El 15 de junio, la Corte Suprema de los Estados Unidos emitió un fallo de que los trabajadores LGBTQ están protegidos por el Acto de Derechos Civiles de 1964 (CRA pos sus siglas en inglés). En un fallo de 6-3, representando a la mayoría, el Juez Gorsuch escribió: “Un empleador que despide a un individuo simplemente por ser gay o transgénero desafía la ley.”
La mayoría díctaminó que la protección contra la discriminación basada en el sexo por parte de la CRA se aplica a las personas queer. El fallo, aunque acogido por las comunidades queer y progresistas, fue sorprendente dada la naturaleza conservadora de la corte actual.
Aunque las inclinaciones políticas de los jueces individuales de la Corte no son irrelevantes, el fallo revela que las decisiones de la corte a veces se ha basado más en las relaciones sociales de la sociedad en un momento dado que en las opiniones personales de los jueces o la “pureza” de la ley.
El país y el mundo están en rebelión activa contra el terror policial racista. Ámplios sectores de la sociedad se están manifestando, enfrentando violencia policial, gases lacrimógenos, balas de goma, gas pimienta y granadas explosivas en ciudades y pueblos grandes y pequeños, urbanos y rurales. Demandas abordando la brutalidad policial sistémica, que antes se consideraban imposibles de ganar, ahora están siendo defendidas por los políticos e instituciones principales.
No ayudaría a la imagen doméstica y global de los EE.UU. a respaldar la discriminación sistémica contra las personas LGBTQ al mismo tiempo que esta rebelión global anti-racista y anti-terror policial está en marcha. Aunque la administración Trump, apoyando algunas de las opiniones más anti-gay, anti-trans y anti-inmigrante en la sociedad capitalista, proporciona una plataforma para racistas y y personas homofóbica, la Corte Suprema sabe que la gran mayoría de personas en el país se opone a discriminación contra personas LGBTQ.
Según una encuesta realizada por el Instituto de Investigación de Religión Público, las mayorías en todos los estados del país están a favor de la igualdad de protección para las personas LGBTQ en empleo, vivienda y alojamiento.
Las instituciones de la sociedad capitalista, desde la Corte Suprema hasta el Congreso y todos los gobiernos estatales y locales, operan en interés de la clase dominante, los capitalistas, los dueños de la riqueza. Este fallo debería ser una lección para aquellos luchando por la justicia social de que mientras la clase trabajadora y los pueblos oprimidos acepten la explotación diaria, el racismo, la intolerancia, la misoginia, el racismo anti-inmigrante y cualquier otra ideología que nos divide, los políticos actuarán en el interés de los ricos a costo de los trabajadores y los pobres.
Pero cuando la clase trabajadora y los oprimidos se levantan, como hemos visto en las rebeliones tras el brutal asesinato de George Floyd, la policía es arrestada (aunque aún no han sido condenados), las empresas se expresan en apoyo al levantamiento, y las demandas para desembolsar a los departamentos de policía no se descartan.
Esta es la “sabiduría” detrás del fallo de la Corte. Tiara Gendi, del Proyecto para Migrantes Negros y LGBTQIA+, dijo en un comunicado de prensa del Gremio de Ley Transgénero: “Nunca hemos dependido de la Corte Suprema para que nos dé lo que merecemos…”
La clase capitalista, en cuyo interés funciona la Corte Suprema, otorgará concesiones cuando la clase trabajadora y los oprimidos están en movimiento, luchando en sus propios intereses, utilizando el arma imbatible de ser los productores de toda riqueza y la gran mayoría de la sociedad.
Sin embargo, tan pronto como la lucha disminuye y la gente abandona las calles, termina las ocupaciones y vuelve “a lo normal,” entonces los políticos de la clase dominante comienzan a revocar las victorias obtenidas, pieza por pieza.
La clase dominante es una formación social reaccionaria. Se beneficia de la miseria y la explotación de muchos. Se ha observado que Jeff Bezos se hizo 24 mil millones de dólares más rico en los meses desde que la pandemia de COVID-19 cerró la economía, mientras que millones han perdido sus empleos.
Los súper ricos intentarán utilizar las diferencias entre la clase trabajadora para crear conflictos entre nosotros, para no unirnos contra la verdadera fuente de miseria y sufrimiento, la reducida clase dominante capitalista multimillonaria.
Buscan cualquier cosa para dividirnos. Apelan a la intolerancia para volvernos unos contra otros.
Mientras la Corte emitió un fallo progresista el 15 de junio, cuatro días antes el Departamento de Salud y Servicios Humanos (DHHS) finalizó un reglamento que elimina la protección contra la discriminación de personas transgénero por parte de médicos, hospitales y compañías de seguro de salud. En un acto de desprecio a la comunidad trans, el anuncio se hizo durante el mes del Orgullo y el día del cuarto aniversario del ataque terrorista anti-queer en el club nocturno Pulse en Orlando, Florida.
De una manera notablemente insensible, Roger Severino, director de la Oficina de Derechos Civiles del DHHS, al comentar sobre el momento del anuncio, dijo que era “pura coincidencia.”
La decisión elimina las regulaciones de la Ley de Cuidados de Salud Asequibles que exige que los proveedores de atención médica y las aseguradoras brinden y cubran el tratamiento médicamente apropiado para pacientes transgénero.
Que esta acción se llevará a cabo durante la pandemia de COVID-19 muestra la profunda intolerancia que sigue viva dentro del gobierno federal. La acción pondrá a más personas transgénero en riesgo por las consecuencias de infección por COVID-19.
Kris Hayashi, Director Ejecutivo del Gremio de Ley Transgénero, declaró: “Las personas trans deberían poder buscar atención médica cuando necesitamos ayuda sin ser rechazados o negados tratamiento por ser quienes somos. Este acto atroz de la administración Trump pone en riesgo la vida de las personas trans, especialmente las personas trans que viven con el VIH, las personas trans negras y personas trans de color, las personas trans con discapacidades y las personas trans que viven en áreas rurales y en los estados del sur.”
Desde sus primeros días, la administración de Trump se ha apuntado a las personas transgénero, esperando usar la intolerancia y la ignorancia para atacar a una comunidad ya desfavorecida y vulnerable. Negar los derechos de las personas trans es parte de una campaña socialmente reaccionaria que también busca reducir los derechos reproductivos de las mujeres, descartar las necesidades de los discapacitados y los ancianos, y en general eliminar los servicios y derechos sociales para grandes sectores de la población.
La unidad de personas de diferentes comunidades, orígenes, etnias, edades, géneros y sexos en la lucha contra el terrorismo policial y el racismo institucional ha sido un arma poderosa que ha puesto fin a los toques de queda y ya ha ganado reformas modestas.
Fue este tipo de levantamiento de la comunidad LGBTQ y el apoyo por la igualdad queer en toda la población lo que llevó a la comunidad LGTBQ a donde se encuentra hoy. Eso es lo que se necesitará para hacer retroceder este último ataque contra la comunidad trans y ganar el derecho humano básico de atención médica accesible con dignidad para la comunidad trans.