En septiembre de 2006, el entonces presidente George W. Bush entregó un discurso ante la asamblea general de las Naciones Unidas. En dicho discurso, él defendió la sangrienta guerra y ocupación de Irak. Al día siguiente, el presidente venezolano Hugo Chávez entrego su discurso. Chávez dijo, “Ayer estuvo el diablo aquí … en este mismo lugar huele a azufre todavía”. Chávez continuó, “el señor presidente de los estados unidos, a quien yo llamo el diablo, vino aquí hablando como dueño del mundo”. “Para tratar de mantener el actual esquema de dominación, explotación y saqueo a los pueblos del mundo”.
Esta ruptura con el “protocolo diplomático” sacudió a los medios de comunicación empresariales, pero el discurso electrizó e hizo eco dentro millones de personas a nivel mundial que estaban horrorizados con la brutalidad de la maquinaria militar estadounidense.
Las constantes denuncias de Chávez en contra de los delitos del imperio no surgen del “populismo demagógico”. Mejor dicho, esas declaraciones coinciden en si con la lógica de la Revolución Bolivariana, la cual repetidamente ha chocado con el imperialismo, a medida que reivindica las riquezas de la nación, forja lazos con otras naciones oprimidas, y camina más en la dirección del socialismo.
Desde el comienzo de la Revolución Bolivariana, Chávez enfatizó que el éxito de la revolución sería determinado no solamente por el pueblo venezolano, sino que también como proyecto continental, y ultimadamente mundial. Este auténtico espíritu de internacionalismo—una política externa basada en la solidaridad y amor por los oprimidos—es lo que transformó a Chávez en líder popular a nivel mundial.
Falsamente denominado “antiestadounidense” por su antiimperialismo, Chávez frecuentemente extendió ofrendas de solidaridad que llegaron a los pobres y a los trabajadores estadounidenses.
La construcción de organizaciones regionales
Inspirado por Simón Bolívar, José Martí y los anhelos de muchos otros héroes anticoloniales para unificar al continente, Venezuela ha estado forjando varias organizaciones regionales importantes.
En 2004 Cuba y Venezuela firmaron un acuerdo comercial, creando así a la Alternativa Bolivariana de Los Pueblos de Nuestra América, comúnmente conocida como ALBA. Esta alianza proporcionó una alternativa a la ofensiva neoliberal del “libre comercio” que encabezaba el imperialismo estadounidense por todo el mundo, especialmente en Latinoamérica.
Además de Cuba y Venezuela, en la actualidad seis naciones más son miembros plenos del ALBA: Ecuador, Antigua y Barbuda, Bolivia, Saint Vincent, Grenadines, Nicaragua y Dominica. Honduras era miembro pleno hasta que en 2009 fue derrocado el presidente Manuel Zelaya, durante un golpe de estado aprobado por Estados Unidos, . Como resultado se instauró un gobierno servil de derecha, el cual inmediatamente retiró a dicha nación de la alianza.
Uno de los factores claves en el éxito del la Revolución Bolivariana fue la nacionalización de las vastas reservas petroleras del país, riqueza que anteriormente había sido saqueada por una lista de monopolios occidentales. Bajo la dirección de Hugo Chávez, el petróleo no solamente se utilizó para mejorar la calidad de vida dentro de Venezuela, sino que también para ayudar en el desarrollo de otros países de la región.
Venezuela dio inicio a Petro-Caribe en 2005 para administrar este programa. Dicho organismo ahora cuenta con 18 países miembros en la zona del Caribe. Los países que son parte de esta alianza tienen acceso a decenas de millones de barriles de petróleos subsidiados por Venezuela que han ayudado a mitigar el sufrimiento de las capas más oprimidas dentro de sus sociedades.
Venezuela también fue instrumental en la creación de UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas) y la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe). Estas organizaciones internacionales proporcionan un contrapeso a la Organización de Estados Americanos, el organismo que los legisladores estadounidenses utilizan tradicionalmente para imponer sus estados serviles en Latinoamérica.
Los medios de comunicación empresariales escandalizan la ayuda que Venezuela brinda a Cuba con el petróleo a precios bajos. Venezuela ha transformado esta relación en una prioridad, rompiendo con la tradición de las oligarquías latinoamericanas que aíslan política y económicamente a dicha nación. Cuba ahora ha establecido relaciones a través de toda Latinoamérica. Las relaciones con Cuba han sido profundamente recíprocas. Cuba ha suministrado asistencia vital a los programas sociales de Venezuela, incluyendo decenas de miles de doctores internacionalistas que proporcionan asistencia médica en Venezuela. Chávez hablaba frecuentemente de su cercana relación política con Cuba revolucionaria, y de la orientación que particularmente brindaba Fidel Castro.
