El 16 de febrero de 1863, hace exactamente 150 años, al abrir sus periódicos, los habitantes de Boston, Massachusetts se dieron cuenta de un anuncio sin precedentes. El espacio convocaba a “Los buenos hombres con descendencia africana” para que ingresaran en las filas del 54oRegimiento del Ejército del Norte, el primer esfuerzo oficial para enlistar a la población de raza negra como soldados en la guerra contra la esclavitud.
Hasta ese momento, los esclavos que se habían escapado y los que habían sido emancipados, solamente fungían como jornaleros en los campos del Norte, generalmente recibían salarios miserables porque se les decía que ellos no podrían ser soldados competentes. A partir de este momento, y a pesar de que sus pelotones se encontraban segregados, a los hombres de raza negra les entregaron uniformes y armas y fueron enviados a los campos de batalla. Motivados por la Proclama de Emancipación firmada por el presidente Lincoln meses atrás, hombres negros—emancipados y auto-emancipados—se congregaban en las afueras de los centros de reclutamiento del Ejército.
Los abolicionistas como Frederick Douglass y Wendell Phillips ayudaron a publicar el esfuerzo de reclutamiento. Dentro de dos meses, el Regimiento 54 de Massachusetts había reclutado a 1.000 soldados. En julio de 1863, dicho regimiento llevó a cabo un valiente asalto en contra del fuerte Fort Wagner, en Charleston, Carolina del Sur, el corazón de los Confederados. Esta operación militar impugnó todos los argumentos racistas en contra del reclutamiento de negros; 272 soldados cayeron en el combate.
Al finalizar la guerra, existían 167 unidades de ese tipo, armando a 200.000 hombres de descendencia africana. Uno en cada 3 soldados negros perdió la vida durante los siguientes dos años de guerra, hasta que los Confederados, y su sistema de esclavitud en el cual se basaba fueron finalmente derrotados.
Este capítulo en la historia del reclutamiento de soldados negros durante la guerra no fue una fábula utópica de soldados negros y blancos siendo tratados con igualdad, de unidad harmoniosa y de la benevolencia del gobierno del Norte. Todo lo contrario. Pero sí marcó un giro decisivo en el movimiento por la liberación del pueblo negro, el cual transformó la Guerra Civil de manera inmediata y la sociedad en general, negra y blanca, por décadas posteriores. Fue, a pesar de todas sus limitaciones y desigualdades, una revolución.
Lincoln avanzó lentamente
Después de años de campañas, peticiones y manifestaciones en contra de la esclavitud, los abolicionistas a finales de los años 1850 se encontraban al borde de la desesperación. El poder de los esclavistas parecía haber crecido políticamente. Sin embargo con el comienzo de la Guerra Civil, estos comenzaron a entender las posibles implicaciones radicales. Instaron a Lincoln para que transformara la guerra en una cruzada en contra de la esclavitud, y no solamente para reconciliar a el país.
Lincoln difícilmente los pudo complacer. Contestó a sus críticos abolicionistas diciendo que medidas más moderadas mantendrían la lealtad de los estados de la frontera (Los estados con sistema de esclavitud que permanecían en el Norte: Missouri, Kentucky, Maryland y Delaware). Logró convencer algunos sureños para que depusieran sus armas y le aseguró a los norteños que la guerra era fundamentalmente relacionada a la unidad de la república. Como director del estado burgués, Lincoln también tenía que enfrentarse a un significativo nivel de sentimiento a favor del sur por parte de los bancos y empresarios del norte que tenían profundos intereses en la esclavitud del Sur.
Las vacilaciones de Lincoln no detuvieron a los esclavos, tampoco impidió que reconocieran el significado de la guerra. En la práctica, ellos mismos se declararon libres y conquistaron su propia humanidad por la fuerza. En algunos casos se tradujo en combates armados, vengándose por las décadas de abusos a que fueron sometidos junto a sus hijos por los dueños y sus capataces. Más a menudo esto se traducía en fugas arriesgadas y peligrosas durante la noche, hacia las líneas del ejército del Norte. Llegaban al territorio del Norte por millares, ofreciendo ayudar a la causa de la libertad, obligando al gobierno a que ofreciera una solución.
¿Ayudaría el ejército del Norte a los esclavos que habían fugado? ¿Podrían hacerlo legalmente? ¿Les suministrarían alimentos y servicios? En algunos casos, los oficiales y las tropas blancas actuaban de forma hostil hacia ellos, maltrataban a los esclavos que se habían fugado e incluso los regresaban a sus dueños. Pero por lo general, el curso que tomó la historia fue a favor de las audaces acciones emancipatorias que tomaron los esclavos. Sus acciones debilitaron a los Confederados, haciendo mella en sus falsas nociones de que los negros eran dócil rebaño; y mostrando el camino hacia una nueva política federal. También elevó el trabajo de agitación de los abolicionistas radicales, quienes presionaron aún más a Lincoln y el Congreso para que actuasen de manera más agresiva.
