Cuál es la estratégica básica del gobierno de Estados Unidos hacia América Latina? Algunos expertos dicen que George W. Bush “ignoró” a América Latina, y con la presidencia de Obama habría una acción más fuerte.
Esta abstracta caracterización no ayuda a clarificar la política hacia América Latina y el Caribe, una región inmensa de más de 580 millones de personas.
Mientras las tácticas políticas y militares de Washington han sido variadas, sus objetivos en la región hasta hoy, son esencialmente iguales: la dominación económica. En los años de 1950 a 1970, Washington instaló y armó dictaduras militares y regímenes en Guatemala, Chile, Argentina, Bolivia, Paraguay, Brazil, Uruguay y Haití. Abasteció a sus lacayos en guerras genocidas, para aniquilar los movimientos insurgentes en Centro América, como los Sandinistas en Nicaragua y el FMLN en El Salvador.
Los Estados Unidos intervino directamente en Panamá y Grenada, Cuba continúa siendo flagelada con un severo bloqueo y la ocupación de parte de su territorio nacional, la Bahía de Guantánamo.
La fascista represión militar de décadas previas eventualmente dio lugar a elecciones y a gobiernos civiles, pero sólo cambió la forma de dominación. Bajo la fachada de gobiernos más democráticos, los nuevos líderes firmaron programas de libre comercio, permitiendo así que el capital de los Estados Unidos dictara las condiciones y dominara la economía nacional como en México y Argentina. Con la elevada superproducción de mercadería y el sin fin afán de expansión, las corporaciones multinacionales y los bancos de Estados Unidos usaron a América Latina como un mercado para su producción y capital.
En México, el Tratado de Libre Comercio de Norte América, o NAFTA, volteó la situación. Los campesinos mexicanos, productores en baja escala, no pudieron competir con los altamente subsidiados agricultores de Estados Unidos. La agricultura mexicana colapsó y más de 6 millones de trabajadores y campesinos para sobrevivir, se vieron obligados a dejar su país hacia los Estados Unidos.
Hugo Chávez “entierra” el libre comercio
Un inspirador acontecimiento nuevo—La Alianza Bolivariana por el Pueblo de Nuestra América, el ALBA—nació en América Latina en 2004. Sin precedentes en la historia del continente, una alianza de países de la región, empezó a hacer avances reales para el pueblo a través de la cooperación y la solidaridad.
En un famoso episodio en Mar del Plata, Argentina en noviembre 2005, Hugo Chávez habló a decenas de miles de activistas latinoamericanos en un estadio abierto, al concluir la masiva Cumbre del los Pueblos, que fue organizada para protestar la “Cumbre de las Américas” en la misma ciudad, lidereada por Estados Unidos. Ahí George W. Bush encabezaba la delegación de Estados Unidos y trató de presionar a otros estados para que aceptaran el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) Era claro de que el ALCA fracasaría.
En la reunión de los Pueblos, Chávez agitó una pala arriba de su cabeza, la multitud celebró su gesto mientras él decía, “Nosotros hemos venido aquí a enterrar el ALCA!” Él anunció un nuevo pacto económico con Argentina, empezando con el primer envío de petróleo jamás enviado a Buenos Aires por Venezuela. Chávez luego habló de los acuerdos de Petro-Caribe del ALBA, con 14 naciones caribeñas, ofreciéndoles petróleo a bajos precios.
En Mar del Plata, George W. Bush se negó a respaldar al Presidente de Argentina Nestor Kirchner cuando éste le pidió ayuda en renegociar su deuda con el Banco Mundial. Este fue un castigo para Argentina por haber rechazado el acuerdo alca abiertamante y por haber mejorado sus relaciones con Cuba, a diferencia de la abierta hostilidad mostrada por los gobernantes argentinos anteriores.
Como muestra de lo que ALBA puede significar para los pueblos del continente, Venezuela dio paso al frente y ayudó a Argentina a eliminar su deuda de miles de millones de dólares. wActualmente Estados Unidos tiene menos posibilidad de imponer su voluntad, particularmente con los aliados en ALBA.
El papel de EEUU en los reveses de América Latina
El 20 de mayo, 2008, el entonces candidato presidencial Barak Obama dio un discurso sobre América Latina, en el que amenazó a Venezuela y al ALBA. Habiendo escogido dar ese discurso en Miami, condenó fuertemente a Cuba, prometiendo mantener el bloqueo. Obama advirtió del peligro de “demagogos como Chávez” quien “ha llenado el vacío”, y dijo que esta nueva política ha “abierto caminos en Bolivia y Nicaragua.”
Hacía sólo seis meses de Obama en la presidencia el 28 de junio del 2009, cuando las fuerzas militares hondureñas arrestaron al democráticamente electo presidente Manuel Zelaya, llevándolo a la base militar de Palmerola-Soto Cano y expulsándolo del país.
Hacía poco que Honduras se había aliado al ALBA, y Zelaya—quien venía de un partido élite moderado—empezó a tomar posiciones progresistas.
Tanto Obama como la Secretaria de Estado Hillary Clinton se negaron a condenar, ni siquiera reconocer el secuestro de Zelaya como un golpe de estado. Más tarde, el gobierno de Estados Unidos ofreció reconocimiento a la fraudulenta elección de Porfirio Lobo, en el 2010. Honduras está sólidamente de vuelta bajo la influencia de Estados Unidos y ya no pertenece al ALBA.
Ha habido un dramático incremento de represión política y asesinatos de líderes de oposición, incluyendo mujeres, periodistas y activistas LGBT.
En junio este año, Fernando Lugo, el democráticamente electo presidente de Paraguay, fue depuesto, enjuiciado con la velocidad de la luz.
Haber sido removido ilegalmente significa que las operaciones enormes de los agronegociantes Monsanto y Cargill, que poseen una inmensidad de tierras que producen gigantescas cantidades de maiz y frijol de soya transgenético, pueden continuar sin ningún impedimento.
Una vez más, Paraguay está mucho más bajo el dominio de Estado Unidos. El corto período de Lugo en la presidencia no trajo cambios radicales al país; pero la derecha paraguaya es notoriamente intolerante al menor cambio de sus leyes.
A los Estados Unidos ofrece Paraguay una cabeza de playa para expandir su presencia militar en América Latina.
En el año 2008, el Pentágono, sin notificar ni consultar a ningún gobierno de América Latina, reactivó la Cuarta Flota. Ellos dicen que el propósito de activar la Cuarta Flota, desactivada por 58 años antes, es con el propósito de promover la paz y la prosperidad, pero la verdad real es clara: intimidar y amenazar a América Latina y evitar que se libre de su control.
Sea el presidente un demócrata o un republicano, el imperialismo de Estados Unidos no dará a los pueblos de América Latina y el Caribe ni un momento de paz.
Dentro de las entrañas del monstruo, el PSL trabaja exponiendo esos esfuerzos y educando a la clase trabajadora a importancia de la solidaridad con la resistencia de los pueblos desarrollando revoluciones en la nueva América Latina.