Las luchas en el Medio Oriente
Pero el internacionalismo venezolano no estaba de ninguna manera confinado a Latinoamérica. Mientras que los poderes imperialistas ponían su atención en como dominar al Medio Oriente, la Revolución Bolivariana ha establecido un antecedente honesto y solidario con los pueblos y esos gobiernos para oponerse a este ataque.
Si tomamos en consideración el difícil entorno global en que el proceso revolucionario venezolano ha tomado lugar, a Chávez le hubiera sido fácil quedarse callado ante estos asuntos internacionales “controversiales”. En vez de eso, Chávez condenó apasionadamente las invasiones de Afganistán e Irak. También utilizó todo el peso diplomático de Venezuela para denunciar los delitos de dichas invasiones.
Venezuela ha sido un aliado consistente de la lucha palestina por su autodeterminación. En 2009 cuando Israel comenzó su despiadada invasión de la Franja de Gaza, la cual fue denominada operación “Plomo Fundido”, Venezuela rompió relaciones diplomáticas con el gobierno israelí y expulsó a su embajador. Las banderas palestinas hondearon en las grandes concentraciones en Caracas, a la misma vez que Chávez y el entonces ministro de relaciones exteriores, Nicolás Maduro, se dirigían orgullosamente a la multitud que vestían pañoletas palestinas.
Hasan Nasrallah, líder de Hezbolá, la organización de resistencia libanés explicó, “Él [Hugo Chávez] actuó así por su humanismo, su sentido revolucionario y en esta manera asesto un duro golpe a los que ahora patrocinan a los embajadores de Israel en sus capitales y que no tienen suficiente coraje ni para pensar en pedirles que se vayan”.
Cuando Estados Unidos y sus aliados de la OTAN fomentaron la guerra civil y desencadenaron una sangrienta campaña de bombardeos contra el pueblo de Libia, Venezuela trabajo incansablemente para lograr un acuerdo que preservara la soberanía libiana. La red noticiera venezolana Telesur fue una de las pocas fuentes informativas con corresponsales en Trípoli, tratando de romper el cerco de desinformación de los grandes medios empresariales.
El gobierno Bolivariano también ha tomado medidas para tratar de evitar que situaciones similares se desencadenen en Siria. Venezuela ha luchado en contra de los intentos para estrangular económicamente con sanciones a Irán, forjando una alianza para mitigar el aislamiento obligado de dicho país. Siria e Irán son los únicos países fuera de Latinoamérica y el Caribe en tener escaños como observadores en el ALBA.
Durante un sondeo de 2009 conducido en países árabes, se les pedía a los participantes que mencionaran a dos líderes mundiales a quienes admiraban más. El más popular de todos fue Chávez, con un 36 por ciento dentro de los participantes.
La solidaridad con los pobres y los trabajadores estadounidenses
La Revolución Bolivariana siempre ha tenido la claridad ideológica para distinguir entre los gobernantes capitalista y el pueblo estadounidense. Su rencor hacia el gobierno estadounidense siempre ha estado acompañado de solidaridad hacia los pobres trabajadores en dicho país.
Como ejemplo de eso podemos mencionar la ayuda con combustible para la calefacción de hogares que por mucho tiempo ha suministrado la subsidiaria de la empresa estatal venezolana, CITGO y la CEG (Citizens Energy Corporation). Durante este invierno, más de 100,000 familias recibieron ayuda bajo este programa. Desde su comienzo en 2005, 200 millones de galones de combustible para la calefacción fueron distribuidos a más de 1.7 millones de personas. Como dijo la diplomática venezolana, Claudia Salerno Caldera, durante un evento para marcar el inicio del programa 2013, “Nuestro compromiso con los pobres trasciende todas las fronteras”.
En respuesta a las devastaciones causadas por los huracanes Katrina y Rita y a la negligente y criminal respuesta del gobierno estadounidense, Venezuela ofreció enviar un millón de barriles de petróleo y miles de voluntarios. Esta ayuda junto a la oferta de Cuba para enviar médicos, fueron rechazadas.
Pero la más importante forma de ayuda que la Revolución Bolivariana ha ofrecido al pueblo estadounidense y el mundo ha sido el ejemplo de resistencia y revolución, un esfuerzo activo y eficaz para reemplazar la explotación y la opresión con dignidad e igualdad socialista.