1 700 soldados de EEUU y mas de 100 000 de Irak han muerto hasta ahora en la guerra de Irak. Photo: Reuters/Ali Jasim |
Al comienzo de la ocupación, EEUU afirmó que Irak sería estabilizado rápidamente, prometiendo que el “vestigio Baas” sería encarcelado. Pero esto no sucedió. Se formó un fuerte movimiento de resistencia para oponerse a la ocupación
Entonces, EEUU declaró un “momento crucial” con la falsa “entrega” de poder de la Coalición de Autoridad Provisional colonial, encabezada por L. Paul Bremer, al gobierno títere de Iyad Allawi a fines de junio de 2004. Pero la resistencia continuaba.
Luego, el gobierno estadounidense puso sus esperanzas en elecciones manejadas por ellos. Desde entonces, la resistencia se ha intensificado. El 28 de abril del 2005, cuando el nuevo Primer Ministro Ibrahim al-Jaafari formó su gabinete, fue anunciado que la “democracia” había roto la espalda de la resistencia. Esto fue proclamado como un “momento crucial” histórico. Pero esta proclamación ha resultado tan vacía como la anterior. La resistencia iraquí ha incrementado su coordinación y ataques a las fuerzas de ocupación y a sus títeres.
Analistas burgueses que se apresuran a expresar “optimismo cauteloso” cuando hay una pequeña disminución en el número de operaciones de la resistencia, se han visto forzados a expresar desaliento con la continua elasticidad de la resistencia iraquí. “Aquellos que creían que las elecciones serían el punto crucial decisivo para desestimar la insurgencia están desilusionados nuevamente” dijo Ted Carpenter, un analista de la defensa del conservador Instituto Cato. “La insurgencia parece ser más capaz que nunca.”
El ejército estadounidense admite que por lo menos 77 soldados estadounidenses han sido muertos en mayo del 2005, la pérdida más grande desde enero y el segundo mes consecutivo de pérdidas de EEUU. De acuerdo al Teniente Coronel Steve Boylan, un portavoz militar de EEUU en Bagdad, “los insurgentes están realizando alrededor de 70 ataques por día a nivel nacional.”
Este número asombroso de operaciones diarias provee evidencias futuras que la resistencia a la ocupación es el reflejo de la determinación del pueblo de Irak. Sin un apoyo popular general, seria imposible para las fuerzas de la resistencia pelear contra la abrumadora potencia de fuego del ejército de los Estado Unidos.
Estados Unidos miente: ‘Estados extranjeros están detrás de la insurgencia’
Las autoridades estadounidenses le hechan la culpa a “terroristas” foráneos y el apoyo de estados vecinos a la fuerza de la resistencia iraquí. Durante su reciente visita a Irak, la Secretaria de Estado Condoleezza Rice dijo, “Nosotros vamos a regresar y a mirar nuevamente a lo que los vecinos pueden hacer—particularmente los sirios—para detener el apoyo de esos terroristas foráneos que nosotros creemos se reúnen en tierra Siria y cruzan al otro lado.”
Las autoridades estadounidenses están desesperadas por pintar la resistencia como cualquier cosa que no sea una lucha genuina del pueblo de Irak contra la ocupación. De cualquier modo, datos anunciados por la fuerza de ocupación demuestran que menos de un cinco por ciento de los luchadores de la resistencia arrestados proviene de otros países que no sea Irak.
A pesar de todo, Estados Unidos continúa usando la guerra de Irak para intensificar sus amenazas en la región. Siguiendo un informe del periódico Sunday Times que el supuestamente herido Abu Musab Al Zarqawi—supuesto líder de Al-Qaeda en Irak—ha sido trasladado a Irán, el Secretario de Defensa Donald Rumsfeld declaró, “Cualquier país que decida proveer asistencia médica o refugio a un lider terrorista de Al-Qaeda, obviamente se asocia con Al-Qaeda.”
Acusasiones como estas sirven dos propósitos. Tratan de ofuscar la realidad de que el pueblo de Irak en su abrumadora mayoría se opone a la ocupacón. También preparan el escenario para acciones hostiles contra otros blancos, como Siria e Irán.
