Cómo se compara el delito del robo de un banco con el de fundar un banco?” – se pregunta un personaje de una de las obras de Bertolt Brecht.
En términos de la criminalidad nadie supera a los banqueros. Sin embargo, un banquero en la cárcel es tan raro como un senador honesto.
Tomemos como ejemplo al antiguo Wachovia Bank. Wachovia se vio inmerso en el gran colapso financiero de 2008 y fue adquirido -con la ayuda de miles de millones de los fondos gubernamentales- por Wells Fargo.
En marzo de 2010, Wachovia fue declarado culpable de durante los años 2004 al 2007 de haber blanqueado por lo menos $ 378 mil millones procedentes de la actividad del narcotráfico de los cárteles mexicanos, los mismos grupos que han causado asesinatos y la miseria en gran parte de México, dejando a su paso más de 50.000 muertos. Sin estos blanqueadores de dinero, los cárteles de la droga no podrían funcionar a largo plazo.
A cambio de estos inestimables servicios a los capos de la droga, Wachovia se embolsó una parte considerable del botín.
¿Conocían el CEO de Wachovia y sus lugartenientes de dónde provenía este caudal de dinero sucio? Obviamente, si. Es más que probable que no creyesen que se estaba generando gracias a los magros ingresos de los pequeños agricultores o los trabajadores de las industrias, o incluso por la actividad de las industrias legales. Es de todo punto de vista imposible que estas fuentes fuesen los responsables de 378 mil millones de dólares, una cantidad igual a un tercio del Producto Interior Bruto de México (PIB).
Un artículo de Bloomberg News fechado el 30 de junio de 2010, citó al principal fiscal federal Jeffrey Sloman: “El flagrante desprecio de Wachovia por nuestras leyes bancarias otorgó a los cárteles de cocaína internacionales una virtual carta blanca para financiar sus operaciones.” Martin Woods, el director de la unidad de Wachovia contra el blanqueo de dinero, abandonó la compañía después de que los ejecutivos del banco ignorasen reiteradamente su documentación acerca del blanqueo de fondos por parte de los traficantes de drogas a través de su negocio. Woods declaró a Bloomberg, “es el blanqueo de dinero en los bancos por parte de los cárteles lo que realmente financia la tragedia de México”.
Los cárteles utilizan parte del dinero blanqueado, canalizado a través bancos “legítimos”, en la adquisición de grandes aviones que facilitan el transporte de cientos de millones de dólares en cocaína. Algunos de los fondos fueron blanqueados a través de Bank of America, un banco conocido durante mucho tiempo por esta práctica.
¿Quién va a la cárcel en la falsa guerra contra las drogas?
En la corte federal de EE.UU., la condena por posesión de cocaína con un valor de tan sólo 378 dólares se salda con una condena mínima de 5 a 10 años de prisión. La mayor parte de los 2.3 millones de personas encarceladas en los Estados Unidos están allí por delitos menores relacionados con las drogas.
Los ejecutivos de Wachovia, una vez admitida su culpabilidad, deberían de haber recibido sentencias largas dado que se manejaba un volumen de negocio de 378 mil millones, ¿no? No exactamente.
Ningún ejecutivo de Wachovia pasó una noche, ni tan siquiera una sola hora en la cárcel, aunque el valor de su delito era mil millones de veces mayor que el promedio de cualquier distribuidor callejero. Los fiscales federales, después de dar enérgicos discursos enfocados a las relaciones públicas, resolvieron el caso con una multa a Wachovia (que por entonces ya había sido adquirido por Wells Fargo), de sólo 110 millones de dólares y una penalización adicional de 50 millones. Eso equivale alrededor de un 0,0004 por ciento de los 378 mil millones que se blanquearon, y solamente un 2 por ciento de las ganancias de Wells Fargo en 2010. Al parecer, si usted dirige bancos con miles de millones de dólares de presupuesto, el crimen paga.
Los fiscales federales acordaron suspender la “investigación” penal por un año. En abril de 2011 anunciaron que todo había terminado y que no habría más “castigo” a Wachovia o Wells Fargo, como si alguna vez hubiesen sido castigados.
¡Abordemos el problema de la droga apoderándonos de los bancos!
Este episodio demuestra una vez más que, si bien el Gobierno rige sobre el pueblo bajo las normas del capitalismo, los bancos dirigen al gobierno y a todo el sistema en general. Esto sólo cambiará cuando el pueblo tome el poder y ponga fin a un sistema que funciona por y para los super-ricos.
El Partido para el Socialismo y la Liberación demanda el aprovechamiento de los activos y las ganancias de los bancos más importantes poniéndolos bajo el control de un Banco Popular democrático y de propiedad pública. Con este acto, que no incluye la confiscación de los depósitos privados de los individuos, se podría financiar un programa de empleo masivo para que todos trabajemos disfrutando un salario decente, derechos y beneficios. Nos podría proporcionar educación gratuita y global, poner fin a todas las ejecuciones hipotecarias y a los desalojos, y ofrecer servicios médicos, incluyendo programas de rehabilitación de drogas, todo esto a nivel nacional.
El caso de la incautación de los bancos es sencillo. Los banqueros torpedean la economía gracias a sus desmanes. Ellos juegan un papel puramente parasitario y han amasado su riqueza a partir del trabajo ajeno, desde la explotación de la mano de obra esclava en su día a la explotación actual de los trabajadores. Además, la población ya ha pagado a los bancos a través del plan de rescate.
Una verdadera guerra contra las drogas significa una revisión completa de la economía, y tiene que comenzar con los capos de Wall Street.
¡Tomemos los bancos!