En los centros urbanos de las grandes ciudades de Estados Unidos su presencia y sonido se han convertido en algo común: las hélices de los helicópteros de la policía surcando los cielos en búsqueda de alguien. Los artistas de música Hip-Hop en los años 90s documentaron esta intrusión de la paz y tranquilidad en sus vecindarios, denominando a los helicópteros “pájaros del gueto”. Mucho más antes de que las políticas como la Stop-and-Frisk (detención y registro injustificado de peatones) se convirtieran en la doctrina oficial o antes de que los aviones sin pilotos se utilizaran ampliamente, las comunidades oprimidas ya han vivido bajo constante vigilancia de la policía en una forma u otra.
Ahora los helicópteros se enfrentan una difícil competencia con la tecnología militar de los aviones sin piloto que ha sido importada con el propósito de ejecutar el orden público en el frente interno. La tecnología ha avanzado rápidamente para poder rastrear y sondear la superficie terrestre a millas de altitud.
Parte de esto se trata del precio. “En esta era de austeridad, siempre estamos en búsqueda de métodos que sean razonables y rentables para mejorar la seguridad pública”, dijo el Capitán Tom Madigan del Departamento del Alguacil en el Condado de Alameda, California, al explicar su deseo de comprar los aviones sin piloto.
La Administración Federal de Aviación (FAA) ha recibido aproximadamente 81 solicitudes para autorizar el vuelo de aviones sin pilotos dentro de Estados Unidos, incluyendo de agencias policiales y otras agencias gubernamentales. Esta información fue obtenida a través de una solicitud conforme a la Ley de Libertad de Información cursado por la Electronic Frontier Foundation, pero la información del uso de estos aviones en el frente interno aún está lejos de ser transparente.
Prioridad para su rápida expansión
El lenguaje de la Administración Federal de Aviación para la propuesta de ley del pasado año que financiaría dicho proyecto, exigía que la agencia aprobara dentro de los próximos 90 días las solicitudes de las agencias locales del orden público para utilizar pequeños aviones sin pilotos que no pesan más de 4,4 libras y vuelan a una elevación no mayor de 400 pies. También indicaba a la FAA adoptar normas permitiendo que para septiembre 30 de 2015, los aviones sin pilotos se “integren de forma segura” en los cielos estadounidenses.
La primera autorización por parte del gobierno federal para el uso doméstico de aviones sin pilotos fue hecha en 2005, cuando el Congreso autorizó que el Departamento de Aduanas y la Patrulla Fronteriza compraran aviones sin pilotos, modelo “Predator” sin armas, para patrullar la frontera. Desde entonces se ha divulgado que esos aviones también han sido utilizados localmente por el departamento de policía de Dakota del Norte. El departamento de policía indicó que dos aviones distintos, tamaño militar, que estaban estacionados en un base de la Fuerza Aérea habían “por lo menos hecho 24 vuelos de vigilancia”, durante junio a diciembre de 2011. Algunos de estos vuelos arrojaron detenciones de personas.
El Departamento de Seguridad Pública de Texas lanzó un avión sin piloto en 2009 denominado una “avispa”, del tamaño de un pájaro. Dicho aparato se elevó a cientos de pies de altura e instantáneamente comenzó a transmitir video en vivo a los agentes del orden público durante una confrontación con un hombre que era buscado y que presuntamente poseía una cantidad de armas ocultas en su casa. La policía afirmó sentir temor que la persona intentaría derribar un helicóptero.
Bill C. Nabors Jr., piloto de alto rango con el DPS de Texas dijo, “Lo mejor es que es encubierto”. “No lo puedes escuchar, y a menos que sepas como buscarlo, no lo puedes detectar”.
Los departamentos de policía de las grandes ciudades, incluyendo Los Ángeles y Nueva York, oficialmente han evitado comprar aviones sin pilotos hasta que se clarifiquen las normas de la FAA para operar dichos aparatos en los congestionados cielos. Pero se espera que la industria doméstica de estos aviones crezca a pasos agigantados cuando eso ocurra. Se informa que el departamento de policía en Los Ángeles (LAPD) recientemente utilizó uno de estos aviones para rastrear al antiguo agente de policía, Christopher Dorner en el Sur de California.
La Corte Suprema, no es de sorprenderse, ha proporcionado poca protección en contra de este tipo de vigilancia policiaca encubierta, la cual continúa refinándose por parte de los diseñadores de estos aparatos en la industria estadounidense de seguridad que siempre está en crecimiento. En el fallo de 1986, en la causa de Fiscalía de California contra Ciraolo, el tribunal dictaminó que la vigilancia aérea sin ninguna orden judicial en el patio trasero de cualquier persona no quebranta la Cuarta Reforma a la Constitución, la cual brinda protección en contra de cualquier registro e incautación inaceptable. En el fallo de 1983, La Fiscalía Federal contra Place, el tribunal dictaminó que la constitucionalidad de un registro puede ser ampliada si dicho registro es conducido por un ente que no sea humano, tal como un perro o una maquina.
Una revelación del futuro
El mercado mundial para estos aviones podría crecer en $90.000 millones durante la próxima década, esto de acuerdo al cálculo de la FAA. Aproximadamente 70 por ciento de ese crecimiento podría ocurrir en el mercado doméstico estadounidense, si la actual tendencia se mantiene.
Es apropiado mencionar que el primer arresto que se le atribuye a la ayuda de los aviones sin pilotos, resultó ser el arresto de “cuatreros” en Dakota del Norte. En lugar de utilizarlos para graves asuntos de “seguridad nacional” los aviones sin pilotos serán utilizados, si se amplía su uso como se tiene previsto—para proteger la propiedad privada e incrementar la red estatal de vigilancia, inclusive por delitos insignificantes.
Mientras que millones de personas son lanzadas más hacia la pobreza por las medidas de austeridad y la eliminación de salarios dignos, el sistema utilizará esta nueva tecnología inhumana para vigilar y capturar por engaños a los “elementos delincuentes” que genera. En ese sentido, los aviones sin pilotos son una nueva tecnología, pero nada nuevo—solamente la nueva especie de pájaros del gueto.