El marco legal burgués
Únicamente cuando cambiaron las condiciones, cuando el curso de la guerra cambió y los esclavos realizaron acciones decisivas, fue que Lincoln llevó a cabo la implementación en la práctica de los principios contra la esclavitud.
El nuevo y audaz experimento de reclutar soldados negros tenía motivos claros. A principios de 1863, la Guerra Civil entraba en su tercer año. El ejército rebelde del Sur bajo la dirección de Robert E. Lee había logrado una serie de victorias en los campos de combate.
La importancia del conflicto militar convenció al norte conducir la guerra en una nueva dirección radical. El golpear suavemente a la esclavitud no lograba debilitar a los Confederados, pero un golpe decisivo en su contra sí se debilitaría. En general, las políticas de guerra del Norte habían consistido en darle acogida y empleo a los esclavos que se habían fugado—incluso utilizándolos para obtener información vital y usarlos como exploradores—pero con la Proclama de Emancipación de enero 1 de 1863, las consecuencias en contra de la esclavitud en la guerra se convirtieron ampliamente en política federal.
La proclama de emancipación solamente declaró la libertad de los esclavos en los estados que aún se encontraban en rebelión. No emancip a los esclavos en los estados de la frontera como Missouri, Kentucky, Maryland y Delaware y los condados occidentales de Virginia (que pronto se convertiría en el Virginia Oeste), tampoco emancipó a ningún esclavo en los territorios Confederados que ya formaban parte del Norte, como Nueva Orleans, Luisiana del Sur y todo el estado de Tennessee.
La proclama era un documento militar que solamente era vigente durante la guerra y que durante tiempos de paz podría haber quedado sin efecto—aunque en la práctica esto hubiera sido casi imposible de lograr.
La Proclama tampoco podía ser puesta en ejecución inmediatamente, ya que solamente procedía a zonas donde los Confederados gobernaban, por lo tanto, las leyes del Norte no eran reconocidas. En un sentido, pocos esclavos fueron emancipados a causa de la Proclama.
Pero la Proclama era extremadamente significativa porque transformó a las tropas en un tipo de ejército de liberación, y esto era representado más fuertemente por el reclutamiento de soldados negros. Esto significó que todo avance del Norte hacia territorio Confederado acabaría legalmente con la esclavitud. Por ejemplo en Texas, el 18 de junio de 1865 (“Juneteenth”) es reconocido como la verdadera fecha de la emancipación, ya que el ejército del Norte llegó para ejecutar la Proclama.
¿Quién liberó a los esclavos?
La mayoría de libros de texto en las escuelas secundarias presentan a Lincoln, el Partido Republicano, el Ejército del Norte y a su sociedad como los benevolentes libertadores, cuya motivación era la santa cruzada en contra de la esclavitud. Algunos aspectos de esta narrativa son reflejados en Lincoln, la última película de Steven Spielberg. Dicha cinta se enfoca en la aprobación en el Congreso de la 13era Enmienda a la Constitución que abolió la esclavitud (“Salvo cuando sea utilizada como sanción por un delito”).
Aunque la película es un poco veraz—y si hace insinuación de los titubeos de Lincoln en lo que respecta a la cuestión de igualdad racial—prefirió cuenta la historia de la emancipación, concentrándose en los políticos de Washington.
Como recientemente escribió el historiador Eric Foner en respuesta a la película, “Aún cuando la Casa Blanca debatía, el ejército del general Sherman marchaba hacia Carolina del Sur, y los esclavos saqueaban los hogares en las plantaciones y confiscaban las tierras. La esclavitud murió en los campos de batalla, no sólo en la Casa Blanca y la Cámara de Representantes. Aquella sería la versión dramática para Hollywood”.
Para agregar más a lo antedicho, existen muy pocas películas acerca de la tragedia del periodo de pos-Reconstrucción, durante el cual se cerró una posible ventana revolucionaria después de la Guerra Civil, y en el cual el mismo sistema burgués que Spielberg glorifica, traicionó a los esclavos recientemente emancipados.
Tampoco los abolicionistas eran unos simples idealistas como insinúa Spielberg en su película. Su actividad de agitación, sus propuestas políticas y militares en contra de la esclavitud (en el caso de John Brown) colaboraron en el cambio de opinión pública en el Norte en contra de los poderes de la esclavitud y polarizaron al país.
Esa es la historia verdadera de la guerra, de los pueblos oprimidos en América liberándose ellos mismos y ocasionando cambios revolucionarios. Los libros escolares ofrecen una versión de liberación que se otorgó desde arriba. Pero las mujeres, niños y hombres negros que fueron brutalmente oprimidos y quienes demostraron valentía y fuerza para liberarse ellos mismos por cualquier medio necesario, fueron los verdaderos héroes del momento y la lucha a vencer o morir que significaba la Guerra Civil.