4 de enero 2015
Los políticos capitalistas aquí a menudo promueven la idea reaccionaria y peligrosa del “excepcionalismo estadounidense”, por el cual quieren decir que los Estados Unidos es superior a todos los demás países. En mayo de 2014, el presidente Obama dijo a los cadetes del ejército en West Point, “Creo en el excepcionalismo americano con cada fibra de mi ser”.
Un área en el que los Estados Unidos es sin duda excepcional, es el nivel de la violencia estatal dirigida contra los afroamericanos, latinos, nativos americanos y trabajadores y gente pobre de todas las nacionalidades. Los asesinatos policiales en Estados Unidos superan en número a los de otros países capitalistas desarrollados en hasta un 100 a 1.
¿Cuántas personas mueren cada año por la policía en los Estados Unidos? El número exacto no se conoce. No hay ninguna agencia federal que sigue la pista. El FBI recopila estadísticas anuales para “homicidios justificados” por la policía — y todos los homicidios policiales reportados se inscriben como “justificado” por el FBI.
Pero la participación en reportar los homicidios cometidos por la policía y los departamentos de alguacil al FBI es voluntaria. De las aproximadamente 18.000 agencias policiales, sólo alrededor de 800 proporcionan estadísticas. El asesinato de Eric Garner en Staten Island de la Ciudad de Nueva York el pasado verano no se contará en las estadísticas del FBI para el año 2014, porque la notoria policía de Nueva York ha decidido no participar en la presentación de informes.
Según las estadísticas del FBI, hubo 461 homicidios “justificados” por la policía en 2013. Sin embargo, el sitio web KilledbyPolice.net (MatadoPorPolicía) informó que la policía no-militar mató a 748 personas sólo en los últimos ocho meses de 2013, y 1.100 en 2014. Las cifras de KilledByPolice fueron compiladas utilizando los fuentes principales de medios de comunicación. El total real es sin duda mayor, ya que no se denuncian todos los asesinatos de la policía, y es prácticamente imposible comprobar todas las decenas de miles de medios de comunicación en el país.
Por el contrario, en Inglaterra, también un país capitalista con una larga historia de racismo, la policía disparó armas tres veces en total en el 2013, con cero muertes reportadas. La policía no porta armas en patrulla en Inglaterra. Desde 2010 hasta 2014, hubieron cinco disparos fatales por la policía en Inglaterra, que tiene una población de aproximadamente 52 millones de habitantes. Por el contrario, Albuquerque, Nuevo México, con una población de 1 por ciento de Inglaterra, ¡tuvo 26 asesinatos por disparos de la policía en ese mismo período de tiempo!
En 2011, el FBI reportó 404 homicidios “justificados” por la policía estadounidense. Sobre la base de los datos recogidos por KilledByPolice para 2013 y 2014, el número real de homicidios policiales para 2011 es probablemente más de 1.000. Había dos homicidios policiales reportados en Inglaterra, lo que significa que la tasa de muerte por la policía de Estados Unidos fue de aproximadamente 100 veces mayor que la de los policías ingleses en 2011.
El mismo año, la policía alemana, que porta armas de fuego, mató a seis personas. Alemania, otro país racista, capitalista, con un gran número de minorías oprimidas, tiene una población cerca de una cuarta parte de los Estados Unidos. Así que en términos per cápita, la policía de Estados Unidos tiene 40 veces más probabilidad de matar que la policía alemana.
Canadá, otro estado multinacional con alrededor del 12 por ciento de la población de los EE.UU., también informó de seis disparos fatales por la policía en 2011, lo que significa que los policías en Estados Unidos son 20 veces más propensos a matar que sus contrapartes canadienses.
¿Por qué tantos asesinatos policiales en los EE.UU.?
¿Cómo se explica esta enorme disparidad en las tasas de muerte por la policía entre los EE.UU. y otros países capitalistas? Contrariamente a los mitos propagados por los políticos, los medios de comunicación y los libros escolares, la violencia — racista, anti-trabajador y anti-pobre — ha sido una característica central de la historia de Estados Unidos desde la fundación del país. El capitalismo estadounidense fue construido sobre los cimientos de exterminio genocida de los pueblos nativos y el trabajo no remunerado de millones de esclavos africanos.
