Este artículo se basa en una conferencia dada por Peta Lindsay, candidata presidencial en el año 2012 por el Partido Socialismo y Liberación, en San Francisco.
Estamos viendo a un ataque feroz y constante a los derechos de la mujer en todo el país. La retórica an contra de la mujer ha alcanzado nuevas cotas en el curso de la despreciable, humillante, sexista, racista, homofóbica, anti-trabajador campaña de las primarias Republicanas de este año. Ha sido como un viaje en el tiempo, ¿no es así?
Estos cuatro hombres blancos—los que aseguran que quieren eliminar la injerencia del gobierno en la vida privada de las personas—parece que tienen mucho que decir acerca de lo que las mujeres deben y no deben hacer en sus vidas privadas.
Precisamente por el carácter profundamente reaccionario y realmente espeluznante de la campaña republicana, una gran brecha de género se ha abierto en las encuestas, dando como resultado que la gran mayoría de las mujeres han dicho que votarían por el candidato del Partido Demócrata, Barack Obama, en las elecciones de noviembre.
Y todo esto a pesar del hecho de que la administración Obama y el Partido Demócrata en general apenas hayan luchado en favor de los derechos de la mujer. Lo cierto es que el otro bando es tan retrógrado, tan abiertamente sexista, que en comparación los demócratas queden hasta bien considerados.
El presidente Obama se ha declarado favorable al derecho de la mujer al aborto, y a incluir el acceso a los anticonceptivos en los planes de seguro medical.
El caso es que hay poco más allá de esto.
El papel de los demócratas en la erosión de los derechos de la mujer a elegir
En julio de 2010 el Departamento de Salud y Servicios Humanos de la administración Obama dictaminó en la llamada Affordable Health Care Act que una mujer con una condición preexistente, como puede ser un diagnóstico de cáncer o una dolencia del corazón, no se le permitirá la compra—con su propio dinero—de una plan de seguro que cubra el aborto, excepto en casos de violación, incesto o si se demuestra que el embarazo pone en peligro su vida.
En diciembre de 2011 el mismo departamento anunció su decisión de no permitir el plan B de emergencia anticonceptiva sin receta médica a mujeres menores de 17 años de edad, a pesar de la recomendación de la Secretaria del Departamento de Salud y Servicios Humanos. Ambas decisiones se adoptaron tras intensas campañas lideradas por la derecha religiosa en coalición con los obispos de la Iglesia Católica. Fue una clara capitulación de la administración, un caso inequívoco de presión de la derecha contra los intereses de millones de mujeres.
A continuación una interesante declaración incluida en un artículo de Jodi Jacobson en la revista Conciencia, la revista del colectivo Catholics for Choice.
“Cuando era candidato, Obama nos hablaba de medidas justas y correctas. Durante su presidencia se ha producido la mayor erosión en lo relativo a la salud y los derechos reproductivos de la mujer de los últimos 30 años, además de un deterioro continuo de nuestros derechos en el ámbito estatal. Sin embargo, todavía permanece en silencio. ¿Es Obama pro-derecho de la mujer a elegir? No por definición.”
Los demócratas tomaron el control del Congreso en 2006, y desde principios de 2009 hasta principios de 2011 controlaron también la Cámara, el Senado y la presidencia. Desde principios de 2011 dirigen el Senado y la Casa Blanca. Sin embargo, durante ese tiempo hemos visto, como se cita anteriormente, “la mayor erosión en lo relativo a la salud y los derechos reproductivos de la mujer de los últimos 30 años”.Ese es el resultado real de la estrategia de dependencia de los demócratas.
Millones nos manifestaríamos en favor de los derechos de la mujer
¿Qué nos enseña todo esto? ¿Que los políticos burgueses no son siempre completamente sinceros? Creo que la mayoría de nosotros ya lo sabíamos. Más importante aún, no son las opiniones de presidentes, congresistas o jueces del Tribunal Supremo las determinantes para lograr el cambio. Éste se origina a nivel del pueblo.
En este caso, tenemos un ejemplo negativo de ello, y es que las fuerzas de la derecha reaccionarias y anti-derechos de la mujer, se movilizan. Y lo cierto es que las organizaciones más importantes por los derechos de las mujeres en los EE.UU. han sido en gran medida desmovilizadas a causa de su relación con el Partido Demócrata, porque son parte del Partido Demócrata. Simplemente han delegado en “su partido” la protección de los derechos de las mujeres.
Si tal día como hoy, la Organización Nacional de la Mujer o de la Mayoría Feminista convocase una marcha en Washington en defensa de los derechos de las mujeres, creo que millones de mujeres (y hombres) se congregarían allí. Hay una gran frustración en todo el país debido al asalto a los derechos de las mujeres. Nos encantaría que eso ocurriese, pero puede que eso no se produzca. ¿Por qué no? Debido a que los líderes del Partido Demócrata creen que esta movilización podría inflamar a la derecha. Creen que dado que las primarias republicanas han sido tan repulsivas, que si ellos no hacen nada demasiado polémico ni se involucran en grandes movimientos, pueden ser capaces de no sólo mantener la Casa Blanca por otros cuatro años, sino tal vez incluso conseguir de nuevo la Cámara de Representantes.