La resistencia atrasa el imperialismo de EEUU
La resistencia de Irak representa un gran desafío a los planes del equipo de Bush de recolonización del Medio Oriente. Actualmente hay 139 000 tropas estadounidenses en Irak, junto a 23 000 tropas brítanicas y otros soldados extranjeros. Esas tropas están atadas peleando contra una resistencia poderosa y sofisticada. Otras 20 000 tropas estadounidenses están ocupando Afganistan.
Debido al éxito de la resistencia en los últimos meses, los reclutadores militares de EEUU se han quedado cortos en cumplir sus metas de reclutamiento. En las palabras del Teniente Coronel retirado Charles Krohn, “El reclutamiento militar está en un espiral muerto.” Reconociendo la imposibilidad de su meta de reclutamiento de 8 050 en mayo, el ejército disminuyó su meta a 6 700 reclutados—y todavía se quedó corto en un 25 por ciento en esta nueva meta.
Las operaciones de resistencia han convertido Irak en un mercado inconveniente para la inversión de capital a gran escala. El capital necesita seguridad, lo cual es algo que Irak no ofrece en estos momentos.
El saqueo de los recursos de Irak ha probado también ser un desafío. Al explotar los gasoductos y el sabotage a las instalaciones industriales, la resistencia ha prevenido el aumento de la producción de petroleo.
Mientras que la invasión de Irak ha derrocado al estado independiente de Irak, hasta los analistas burgueses más optimistas no podrían proclamar que Estados Unidos ha ganado un aliado político estable en la región. Es reconocido ampliamente que el gobierno “democratico” de Irak no podría sobrevivir por una semana sin el apoyo del ejercito estadounidense.
En vista de estas dificultades intensas, pareciera impráctico que en estos momentos, Estados Unidos se pudiera embarcar en otra invasión imperialista a gran escala. Los planes imperialistas más agresivos de redibujar el mapa del Medio Oriente están por el momento contenidos.
Operaciones militares represivas de Estados Unidos
Las fuerzas de ocupación estadounidenses han sido mayormente confinadas a sus bases y áreas fuertemente fortificadas como la “Zona Verde” en Bagdad. La mayor parte de Irak, particularmente donde la resistencia es fuerte, es considerada una zona a donde “no ir.”
Los militares estadounidenses han iniciado recientemente una serie de operaciones en diferentes regiones de Irak. Esas operaciones—llamadas Matador, Mercado Nuevo y Relámpago—elevan el nivel de violencia infligida a la población de Irak a una nueva altura. Los militares están cerrando completamente áreas y vecindarios, haciendo redadas en casas particulares, arrestando y matando indiscriminadamente a muchas personas de edad de combate y están imponiendo restricciones de movimiento a la población civil.
La primera fase de la Operación Relámpago comenzó a fines de mayo con 40 000 fuerzas iraquíes para llevar a cabo registraciones casa por casa y 10 000 fuerzas estadounidenses para dar apoyo. El plan es dividir a Bagdad en varias áreas pequeñas de control con por lo menos 675 puntos de inspección. Estados Unidos ha dicho que la operación se extenderá eventualmente para cubrir todo Irak.
El objetivo de operaciones ofensivas es quitarle la iniciativa a la resistencia y causar la mayoría de las bajas a las fuerzas mercenarias de Irak.
Dividir para conquistar
Políticamente, el gobierno de Estados Unidos se ha envuelto en un esfuerzo concertado para crear divisiones entre los iraquíes de varias religiones y grupos étnicos. Al profundizar las diferencias entre sunis, chiitas y kurdos, no hay nada mejor para las fuerzas de ocupación que ver a los iraquíes peleando unos con otros. Estados Unidos está jugando una política étnicas al llenar nuevas posiciones del gabinete del gobierno “elegido” con cuotas étnicas.