Las primeras fuerzas policiales fueron las “patrullas esclavistas”, establecidas a principios de 1700 para reprimir las revueltas, capturar fugitivos y proteger la propiedad blanca. Latigazos, palizas, violación y otras formas de tortura y el asesinato eran los procedimientos de trabajo para las patrullas, así como para los propietarios de esclavos para quienes trabajaban.
El derrocamiento de la Reconstrucción Radical después de la Guerra Civil de 1861-1865, introdujo nuevas formas de terror para reprimir al pueblo negro, anteriormente esclavizado. Una red “legal” de alguaciles racistas, departamentos de policía, los tribunales y las prisiones trabajó mano a mano con su brazo extralegal, los linchadores Ku Klux Klan. Entre otras características, el sistema de segregación conocido como “Jim Crow”, proveyó el labor forzado y no-emunerado del pueblo negro a las plantaciones e industrias del Sur.
Junto con el crecimiento rápido de las ciudades en el siglo 1800 llegó el ascenso de los departamentos de policía urbana. El papel de la policía era proteger la propiedad capitalista utilizando cualquier forma de violencia que se consideraba necesaria, especialmente contra el movimiento obrero organizado. Cuando los policías locales no podían mantener el control, la Guardia Nacional y el ejército podrían ser llamados, junto con organizaciones violentas y extrajudiciales como la Agencia de Detectives Pinkerton y otras organizaciones matones, incluyendo el KKK. Miles de trabajadores fueron asesinados y gravemente heridos, y cientos de miles golpeados y encarcelados en la lucha por sus derechos básicos.
Hoy en día, la policía, el alguacil y otras agencias policiales estatales y federales funcionan como los defensores violentos de un sistema racista de extrema desigualdad en crecimiento. Cada día defienden los intereses de los bancos, corporaciones y super-ricos contra los intereses del pueblo. Cada día, los departamentos del alguacil en todo el país expulsan a los inquilinos de sus hogares, a instancias de los terratenientes. Nunca hacen lo contrario.
La historia extraordinariamente violenta de los Estados Unidos no ha terminado, ya sea interna o externamente. Las fuerzas militares de EE.UU. están envueltas en una guerra interminable, con bases en más de 100 países. Y la policía en el interior de los Estados Unidos ha sido fuertemente militarizada, provisto de una amplia gama de armamento de batalla.
En una ciudad tras otra, en un pueblo tras otro, los homicidios policiales continúan a diario. La policía en los EE.UU. tiene una “licencia a matar” virtual en defensa del sistema capitalista vicioso al que protege y sirve. No importa cuán flagrante, casi nunca pagan por sus crímenes — incluso cuando se captura en video.
Junto con la policía extraordinariamente violenta, los EE.UU. tiene un sistema penitenciario “excepcional” y verdaderamente monstruoso. Hay más gente encarcelada en los Estados Unidos que en cualquier otro país, más de 2,4 millones de personas. El siguiente es China, con 1,5 millones en la cárcel, pero China tiene una población cuatro veces mayor que la de Estados Unidos. La tasa de prisioneros en los Estados Unidos es de 737 por cada 100.000 habitantes: la de la China es de 128 por 100.000.
Los EE.UU. tiene un 5 por ciento de la población mundial, pero el 24 por ciento de todos los presos en el mundo. No sólo tiene el mayor número de seres humanos encarcelados, pero la más alta tasa de encarcelamiento de cualquier país del planeta.
Como reflejo de la naturaleza racista del sistema en su conjunto, los afroamericanos representan alrededor del 12 por ciento de la población de Estados Unidos, pero casi el 40 por ciento de las personas en prisión. Los afroamericanos tienen más de seis veces más probabilidades de ser encarcelados que los blancos. ¿Cómo se puede poner fin a los abusos de la policía y el encarcelamiento en masa?
En los últimos meses, ha habido un flujo sin precedentes de oposición al asesinato policial. Cientos de miles de personas han salido a las calles en cientos de ciudades, pueblos y universidades. Nada podría ser de mayor importancia.
Como en todas las otras luchas progresistas a lo largo de la historia, es el movimiento de la gente en las calles, escuelas y lugares de trabajo la clave para un cambio real.
En última instancia, se requiere la transformación revolucionaria y socialista de la sociedad para acabar con el racismo, la explotación y la brutalidad policial en la que el sistema capitalista depende.
Traducción por Jacqueline Villagómez.