¿Cuál sería el impacto en la lucha por los derechos de las mujeres? No tenemos una bola de cristal que pueda predecir el futuro, pero podemos mirar atrás a los últimos seis años y saber a ciencia cierta que contar con los demócratas es un callejón sin salida.
De hecho, nada podría cambiar más rápido el clima político con respecto a los derechos de las mujeres que millones de personas marchando por las calles de Washington D.C. Volvería a encender el movimiento por los derechos de la mujer en las ciudades, en los pueblos, en los lugares de trabajo y en las universidades de todo el país. Y ese movimiento se opone a los líderes de ambos partidos capitalistas, a pesar de su retórica.
Los demócratas y los republicanos no son idénticos, pero ambos son defensores de los intereses capitalistas. Y la mayor amenaza para los intereses capitalistas son los movimientos de masas.
Tomemos por ejemplo, el Movimiento Occupy. Este movimiento se extendió por todo el país con notable rapidez, penetrando en miles de comunidades y universidades. Las mayores movilizaciones Occupy se han dado en muchas de las ciudades más grandes del país: Nueva York, Chicago, Filadelfia, Los Ángeles, Washington D.C., Seattle, Oakland, San Francisco, Denver y Boston. En cada una de esas ciudades, los campamentos fueron violentamente atacados, algunos con más violencia que otros, y finalmente desmantelados. Y en la mayoría de esas ciudades, las administraciones locales y los ayuntamientos están encabezados por alcaldes del Partido Demócrata.
Las mujeres han conseguido importantes avances mediante la lucha
La cuestión vital para nosotros hoy es: ¿Cómo puede la liberación de la mujer y de todos los trabajadores tener un lugar en la sociedad contemporánea?
Entre los muchos logros que las mujeres han conseguido están el derecho al voto, el derecho al control de la reproducción, el derecho a la educación pública, el derecho al divorcio y, en algunos casos, el derecho al cuidado de niños (por el Estado), e incluso el derecho a poseer bienes personales . Todos estos derechos son consecuencia de luchas cruentas y decididas.
Por ejemplo, tengamos en cuenta el acoso sexual. Ese concepto ni siquiera existía antes del movimiento femenino. Era algo susceptible de ser tomado a broma: jefes masculinos golpeando a sus empleadas, hombres acosando verbalmente a una compañera de trabajo. Barnes v. Train, en 1974, es considerado el primer caso de acoso sexual, aunque ese término no se utilizaba en aquel entonces. No es casual que esto haya sucedido en 1974 y no en 1964 o 1954. Las mujeres tomaron conciencia de sus derechos a través del proceso de toma de conciencia del movimiento, y comenzaron a luchar con cualquier herramienta al alcance, en muchos casos utilizando la vía judicial, ya sea para luchar contra el despido ilegal (porque se resistieron o rechazaron acosos sexuales) o para poner fin a un ambiente de trabajo hostil.
Esto también ocurrió con el asunto de la violencia doméstica. Ha existido desde hace mucho tiempo, pero el panorama cambió cuando las mujeres comenzaron a organizarse en contra de ella, con la fundación de centros de feministas y grupos de apoyo para mujeres maltratadas. Se presionó a la policía para que tomase las situaciones de violencia doméstica más en serio.
Fue claramente el masivo apoyo al movimiento por los derechos de las mujeres que surgió en los años 1960 y 1970 el que se movilizó hasta la Corte Suprema de los EE.UU., que se vio obligada a reconocer el derecho de la mujer a la privacidad y el control de su cuerpo con la decisión de Roe v. Wade en 1973.
Es importante recordar esto cuando nos enfrentamos a la posibilidad de nuevas agresiones a los derechos reproductivos de las mujeres por parte de la actual Corte Suprema. Debemos seguir luchando para conquistar y retener nuestros derechos.
Este es el mensaje central de la campaña que Yari Osorio y yo, y todos los miembros del Partido Socialismo y Liberación, libramos en los próximos meses, en tantos estados y ciudades como nuestros recursos y capital humano nos puedan llevar. Esta es una campaña muy interesante y necesaria en un momento crucial.
Si estás de acuerdo con nosotros en que necesitamos un nuevo sistema, un sistema socialista, que garantice los derechos de las mujeres y de todos los trabajadores, si estás de acuerdo con que sólo un movimiento de masas, de millones de personas, puede lograr ese objetivo, a continuación te invitamos a formar parte de nuestra campaña. Necesitamos urgentemente tu ayuda y apoyo. Únete a nosotros, juntos podemos ganar.