La descripción del antiguo régimen iraquí—por la prensa burguesa—como una dictadura de los sunis sobre los chiitas, no está basado en la realidad. Irak era una sociedad secular antes de la ocupación. Miembros y líderes del Partido Baas provenían de todas las étnias y grupos religiosos basadas en una ideología nacionalista. Por ejemplo el ministro de salud era kurdo. El ex vice-presidente y ministro del exterior, Tariq Aziz, no es suni, ni tan siquiera musulmán. El es cristiano de la étnia asiria y era considerado uno de los líderes políticos de Irak con mayor influencia.
Tampoco es cierto que Irak ha sido una sociedad altamente sectaria, dividida por décadas debido a conflictos étnicos. Pero el lenguage de los medios burgueses está cuidadosamente diseñado para promover una imagen falsa. Un ejemplo es el término “Triángulo Suni,” que es un término creado por los imperialistas que no existía en Irak antes de la ocupación.
La region central de Irak donde se encuentra la capital Bagdad, ha sido históricamente el centro de las actividades culturales y políticas del país. A pesar de la inversión estatal a gran escala para industrializar y modernizar el sur bajo Hussein, Bagdad y sus alrededores continuaban más desarrollados que otras regiones. Como resultado, la gente de todas partes de Irak ha emigrado a Bagdad para ganar acceso a mejores oportunidades de empleo.
La composición multi-étnica y multi-cultural de Bagdad, refleja la migración de personas de varias regiones de Irak por décadas. Hoy, Bagdad y toda la región central de Irak es hogar no solo de árabes sunis, pero también árabes chiitas, kurdos (que son mayoritariamente sunis), asirios y muchas otras minorías. Sólo el vecindario de la ciudad de Sadr de Bagdad, predominantemente chiita, tiene una población de 2.5 millones de personas.
El hecho de que la resistencia a la ocupación es mucho más desarrollada en Bagdad y el centro de Irak es un reflejo de esta tendencia de desarrollo histórico, no una indicación de que sólo los sunis se oponen a la ocupación como los medios estadounidenses quieren hacernos creer.
Al jugar esta carta étnica, la propaganda de EEUU agrupa a todos los chiitas—la mayoría de la población—en un campo sólido detrás del Gran Ayatola Ali al-Sistani. Sistani ha estado de acuerdo en negociar con las fuerzas de ocupación, a pesar de que dice no apoyar la ocupación. Sin embargo, Sistani nunca ha sido el líder político de los chiitas de Irak. Esto se ha hecho más evidente en abril del 2004, cuando Moqtada al Sadr inició una lucha armada contra la ocupación con su milicia Mahdi. Sadr, un joven clérigo chiita de 29 años cuyos seguidores son en su mayoría chiitas pobres en Najaf y Bagdad, encabezó el levantamiento contra los deseos de Sistani.
Hoy, Estados Unidos está tratando de convertir la lucha nacionalista anti-colonial de Irak en “violencia sectaria” entre iraquíes. Los bombardeos que han ocurrido en mesquitas chiitas no pueden servir a ningún propósito de la resistencia, que ha declarado repetidamente su compromiso a la unidad nacional. Sin embargo, sí entra bien en el ardid de Estados Unidos de dividir y conquistar.
El 16 de mayo, Moqtada al-Sadr hizo una declaración que pone firmemente la responsabilidad de las muertes de chiitas en los hombros de Estados Unidos. “Los ocupantes están tratando de lograr una guerra sectaria entre sunis y chiitas. No es aceptable responsabilizar a los sunis de los actos terribles cometidos contra los chiitas por parte de las fuerzas de ocupación.”
Una vez más, Sadr públicamente demandó que Estados Unidos se retire de Irak. El hizo un llamado “al gobierno de Irak, a los movimientos religiosos y a las facciones políticas para trabajar duramente para echar a las fuerzas de ocupación. Yo quiero el retiro inmediato de las fuerzas de ocupacion.”
