El 21 de julio de 2013, más de 1.200 personas llegaron a la alcaldía de Anaheim, California, para la primera Marcha Estatal Para Parar la Brutalidad Policial. La protesta masiva marcó el primer aniversario del levantamiento contra la policía provocado por el asesinato racista de dos hombres por la policía y el ataque brutal de los transeúntes que apareció en los medios de comunicación en todo el país. Los manifestantes viajaron desde Oakland, Sacramento, Fresno, Bakersfield, San Diego y otras ciudades y pueblos de todo California para exigir el fin de la violencia policial y la justicia para todas las víctimas.
La protesta fue iniciada por más de treinta familias que han perdido seres queridos a manos de la policía a lo largo del estado y que han formado una red que actuó como grupo por primera vez el 21 de julio.
La Coalición ANSWER se asoció con estas familias para organizar la manifestación y un sinnúmero de organizaciones se movilizaron para asistir, incluyendo Mujeres Organizadas para Resistir y Defender (WORD, por sus siglas en inglés), la Coalición Justicia para Alan Blueford, KmB – Pro-personas Jóvenes, Justicia para Trayvon Martin – LA, National Brown Berets, Alianza Obrero-Estudiantil de UCI, Comité Organizador ONYX, Fresno Brown Berets, Todo Poder al Pueblo y muchos más. La unidad de las familias y organizaciones de base en la manifestación no tenía precedentes en la historia reciente y demostró la gran potencial de un movimiento masivo contra la brutalidad policial y otras formas de represión estatal. Esta potencial se evidencia por las decenas de nuevas familias que se unieron a la red y a las organizaciones en el día de la marcha por primera vez.
La marcha fue encabezada por un contingente de las familias que llevaban banderas alzadas que mostraban los rostros de sus seres queridos. Estas banderas fueron elevadas a lo largo de la manifestación en frente de la jefatura de policía de Anaheim, dónde cada familia habló acerca de sus casos individuales de asesinato policial. La manifestación obligó a cerrar la jefatura durante varias horas. No muy lejos detrás de las familias había un contingente de WORD encabezado por mujeres de color, que afirmó que la lucha contra la brutalidad policial es un asunto feminista porque la guerra a los hombres jóvenes predominantemente negros y latinos ha tenido un efecto devastador en todos los miembros de las comunidades oprimidas.
La Coalición ANSWER junto con Justicia para Trayvon Martin – LA también organizó un contingente para exigir justicia para Trayvon – haciendo la conexión entre la impunidad compartida entre vigilantes y policías racistas a la hora de cometer un asesinato.
Anaheim, una vez llamado “Klanaheim” por su apoyo al racismo vigilante de estilo Sur de Estados Unidos, tiene un largo historial de brutalidad policial y la opresión de los trabajadores latinos que residen en lo que se llama Anaheim «inferior». El primer levantamiento contra la segregación, la pobreza y la brutalidad policial se llevó a cabo en 1978—conocido como Little People’s Park Riots.
La marcha, esta vez, a través de Anaheim, rodeó el barrio Little People’s Park para conmemorar este punto de partida histórico en el Condado de Orange y subrayar las décadas de abusos sufridos por las comunidades pobres y trabajadoras en todo el estado a manos de la policía.
Los manifestantes apuntaron más allá de la brutalidad policial, llevando carteles que decían Disney apoya la violencia policial y la gentrificación, destacando el papel de Disneyland en la política de la ciudad, donde compran campañas electorales y trabajan junto con constructores multimillonarios para transformar muchas partes de la ciudad con fines de lucro. Estos esquemas son empujados a través de la coalición Save Our Anaheim Resort Area, SOAR, que se constituye de una muestra representativa de los intereses de Disney, compañías de bienes raíces, jefes de la industria turística y de los ex jefes de la policía.
En esencia, estas grandes corporaciones presionan a los trabajadores latinos a vivir en barrios compartimentados y con carácter de guetos a través del terror policial con el fin de crear una apariencia más amigable para los turistas, mientras se mantiene una fuerza laboral altamente explotable para trabajar en el sector de turismo. Estos intereses también están detrás de la actual lucha de la clase política de no permitir el voto por distrito para garantizar el dominio de la comunidad rica de Anaheim Hills sobre la mayoría de las personas pobres y los trabajadores, en su mayoría latinos. Muchos en la comunidad local denunciaron esta práctica a lo largo de la demostración como una privación del voto de los trabajadores latinos.
Otros letreros plantearon nuevas demandas de la marcha, como el fin de los mandatos judiciales en contra de las «pandillas». Estos mandatos judiciales se utilizaron el año pasado en “Operation Halo” con el fin de tomar represalias en contra de la comunidad local por su desafío. Redondearon y arrestaron a los que estaban listados en los mandatos judiciales con la intención de sofocar la resistencia y devastar la comunidad. Sin embargo, la manifestación masiva mostró a la policía que ningún ataque a la comunidad local podrá detener el movimiento.
Los manifestantes también corearon en apoyo a los indocumentados que son brutalizados por agentes del ICE, encarcelados y deportados. Una de las demandas centrales de la marcha fue un fin a los asesinatos fronterizos—hacer la conexión entre el papel desempeñado por la policía en los barrios y los agentes de la patrulla fronteriza que han asesinado a más de 15 personas en la historia reciente.
Después de rodear el barrio de Little People’s Park la demostración regresó de nuevo a la alcaldía de Anaheim donde los manifestantes prometieron continuar a construir una coalición estatal de las familias y las organizaciones que tendrá el poder para desafiar al sistema que permite a la policías asesinos seguir en libertad.