Para las comunidades negras de todo el país, Trayvon Martin no es sólo la historia de esta semana de noticias virales. Su asesinato, y la libertad de su asesino, es un símbolo de cómo el racismo, tanto en la sociedad de los Estados Unidos y en el sistema de justicia penal, poderosamente da forma a la realidad vivida de los afroamericanos.
La impunidad del crimen cometido contra un adolescente desarmado ha provocado un movimiento, en gran parte espontáneo y de auto-acción, exigiendo el arresto de George Zimmerman y el fin a la discriminación racial. Miles de personas han marchado ya. Más de 2 millones de personas han firmado peticiones en internet, mientras que millones más han manifestado su indignación en Facebook y Twitter. Un número incontable de personas ha publicado fotos de ellos mismos usando sudadera con capucha como un simple signo de solidaridad. Mientras que el núcleo de esta respuesta ha sido la juventud negra, un gran número de personas de todas las procedencias han mostrado su apoyo.
Debido a toda esta atención, la clase dominante se sintio obligada a responder. Incluso algunos políticos conservadores y comentaristas de los medios de comunicación han hecho un llamado a que arresten a Zimmerman. No les importa en absoluto las vidas de los jóvenes negros, pero esperan que la aparición de una respuesta del Estado haga que este floreciente movimiento desaparezca.
Otros se han lanzado a la difamación, sugiriendo que, debido a que Trayvon Martin había sido suspendido de la escuela, o fumaba marijuana, era un criminal peligroso. Esta estrategia de culpar y castigar a las víctimas de asesinatos racistas es muy típico de los medios corporativos. Como la madre de Trayvon Martin dijo: “Han matado a mi hijo y ahora están tratando de matar su reputación.”
No es difícil ver por qué los gobernantes tienen miedo. El movimiento exige justicia para Trayvon Martin, desmascara el mito de la sociedad “post-racial”, y cuestiona implícitamente la legitimidad de las instituciones del Estado: los tribunales y la policía.
A medida que el zumbido de las redes sociales se convierte en acciones callejeras, todavía hay otra tarea que todos los activistas y revolucionarios deben destacar: la organización. Cada semana aparece un hombre negro joven asesinado por la policía, y cada cierto tiempo (por lo general cuando un vídeo se produce) la clara injusticia despierta grandes manifestaciones militantes. Los políticos y los falsos dirigentes insisten en la “calma”, y por lo general prometen investigaciones internas, revisiones de políticas o reformas menores. Cuando el caso entra en los tribunales, la energía militante a menudo desaparece hasta que el incidente principal siguiente hace que el proceso se repita.
¿Cómo podemos desafiar este ciclo? ¿Cómo podemos hacer que estos movimientos espontáneos se conviertan en algo duraderos y de gran alcance? Los socialistas revolucionarios ofrecen la siguiente respuesta: crear organizaciones entre los oprimidos y todas las personas de conciencia.
La Coalición ANSWER (Actúa Ahora para Detener la Guerra y Poner Fin al Racismo) es una de esas organizaciones que ha desempeñado un papel importante en la movilización de la gente en contra de las guerras en el extranjero, así como contra los ataques a las comunidades oprimidas dentro de Estados Unidos.
Los activistas de ANSWER están organizando en todo el país para ayudar a sacar a la gente a las calles para expresar su indignación por el asesinato de Trayvon Martin y la lucha contra el intento de los medios corporativos de difamar a su persona.
Tenemos la responsabilidad de difundir la idea de la organización. En cada grupo de amigos, compañeros de clase, compañeros de trabajo y vecinos que actualmente hablan de Trayvon Martin, compartiendo artículos y asistiendo a las marchas, es el comienzo de una posible organización. Necesitamos organización para no sólo explicar el caso de Trayvon Martin, pero para hacer frente a los problemas de la brutalidad racista de la policía y el encarcelamiento en masa.
Necesitamos organización para ayudar a guiar las manifestaciones en la calle. Necesitamos organización para ayudar a vincular esta lucha contra el racismo con los movimientos de la vivienda, el empleo, la educación y la atención de la salud. Necesitamos organización para que los que están luchando por primera vez hoy en día puedan aprender de sus experiencias, desarrollar nuevas ideas y tácticas en el proceso.
Tenemos que estar organizados de una manera independiente de los políticos, para que la gente siga luchando incluso después que los rumores en los medios de comunicación hayan pasado.
Algunas personas han llamado a Trayvon Martin el Emmett Till de esta generación. Cuando Emmett Till tenía 14 años de edad, fue linchado brutalmente en 1955 – y sus asesinos racistas quedaron libres, lo que provocó la indignación de millones de personas en todo el país, y ayudó a inspirar el movimiento de derechos civiles que unos meses más tarde emprendió el boicoteo a los autobuses de Montgomery. Este boicoteo convertió a miles de trabajadores y jóvenes en planificadores y organizadores. Esto se logró a través de la organización y cambió la historia.
En la lucha por llevar ante la justicia a George Zimmerman, hay una oportunidad para difundir organizaciones contra el encarcelamiento en masa; contra el racismo y la brutalidad policial que nos podría llevar al siguiente nivel. Estos son los asuntos críticos de derechos civiles de nuestro tiempo, y es el momento para que esta generación haga su Boicoteo como la de los autobuses de Montgomery.