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La Corte Suprema falla contra Trump en caso DACA

Cuando Trump decidió cumplir con su racista promesa electoral de terminar el programa de DACA en el 2017, cientos de miles de “Dreamers” (soñadores en español) y sus familias se sintieron traicionados, desamparados, y con miedo de ser deportados.

Pero después de dos largos años luchando en las calles y en la arena legal, estos Dreamers y sus familias ahora pueden tomar un respiro, por la decisión del 18 de junio de la Corte Suprema de EEUU, que decidió 5-4 en contra de la decisión de Trump para terminar el programa.

Inmediatamente después del anuncio de la decisión, la mayoría de medios de comunicación convencionales se apresuraron a aplaudir al jefe de justicia de derecha John G. Roberts Jr., por no seguir los dictados de la administración de Trump, y en vez decidir justamente a favor de los Dreamers.

¿Pero debe esta victoria simplemente ser atribuida a una repentina nobleza o adhesión a los principios legales por parte de Roberts? La realidad es que el estado capitalista está en la defensiva. La decisión de detener la rescisión de DACA se produjo solo unos días después de la histórica y monumental decisión otorgando a los trabajadores LGBTQ protección bajo la Ley de Derechos Civiles del 1964. Esto sin mencionar las victorias y reformas en curso promulgadas por la erupción del movimiento por las vidas negras contra el terror policial racista y el racismo sistemático.

La decisión de detener los ataques de Trump contra los Dreamers no fue una muestra de buena fe por parte de la corte, sino el resultado de la presión intensificada sobre el gobierno y el aparato estatal de parte de los levantamientos actuales, y el elevado clima de lucha que azota a la nación.

Una gran victoria pero la lucha no ha terminado

Al mismo tiempo, los Dreamers y el movimiento por los derechos de los inmigrantes conocen muy bien las deficiencias de esta decisión. Un vistazo más de cerca a la opinión de la mayoría dada por Roberts, muestra que la decisión de la corte no descartó las acciones de Trump como inconstitucionales, sino que lo hizo de manera incorrecta, solo un error técnico. Esto es una victoria y un golpe para la administración racista y xenófoba de Trump. Pero todavía deja a los Dreamers vulnerables, solo les da más tiempo porque deja la puerta abierta para que Trump ataque a DACA, especialmente si es reelegido en noviembre.

El programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, o DACA, protege a los inmigrantes indocumentados traídos de niños de ser deportados. Le dio a los Dreamers, como se les conoce, un aplazamiento renovable cada dos años para que puedan estudiar, trabajar y vivir sin temor de ser deportados.

Fue promulgado por orden ejecutiva del entonces presidente Barack Obama en el 2012, solo después de la presión masiva y ferocidad del movimiento por los derechos de los inmigrantes. Este es un movimiento que en sus alturas vió casos de estudiantes indocumentados arriesgando su estado migratorio al organizar actos de desobediencia civil, al ocupar las oficinas de funcionarios estatales de ambos partidos del gobierno, dando origen al lema “indocumentados y sin miedo”.

Ellos, junto con sus padres, libraron una gran lucha contra el gobierno de Obama. Esa administración fue negligente al no aprobar una reforma migratoria integral cuando tenía el control de ambas cámaras del Congreso. Para el 2012, Obama había deportado a millones de inmigrantes, más que cualquier otro presidente en la historia de Estados Unidos.

Incluso en el momento de su firma, DACA no cumplió con las demandas del movimiento que exigían la legalización de todos los 12 a 14 millones de inmigrantes indocumentados en ese momento. Además, de los 1,8 millones de Dreamers elegibles para el programa, solo unos 800,000 se inscribieron. Muchos tenían miedo de exponerse a sí mismos y a sus familias al dar al gobierno toda su información en caso de que el gobierno cambiara de opinión, que es exactamente lo que sucedió cuando Trump llegó al cargo.

La decisión trajo un ambiente de alegría y celebración a los más de 600 mil recipientes de DACA, la comunidad inmigrante y sus partidarios.

En Los Ángeles, la Coalición por los Derechos Humanitarios de los Inmigrantes, o CHIRLA, organizó una caravana de más de 100 automóviles que rodearon el área del parque McArthur, un barrio inmigrante de Los Ángeles. Los participantes, transeúntes y los automóviles que pasaban tocaron la bocina, aplaudiendo e haciendo ruido en apoyo. Los cantos de “DACA Vive Vive, La Lucha Sigue Sigue” se escucharon en voz alta en toda la caravana.

La migra, la policia, la misma porquería

La acción culminó con una manifestación afuera del Centro de Detención Metropolitano del Centro de Los Ángeles, donde muchos inmigrantes están detenidos en espera de deportación. Liberation News habló con una organizadora de CHIRLA, Raquel, quien explicó que la manifestación y la celebración terminaron simbólicamente en el centro de detención para recordarle a la gente que todavía queda mucho trabajo por hacer. Raquel le dijo a Liberation: “Aunque esto fue una victoria para todos nosotros, es realmente importante ser crítico porque también tenemos en marcha el movimiento de las vidas negras. Cuando hablamos de desembolsar a la policía, también estamos hablando de abolir a la migra/ICE. Mientras tenemos esta conversación, hay niños y sus familias encerrados en centros de detención.”

El vínculo entre la migra/ICE y la policía es muy evidente. Ambas son instituciones nacidas de la supremacía blanca y el racismo institucional. Ella también agregó: “Nos comprometemos como comunidad de inmigrantes a mantenernos solidarios y en camaradería con nuestros hermanos y hermanas negros, gente queer y trans para exigir justicia y liberación para todos los seres humanos, independientemente de su estatus migratorio”. Los ejemplos de esta solidaridad han quedado en exhibicion desde la ruptura del Movimiento por las Vidas Negras después del asesinato de George Floyd a manos de la policía de Minneapolis. Hay informes de activistas indocumentados que no solo se unieron a las protestas en todo el país sino que también arriesgaron su estatu migratorio al ser arrestados, como fue el caso de un joven activista indocumentado en Phoenix.

Hasta que se gane otra victoria en las calles, los más de 600.000 recipientes actuales de DACA continuarán renovando sus permisos. DACA solo se hizo realidad después de que las masas de jóvenes inmigrantes lucharon y lo exigieron. El ataque contra DACA fue suspendido en el contexto de un levantamiento nacional contra el racismo. Toda la gente progresista y revolucionaria debe recordar que el poder reside en la gente, y el verdadero cambio proviene de la lucha.

Tanto los demócratas como los republicanos al final son sumisos del sistema capitalista y lucharán para hacer cumplir el status quo. Depende de las masas de personas, con y sin papeles, luchar por los derechos para todos.

Sin un grupo masivo de labor indocumentada, el capitalismo no podría funcionar como lo hace en los Estados Unidos. Es por eso que cuando las personas inmigrantes luchan por sus derechos y se unen con otros sectores progresistas de la clase trabajadora, todo el sistema puede detenerse como lo hizo en 2006, y se pueden lograr reformas aparentemente imposibles como se vio con la reprimenda de ayer a Trump.

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