a la industria del petróleo y el gas con miles de millones de dólares de fondos federales de COVID-19, pero aún no ha actuado para brindar alivio material a los millones de trabajadores afectados durante la última semana, y más allá durante la pandemia, es un testamento de a quién realmente sirve. Sólo la organización y la movilización de la clase trabajadora contra el sistema capitalista pueden darle la vuelta a esta repugnante realidad.
Foto: Famartin from Wikimedia Commons