Oficiales del gobierno de EEUU admiten ahora que la resistencia en Irak tiene amplio apoyo. Photo: EPA/Ali Abbas |
Las condiciones de vida desesperadas también le dan a los iraquíes una razón para luchar. Dos años después de la sangrienta ocupación, que fue precedida por 12 años de sanciones genocidas, la electricidad y el agua limpia siguen escasas. En los calores extremos del verano en Irak, la gente tiene que pasar muchas horas sin agua y electricidad, Sólo un estimado 37 por ciento de iraquíes tiene acceso a un sistema de drenaje funcional. El índice de desempleo está por encima del 50 por ciento.
Antes de las sanciones de las Naciones Unidas respaldadas por EEUU, Irak tenía el nivel de vida más alto en el Medio Oriente, un excelente sistema de cuidado de salud, un bajo índice de desempleo, y una infraestructura moderna. El contraste entre vivir en un estado independiente y vivir bajo la ocupación es total.
Lecciones para el movimiento anti-guerra
Iraq se ha convertido en una crisis para Estados Unidos, porque el pueblo de Irak ha mostrado una increíble determinación y abilidad para resistir. Esta realidad contradice a los críticos liberales de la administración de Bush. Según ellos, Estados Unidos no está ganando porque la administración no ha consultado debidamente a sus aliados y a las Naciones Unidas, o porque hubo un pobre planeamiento, o insuficiente tropas, o limitado intelecto de Bush. El imperialismo de EEUU ha fracasado en cumplir sus objetivos en Irak debido a la resistencia de los iraquíes.
La experiencia de la guerra de Vietnam probó que el movimiento anti-guerra en Estados Unidos puede ganar la confianza por medio de la resistencia de los pueblos oprimidos que se levantan y que han derrotado el poder militar más grande del mundo. La continua resistencia a la ocupación provee a las fuerzas anti-imperialistas de Estados Unidos la oportunidad de educar a los trabajadores de que sus aliados verdaderos son aquellos que están luchando contra la guerra imperialista. Los enemigos reales son aquellos que están mandando a los trabajadores a morir o a ser muertos por un imperio en el que ellos no tienen nada en juego.
La continua resistencia a la ocupación imperialista también expone la verdadera lealtad de las fuerzas liberales en el movimiento anti-guerra que forma alianzas con facciones de la clase gobernante. Mientras que desaprueban los estragos de la guerra, esas fuerzas ofrecen medios alternativos para alcanzar las metas imperialistas, sirviendo de asesores tácticos a la clase gobernante.
Las fuerzas contra la guerra que eligen permanecer dentro de los límites aceptables de los políticos de la clase gobernante constantemente tratan de convencer a los políticos “iluminados” sobre las maldades de la guerra. Ellos les quieren dar ánimos para enfrentarse a los neoconservadores. Pero en la actualidad, no hay ninguna sección significante de la élite gobernante en Estados Unidos que se oponga a la ocupación o a sus objetivos. Por ejemplo, el 11 de mayo el Senado aprobó una ley de emergencia de 81 mil millones de gastos para la guerra de Irak y Afganistan. El voto fue un unánime 99 a 0. Ningún Demócrata votó en contra de la ley.
En el Medio Oriente, los objetivos del imperialismo de EEUU se remontan a la era de la Segunda Guerra Mundial. Esos han sido consistentes desde aquel entonces. Diferentes administraciones han usado diferentes métodos y tácticas, pero el objetivo final no ha cambiado.
Fuerzas anti-imperialistas luchan para derrotar al imperialismo—no para que sea menos violento o más humano. El imperialismo implementa varias tácticas que van desde las negociaciones, y presiones diplomáticas a sanciones. Cuales de esas tácticas son empleadas en un momento preciso, no están determinados por la moral y el respeto por la paz de los políticos, sino a las condiciones específicas de la lucha de clase.
La conducción de la guerra imperialista no está alimentada por un impulso irracional de conquista y violencia. Proviene del objetivo de asegurarse los recursos mundiales y los mercados para la penetración del capital. Esta es la meta constante para los imperialistas, por más destructiva que pueda ser para los trabajadores y los oprimidos. Para organizar efectivamente contra la guerra, el movimiento anti-guerra necesita luchar para derrotar al imperialismo y extender su apoyo a todos los que resisten el imperio.