Las dimensiones económicas de la opresión LGBT

Las luchas particulares de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales no se limitan a la igualdad del matrimonio, aunque esta batalla recibe la mayor parte de la atención en los medios de comunicación corporativos. La lucha por la igualdad jurídica es, por supuesto crítica, pero otras formas de opresión LGBT, en especial las luchas del día a día, las luchas sociales y económicas de la juventud LGBT, de los pobres y de los trabajadores y de las personas de color son a menudo ignoradas.

Falta de vivienda entre los jóvenes LGBT

Los jóvenes LGBT a menudo experimentan el acoso, la violencia y el ostracismo social en la escuela, en los hogares, y en la sociedad en general, lo que lleva a que se conviertan muchas veces en personas sin hogar. El 20 por ciento de los jóvenes sin hogar en los Estados Unidos se identifican como LGBT, en comparación con sólo el 10 por ciento en la población general. Una encuesta realizada en 2006 por el Grupo de Trabajo Nacional de Gays y Lesbianas informó que uno de cada cuatro jóvenes LGBT que confiesan a sus padres su identidad sexual, son expulsados ​​de la casa.

De acuerdo con la Coalición Nacional para las Personas sin Hogar, muchas personas LGBT sin hogar tienen problemas para encontrar albergues que las aceptan, especialmente la gente transgénera que a veces la clasifican como género erróneo. El abuso verbal, físico y sexual de las personas LGBT sin hogar en el sistema de refugio es común. Casi tres de cada cinco jóvenes LGBT sin hogar han sido victimizadas sexualmente, según la Coalición Nacional para las Personas sin Hogar.

Despojados del apoyo básico de sus familias y comunidades, y sin apoyo gubernamental, los jovenes LGBT frecuentamente carecen de la educación, la salud y la vivienda.

Las personas LGBT experimentan el acoso policial,  violencia y  depresión, que se manifiestan en el aislamiento social grave, así como tasas más altas de suicidio y el abuso de sustancias. Estos problemas son particularmente agudos en las áreas del país donde hay menos  comunidades LGBT.

El desempleo y la discriminación en el trabajo

Estas altas tasas de falta de vivienda entre las personas LGBT están directamente relacionadas con discriminación en el empleo y la explotación económica en general. La imposibilidad de acceder a los beneficios que se ofrecen a las parejas casadas es una carga económica adicional. Un informe del Instituto Williams 2009 encontró que, “Después de controlar otros factores, las  parejas del mismo sexo tienen muchas más probabilidades de ser pobres que las parejas heterosexuales.” En todos los sectores de la población que sufre de la opresión económica desproporcionada—mujeres, afroamericanos, latinos, los ancianos, los residentes de las zonas rurales, etc.—la situación es aún más grave para las parejas LGBT.

En 29 estados, es legal despedir a alguien sobre la base de su orientación sexual. En 34 estados, es legal despedir a alguien por ser transsexual. (www.hrc.org), dicha  discriminación en el empleo es la rutina. Incluso cuando la discriminación es ilegal,  en realidad los propietarios en el sistema capitalista tienen el control dictatorial sobre el proceso de contratación y despido, y pueden evocar cualquier excusa para cubrir la discriminación.

Un informe de 2009 del Centro Legal Transgénero encontró que los californianos transexuales tienen el doble de probabilidades de estar por debajo de la línea federal de pobreza que la población general. Uno de cada cinco encuestados afirmó haberse quedado sin hogar desde la primera vez que obtuvo su identificación como transgénero.

El empleo sexista del sistema y los patrones de los salarios tiene un impacto, en el que las mujeres reciben por lo general peor remuneración en los puestos de trabajo y cuando se hace un trabajo similar, sólo reciben 77 centavos por cada dólar que un hombre gana.

Así, mientras que los hombres en parejas del mismo sexo tienen más o menos los mismos índices de pobreza que los hombres heterosexuales (13%), las mujeres lesbianas tienen muchas más probabilidades de ser mas pobres que las mujeres heterosexuales. La diferencia es particularmente notable entre las parejas de lesbianas de edad avanzada.

Las personas LGBT de color confrontan  grandes retos, la lucha contra las múltiples formas de opresión y discriminación que tienen un impacto directo en sus vidas cotidianas y en la capacidad de ganarse la vida. La tasa de pobreza entre las parejas negras  del mismo sexo es tres veces más alta que la de sus contrapartes blancas.

Las personas LGBT suelen enfrentar las barreras ante las autoridades de salud – incluyendo el costo, la falta de sensibilidad y confianza con los profesionales de la medicina. Estos problemas también son más agudos en  las personas LGBT de color. (“Todo lo anterior, informe: las personas LGBT de color” realizado por la Coalición Nacional para la Salud LGBT).

Luchando contra la opresión

La lucha por la plena igualdad LGBT incluye la lucha por la educación, el empleo, la vivienda y el cuidado de la salud, las necesidades básicas que el sistema capitalista, al servicio del 0,1%, siempre descuida. Incluye una oposición decidida a la policía que acosa y maltrata a los jóvenes LGBT. Incluye una lucha abierta contra la homofobia y el sexismo, amparados en el sistema capitalista y la educación en la cultura popular.

El PSL participa plenamente en estas luchas por la igualdad LGBT, y señala al propio sistema capitalista, que sostiene cada una de estas formas de opresión. Esta opresión contra las personas LGBT no es un accidente, ni es solamente el resultado de las actitudes individuales y los prejuicios homofóbicos. El privilegio de la estructura familiar patriarcal, lo que implica la dominación de hombres sobre las mujeres y la construcción de los roles sexuales rígidos, apareció con la propiedad privada en las sociedades donde por primera vez siguieron las clases.

En lugar de un sistema social basado en la ganancia privada y la propiedad, luchamos por una sociedad socialista, en el que las necesidades básicas de cada individuo están garantizadas, la discriminación está prohibida, de hecho, (y no sólo en el papel), y los valores de la familia patriarcal sean acabados, con el fin de derrotar a  esta cultura machista, y homofóbica.

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